Una de las innovaciones más importantes de la industria de la tecnología cumplió 10 años en 2017. Repasa su crecimiento en ventas y evolución de sus modelos.
El diseño del dispositivo que revolucionaría los teléfonos móviles y, eventualmente, la cultura en general, surgió del odio. Al considerar la posibilidad de crear el iPhone, Steve Jobs se dio cuenta de que a gran parte de las personas les desagradaba su móvil.
“Todo el mundo tiene un teléfono celular, pero no conozco a ninguna persona que le guste”, le dijo una vez a John Lasseter, jefe creativo de Pixar.
Para crear un teléfono que la gente amara de verdad, Jobs se basó en la innovación más importante del año: la pantalla táctil. Fue la clave para crear una metamorfosis de la computación: un dispositivo que podría ser un teléfono, después una cámara y una consola de videojuegos también.
Con la ayuda del iPhone, la mensajería móvil se expandió de un nicho más reservado a un
fenómeno cultural.
El maestro de lo inesperado dio a conocer su primer smartphone en enero de 2007 conuno de los discursos de ventas más brillantes de la historia.“Hoy vamos a presentar tres productos revolucionarios”, declaró Jobs para distraer a la audiencia.
El iPhone sería tres cosas a la vez: teléfono, iPod y un dispositivo con Internet. Steve Ballmer, entonces CEO de Microsoft, se rió.
Clayton Christensen, el profesor de negocios de Harvard que introdujo el concepto de “destrucción creativa”, se rascó la cabeza. Pero la reacción del público después del lanzamiento del iPhone, el 29 de junio, fue todo menos escéptica.
Diez años más tarde, resulta evidente que los críticos estaban equivocados. Los consumidores tenían razón, una vez más. Las ventas subieron a gran velocidad y luego más, como la espuma, cuando Apple redujo el precio de introducción del iPhone 3G 199 dólares con un contrato de Internet inalámbrico.
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Todavía más significativo es que en un año, Apple introdujo una nueva característica a la que Jobs se había resistido inicialmente: la App Store; que permitió a los usuarios del iPhone comprar e instalar programas móviles de otros desarrolladores directamente a su teléfono, desatando una ola de creatividad y nuevos modelos de negocio.
Crédito: Fortune
La magia del iPhone estaba colocando a “la potencia de la computadora en el bolsillo”, además de su fácil uso, afirma el analista Toni Sacconaghi, de Bernstein Research.
Con la ayuda del iPhone, la mensajería móvil se expandió de un nicho más reservado a un fenómeno cultural con WhatsApp y Snapchat. Las redes sociales Twitter y Facebook ganaron grandes y nuevos mercados. Los juegos como Angry Birds hicieron mucho dinero, mientras que la aplicación de Uber entró en escena.
Durante los primeros años del iPhone, Apple se llevó la mejor parte del pastel de la industria de la telefonía móvil. Para finales de 2009, uno de cada siete dispositivos vendidos en el mundo era iPhone, según IDC. Y mientras Apple se lucía frente a BlackBerry, Nokia y Microsoft, Google comenzó su propio esfuerzo inspirándose en el iPhone e introdujo el sistema operativo móvil Android.
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La apuesta funcionó. A diferencia de Apple, Google cortejó a varias compañías de telefonía con promesas de tener un mayor impacto y más dinero. Google trabajó con varios fabricantes de hardware como Samsung, para conseguir mejores teléfonos Android y una variedad más grande de diseños.
Para 2010, se vendían más teléfonos con Android que con el sistema iOS de iPhone, generando así mayores ganancias para Android. Apple no reconoció en el momento el atractivo de los teléfonos de pantalla grande de Samsung.
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Para el año pasado, el software de Google alimentaba más de cinco de cadaseis smartphones. También se presentaron otros contratiempos para Apple, como “Antennagate” en 2010, cuando Jobs no hizo caso de las quejas de los usuarios sobre los problemas de recepción del iPhone.
E incluso con el éxito de Android, las ventas del iPhone se mantuvieron al alza. Apple vendió casi el doble de unidades en 2010 con respecto al año anterior, duplicó sus ventas de nuevo en 2011 y continuó creciendo un promedio de 25% anual para alcanzar un máximo de casi 232 millones de dólares en 2015.
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Sin embargo, el crecimiento del iPhone se ha estancado recientemente. Apple vendió 215 millones de unidades en 2016; se trata de su primer declive anual después de hacer ajustes mínimos durante los dos años anteriores.
Las características de la edición de 10º aniversario pueden cambiar todo. El revolucionario iPhone X tiene una pantalla sin biseles, reconocimiento facial, cubierta de vidrio y carga inalámbrica. Tal vez esto será suficiente para colocar al teléfono preferido de Jobs otra vez en la cima y ser el ganador absoluto de la competencia.
El tiempo y los consumidores lo confirmarán.
*NOTA DEL EDITOR: Este artículo aparece en la edición de lanzamiento de la revista Fortune en Español, de octubre 2017.