Las startups financieras que intentan innovar por medio de la tecnología tienen que meterse en cintura. Su registro ante la CNBV dará certeza a sus clientes, pero pocas sobrevivirán a su regulación.
Por Ángel Gómez
Se cumplió el plazo para que las empresas Fintech por fin se regulen. ¿Qué significa esto para el sistema financiero? Que quienes no ingresaron sus papeles ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) el mes pasado no podrán operar oficialmente como Fintech.
Algunas ya han anunciado que dejarán de hacerlo, pues han optado por poner a un lado el glamur de esa etiqueta, propia de las startups que buscan innovar en el sector financiero, ya que consideran muy dura la regulación.
Las críticas a la ley han estado presentes desde antes de marzo, cuando se dio a conocer el término del plazo. Según los principales jugadores del sector, la legislación tiene claroscuros.
El nuevo marco legal pone nombre y apellido a la industria, da certeza a los inversionistas y a las compañías que reciben financiamiento. Sin embargo, en lo que coincide la mayoría es que la nueva ley es muy estricta, lo que no va bien con empresas que buscan innovar y crecer a como dé lugar.
Además, podría ser un obstáculo más para llegar a las metas de inclusión financiera en el país que, se supone, es una de las razones que impulsaron su existencia.
Las empresas reguladas bajo esta ley son de dos tipos: las instituciones de financiamiento colectivo, o crowdfunding, y las empresas de fondos de pago electrónico, o wallets.
El impacto no es mínimo y los costos de operar podrían duplicarse para los jugadores con la nueva ley.
Tan solo el costo para inscribirse ante la CNBV es mayor a tres millones de pesos. Esto las colocaría en un lugar más endeble y el costo se trasladaría a sus usuarios: es decir, se encarecerían sus servicios.
“Muchas empresas ya han enviado correos diciendo que a partir del 25 de septiembre no van a realizar operaciones; esto es triste. Son pocas las empresas que realmente van a cumplir con la regulación e incluso son pocas las que siguieron el camino de solicitar la autorización”, señala Amanda Sotto, cofundadora de Play Business, uno de los pioneros jugadores del crowdfunding en México.
El número de empresas que recibirán la autorización por parte de la CNBV todavía es incierto. La estimación de Juan Carlos Castro, socio fundador de la plataforma de crowdfunding inmobiliaria Briq, apunta a que será un número mínimo de empresas las que recibirán el visto bueno de la autoridad.
“Si hablamos de un universo de 500 empresas que operan, sería razonable que 50 sí obtengan licencia, pero no más”, indica el entrevistado.
La CNBV no tiene un dato oficial del número de Fintechs en nuestro territorio, pero se sabe que son alrededor de 500 empresas.
En su Reporte Nacional de Inclusión Financiera 2018, la Comisión contabilizó 238 compañías Fintech en el mercado mexicano, y esto hacía a México el ecosistema más grande de su tipo en toda Latinoamérica.
“La regulación es un inhibidor de la innovación, y la innovación provocó que surgiera este nuevo sector.” JUAN CARLOS CASTRO — FUNDADOR DE BRIQ.
LOS OBSTÁCULOS
Pese a la participación de las Fintech en la creación de la nueva ley, las principales barreras para las empresas van desde un monto de capital mínimo para poder continuar con operaciones, el incremento en los costos por la necesidad de invertir para ajustar la infraestructura tecnológica y contratar personal especializado.
Además deben implementar nuevos procesos para prevenir el lavado de dinero, topes para ciertas transacciones, así como la necesidad de enviar informes periódicos a la CNBV.
Los empresarios expresan que la nueva ley no se adapta a las actuales dinámicas tecnológicas del sector.
“Existen requisitos para que las plataformas publiquemos nuestros estados financieros. Este punto es central porque no se termina de entender el modelo de negocio, somos un ente sin balance, nuestros préstamos los hace la gente, no la empresa de crowdfunding”, amplía Juan Carlos Castro, de Briq.
Todas estas barreras se enumeran sin contar la baja penetración de servicios financieros en México.
Según Amanda Sotto, cofundadora de Play Business, plataforma de crowdfunding, detalla que hay temas inoperables con la nueva ley porque no se realizaron ajustes en otras regulaciones en materia fiscal o corporativa.
“Por ejemplo, la Ley Fintech contempla el financiamiento colectivo de regalías, pero en la regulación fiscal actual aún se habla de que una empresa que haga deducible un pago por concepto de regalías deberá contar con un CFDI”, detalla Sotto.
Además, dice, dentro de la Ley General de Sociedades Mercantiles no hay herramientas para que los modelos de crowdfunding puedan operar de forma más sencilla con reglas específicas para el tipo de transacciones que manejan.
Desde el inicio de sus operaciones, Play Business, Prestadero y Briq, tres plataformas de crowdfunding, se reunieron con representantes de la CNBV para explicar su nuevo modelo de negocio.
El entonces presidente de la comisión, Jaime González Aguadé, y su equipo, trabajaron de la mano con las empresas para entender el negocio, pero por su pequeña participación en el mercado se mantuvieron sin regulación.
Fue hasta 2018, y tras envolverse en un momento político clave (el final del sexenio de Enrique Peña Nieto), que se realizaron aprobaciones rápidas, ajustes sin entendimiento y avances sin claro objetivo. El impacto sería un freno para los nuevos negocios.
“La regulación es un inhibidor de la innovación, y (paradójicamente) fue ésta la que provocó que surgiera este nuevo sector. Con el tema regulatorio será más complejo que alguien pueda innovar y participar en el ecosistema Fintech”, considera Juan Carlos Castro, fundador de Briq.
Hasta ahora, ante los múltiples requisitos planteados por la ley, las plataformas de pagos electrónicos PayPal y Conekta han informado que han decidido no solicitar la autorización a la CNBV para operar como empresas de fondos de pago electrónico o wallets.
“La decisión de no buscar una licencia dentro de la Ley Fintech es porque en PayPal buscamos enfocarnos en el corazón de nuestro negocio, que es el procesamiento de pagos”, dice Hernán Garza, director legal de PayPal México.
Abimael Zavala, fiscalista y especialista en prevención de lavado de dinero, indica que la ley es estricta, pero es necesaria para dar seguridad a los clientes o usuarios. Obedece a los acuerdos de Basilea, o bien, a la tendencia en el resto de los sistemas financieros.
“No gusta, pero tiene que ver con la seguridad de los consumidores: se busca evitar cualquier tipo de fraude. Este es el objetivo que tiene el gobierno, aunque haya empresas que no les gusta y dicen que impide la innovación. Es lo contrario, si se quiere mayor control, éste es el camino”, señala el especialista.
EL GRAN MERCADO
El potencial del mercado Fintech todavía no está calculado, pero hay datos que dejan asomar que éste es enorme.
Para la firma Statista, la tasa promedio de crecimiento de las empresas Fintech será de 17 % anual para los próximos años, y el valor total de las transacciones en este mercado fue cercano a 36 mil millones de dólares en 2018. Para 2022 se prevén 68,201 millones de dólares en operaciones.
“Muchas empresas ya han enviado correos diciendo que a partir del 25 de septiembre no van a realizar operaciones; esto es triste.” Amanda Sotto, cofundadora de pLAY Business.
De acuerdo con el estudio de eMarketer Latin America eCommerce 2019, apenas para el cierre de 2019 se estima que 2.2 millones de usuarios en el país se sumen a los actuales consumidores en línea.
Play Business plantea que el sector de franquicias, uno que tiene alta participación en el crowdfunding, representa 6 % del PIB de México. Este sector solo equivale a 1.2 billones de pesos.
“Las inversiones en capital de riesgo, es decir, dinero de fondos o inversionistas que apuestan por invertir en una startup, ascendieron a 1,100 millones de dólares en 2017 con 249 operaciones, eso muestra el atractivo por los modelos de negocio innovadores”, agrega Gerardo Obregón, fundador de Prestadero.
En medio de los claroscuros de la ley hay otro consenso: la industria Fintech crecerá de forma exponencial.