Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Filipinas buscan cavar más profundo en el asunto.
Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Filipinas buscan cavar más profundo en el asunto.
Los gobiernos de todo el mundo iniciaron investigaciones sobre Uber luego de que la compañía revelara que había cubierto una brecha que exponía los datos de 57 millones de clientes y conductores. Se trata del más reciente escándalo que sacude a la empresa.
Las autoridades de Gran Bretaña y Estados Unidos, dos de los principales mercados de Uber, así como en Australia y Filipinas, dijeron el miércoles que investigarían la respuesta de la compañía a la violación de datos.
Algunos legisladores estadounidenses pidieron audiencias en el Congreso e imploraron a la Comisión Federal de Comercio (FTC) que estudie el asunto.
Uber dijo que ha estado en contacto con el organismo gubernamental y varios estados para debatir sobre el hackeo, que tuvo lugar el año pasado.
“Hemos estado en contacto con varias Oficinas Generales del Fiscal del Estado y la FTC para discutir este asunto, y estamos listos para cooperar con ellos en el futuro”, dijo un vocero de Uber en un comunicado enviado por correo electrónico.
Este martes Uber hizo público a través de su nuevo CEO, Dara Khosrowshahi que a fines de 2016 pagó 100,000 dólares a piratas informáticos para destruir los datos robados de más de 57 millones de clientes y conductores y decidió no informar el asunto a las víctimas o las autoridades.
En el blog del sitio web, Khosrowshahi reconoció que la compañía había cometido un error al manejar la violación.
El servicio de viajes es conocido por la postura dura que ha tomado contra los reguladores, ya que busca expandirse agresivamente y competir con los servicios de taxis existentes.
Los procuradores generales de al menos cuatro estados de EU, Connecticut, Illinois, Massachusetts y Nueva York, dijeron que habían iniciado investigaciones sobre la violación.”Tenemos serias preocupaciones sobre la conducta denunciada”, dijo la fiscal general de Massachusetts, Maura Healey, en un comunicado.
El senador estadounidense Richard Blumenthal ocupó su cuenta de Twitter para pedir que la FTC investigue a Uber; describió el comportamiento de la compañía como “inexplicable” y solicitó a la FTC que imponga “sanciones significativas”.
La FTC, que investiga compañías acusadas de ser descuidadas con los datos de los consumidores, dijo que estaba investigando el asunto, pero se negó a decir si había iniciado una investigación formal.
“Estamos al tanto de informes de prensa que describen una violación a finales de 2016 en las acciones de los funcionarios de Uber y la compañía después de esa violación. Estamos evaluando de cerca los graves problemas planteados”, dijo un portavoz de la FTC.
El político, Frank Pallone convocó a una audiencia en la Cámara de Representantes.
“Si Uber efectivamente pagó en secreto a los piratas informáticos para mantener la brecha en secreto, entonces un posible encubrimiento del incidente es problemático y debe ser investigado”, dijo Pallone en un comunicado.
Gran Bretaña y otros países se unen
La autoridad británica de protección de datos dijo que trabajaría con agencias en el Reino Unido y en el extranjero para investigar el asunto.
“Si los ciudadanos del Reino Unido se vieran afectados, entonces deberíamos haber sido notificados para poder evaluar y verificar el impacto en las personas cuyos datos fueron expuestos”, dijo en una declaración James Dipple-Johnstone, comisionado adjunto de la Oficina del Comisionado de Información del Reino Unido.
La ley británica conlleva una multa máxima de 500,000 libras (662,000 dóalres) por no notificar a los usuarios y a los reguladores cuando ocurren violaciones de datos.
“Ocultar deliberadamente las infracciones de los reguladores y los ciudadanos podría atraer mayores multas para las empresas”, dijo Dipple-Johnstone.
La información robada incluía nombres, direcciones de correo electrónico y números de teléfono de 57 millones de clientes de todo el mundo, y los nombres y números de licencia de 600,000 conductores estadounidenses, según la misma confesión de Dara Khosrowshahi, quien reemplazó al fundador Travis Kalanick como CEO en agosto.
Ante el hecho revelado, Uber dijo que despidió a su jefe de seguridad, Joe Sullivan, y a un agente, Craig Clark, esta semana por su papel en el incidente. Sullivan, ex funcionario de seguridad de Facebook y fiscal federal, fungió como jefe de seguridad y subdirector general de Uber.
Sullivan no quiso hacer ningún comentario. Clark no pudo ser contactado para hacer comentarios.
Kalanick, a través de un portavoz, se negó a comentar. El ex CEO permanece en la junta de de directores, y Khosrowshahi ha dicho que consulta con él regularmente.
Lo sombra del escándalo
En los últimos meses, una serie de ejecutivos abandonaron Uber en medio de controversias sobre acoso sexual, privacidad de datos y prácticas comerciales en Asia. La junta eliminó a Kalanick como CEO en junio.
El regulador de transporte de Londres sacó recientemente la licencia de operación de Uber, diciendo que la compañía no se ocupó de los problemas de seguridad pública. Uber está apelando la decisión.
La agencia dijo el miércoles que estaba buscando más información sobre la violación.
“Los presionamos para que nos den todos los detalles de lo que sucedió, de modo que podamos estar seguros de que existen todas las protecciones adecuadas para los datos personales de los conductores y clientes en Londres”, dijo un portavoz de Transport for London.
Uber dijo a principios de este mes que había llegado a un acuerdo para permitir que la japonesa SoftBank invirtiera hasta 10,000 millones de dólares, la mayor parte mediante la compra de acciones de los inversores existentes.
El precio final aún no se ha decidido, y SoftBank podría retirarse si no hay suficientes inversionistas previos de Uber dispuestos a vender al precio correcto.