Actualmente hay dos millones de vehículos que funcionan con motores eléctricos. Haz la cuenta.
¿Eres de los que piensa que el cambio climático será derrotado con un Tesla, un Chevy o un Volt a la vez? La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), señala que hay que reconsiderar el plan.
Aunque las mayores economías del mundo lleguen a cumplir los ambiciosos objetivos para que los motores de combustión interna den paso a vehículos eléctricos u otros de emisiones cero para el año 2040, el impacto total en las emisiones mundiales de dióxido de carbono será mínimo, según un nuevo estudio publicado por la agencia, con sede en París, en la revisión anual de megatendencias a largo plazo de la energía mundial.
El estudio obtuvo como resultado que la creciente demanda de electricidad en todo el mundo asegurará que los niveles de dióxido de carbono (CO2) continuarán aumentando a menos que las ambiciones se incrementen mucho más.
Actualmente, hay alrededor de dos millones de vehículos que funcionan con motores eléctricos o híbridos de un grupo de mil millones de vehículos en el mundo.
La IEA, espera que ese número aumente a 50 millones para el año 2025, y a 280 millones para el año 2040, ya que los países están impulsando a los conductores para cambiarse a la movilidad eléctrica.
El problema es que otras fuentes de demanda de energía van a mantener la presión al alza sobre las emisiones de CO2.
Los aumentos en las emisiones del transporte aéreo y marítimo se compensan con los ahorros de los automóviles de pasajeros, a menos de que las nuevas tecnologías puedan tener el mismo tipo de impacto de reducción de emisiones, así como Elon Musk ha tenido en la industria del automóvil.
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Mientras en el aspecto de transporte se aleja lentamente de combustible de petróleo hacia sustitutos como el gas natural, no existe una alternativa obvia al petróleo para la aviación comercial.
El segundo problema es que solo una parte de la electricidad necesaria para alimentar los vehículos eléctricos proviene de fuentes limpias.
Y el problema aún más grande para reducir emisiones, es que 280 millones de automóviles eléctricos representan solo una fracción del aumento total de la demanda de electricidad que la IEA,espera hasta 2040.
Estas megatendencias explican por qué países como China e India destinan miles de millones de dólares a energías renovables: no tanto para combatir el cambio climático, sino para mejorar la calidad del aire en ciudades que ya se están ahogando, pero que continúan atrayendo a millones de nuevos inmigrantes del campo cada año.
Estos dos países representan más de la mitad del crecimiento previsto de la demanda de energía hasta 2040.
El presidente de China, Xi Jinping se comprometió a “hacer los cielos azules otra vez”: un lema con base a al mantra “Make America Great Again” del presidente Donald Trump, que asintió al problema de contaminación urbana agudo de China.
La IEA, espera que China reduzca su consumo promedio anual de carbón en 300 millones de toneladas al año hasta 2040. Por el contrario, el consumo anual de China de energía renovable y nuclear aumentará, en promedio, al equivalente a 600 millones de toneladas de aceite.
Por lo tanto, aunque el impacto en el cambio climático del automóvil eléctrico no sea todo lo que afirman sus visionarios, la alternativa de un mundo impulsado por el carbón y el petróleo es impensable, especialmente para las poblaciones de las ciudades de China e India.