Esta empresa mexicana está dispuesta a pelear a lo grande. Para 2020, quiere ser líder.
A Lanix la conocí cuando tenía 12 años, recuerdo que un amigo de mi hermana me habló de una marca de computadoras mexicana. En ese momento había algunas cajas grises de marcas como Elektra o Acer. Mismas en las que di mis primeros pasos en el mundo digital.
Después, mi hermano mayor, el ingeniero, me habló de ella como una marca mexicana donde buscaba realizar sus prácticas profesionales. Si soy honesto, en esos incipientes acercamientos del cómputo al mercado de consumo, los usuarios no alcanzábamos a medir el reto que implicaba que un mexicano buscara competir con empresas como HP o IBM.
A fin de cuentas se trataba de computadoras, y la adquisición de uno de estos aparatos ya implicaba un acercamiento a la modernidad, no importando la marca. Hoy la cosa es diferente: la marca vale más que el producto en sí mismo.
Lanix nace en 1990, en Hermosillo, Sonora.
Lanix nace en 1990, en Hermosillo, Sonora, año en el que lanza su primer producto. Hoy, tiene operaciones en Chile, Perú y Colombia, en donde fabrica y comercializa equipos de cómputo, y comercializa móviles.
Aun con estos logros, cuando se habla de marcas de tecnología nacionales, no es que al mexicano le implique un orgullo; en lugar de eso, es más un tema de desconfianza.
¿Funcionará bien? ¿No será “chafa”?
Por otro lado, es muy común que las marcas nacionales caigan en el cliché de utilizar los colores patrios como parte de su mercadontecnia. “Nunca nos hemos envuelto en la bandera nacional”, comparte Gabriel González, director comercial de Lanix Mobile.
“Nosotros te decimos compra lo mexicano porque realmente te funciona y por eso siempre hemos cumplido con el objetivo de darte un equipo con lo último de la tecnología y al precio más accesible”.
La meta de Lanix hacia el 2020 es ser la marca número uno en México.
Hace un mes, Lanix lanzó dos equipos: uno de ellos con dos cámaras en la parte posterior, y otro más con una pantalla casi sin bordes.
Con esto se colocan a la par de modelos premium de firmas como Huawei, Motorola, LG o Samsung, pero a precios que no superan los 6,000 y 4,000 pesos, respectivamente.
¿Se puede confiar en ellos?
Gabriel revela el truco: si bien los aparatos se fabrican en China, el diseño se hace en el país y contempla las necesidades del público local, con un poder adquisitivo medio/bajo.
La meta de Lanix hacia el 2020 es ser la marca número uno en México. Algo que se ve sumamente complicado; para empezar, hay que vencer a marcas asiáticas como Samsung, LG o ZTE. Y configurarse como un referente no sólo de México, sino global.
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Este reconocimiento lo ha empezado a obtener –sin ser algo fácil– gracias a las alianzas con las principales telefónicas. El pasado Buen Fin, AT&T hizo oficial la llegada de Lanix a sus filas con dos modelos.
Uno de ellos –con cámaras de 8 megapixeles, 1 gigabyte de RAM, 8 gigabyte de memoria interna, Android– no superior a los 1,500 pesos. Por su parte, Jesús Cansino, Chief Marketing Officer de AT&T México, expresó su respaldo hacia la marca a través de un comunicado.
Finalmente, Lanix necesitará dar el paso de ser una “firma mexicana”, para convertirse en sinónimo de garantía de tecnología confiable en todos los escenarios. En menos de tres años comprobaremos si lo logró.
NOTA DEL EDITOR: Este artículo de opinión fue publicado originalmente en la edición de diciembre de la revista Fortune en Español.