Más que encender las luces desde el celular, los consumidores tech esperan una inmersión total de los sentidos en la tecnología para 2030.
Por Sandra Pérez
La siguiente escena será posible en algunos años. Una mujer llega a casa después de una jornada ajetreada. Se le antoja acostarse frente al televisor y comer una apetitosa cena. Le gustaría sentir la brisa y los sonidos de la playa e incluso la compañía de alguien más.
Es entonces cuando su entorno comienza a transformarse: poco a poco empieza a sentir que el clima cambia, escucha a lo lejos el circular de las olas del mar y logra sentir la brisa en la cara.
Voltea hacia el comedor y ve un arreglo con flores naturales al centro, dos candelabros y cuatro platos alrededor. Su apetito cada vez se acentúa más, pues ese olor que sale de la cocina indica que la pasta ya está lista para servirse.
No fue necesario que cocinara, pues nada más pensó qué quería cenar y el pedido se realizó en una tienda digital.
Estos escenarios que cambiarán la experiencia de los internautas describen una inmersión total de los sentidos en la tecnología. Los early adopters de la tecnología ya la esperan para la próxima década, según el reporte 10 expectativas del consumidor para 2030 de la compañía sueca Ericsson.
La red 5G será el motor detrás de esta tecnología, señala Catalina Irurita, su vicepresidenta de Marketing, Comunicación y Relacionamiento para Latinoamérica Norte en entrevista.
UN MUNDO DE PANTALLAS
Para comenzar a hablar del internet de los sentidos, término que surgió a partir del reporte de Ericsson, y ver su viabilidad, hay que saber cuál es la etapa actual: el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), cuyo gasto mundial alcanzó 745,000 millones de dólares (mdd) en 2019 según la consultora IDC.
Esta cifra representó un incremento del 15.4% con respecto a 2018 y se espera que para 2022 la cifra supere el billón de dólares, de acuerdo con la publicación. Se estima también que para este mismo año existan más de 26 billones de dispositivos conectados entre sí, tal como reporta Gartner.
Sin embargo, como es de esperar, el crecimiento no es proporcional en todas las partes del mundo.
Por ejemplo, Latinoamérica —región de países emergentes— va a paso más lento, pero según IDC, para 2022, 50% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región sea digitalizado. Ello implica una inversión aproximada de 380,000 mdd entre 2019 y 2022 y que 54% de las empresas aumente su gasto en tecnologías de la información (TI).
Lo que estos datos reflejan es que el planeta donde nos encontramos es 4G, en el cual predomina el smartphone. “Estamos viviendo en un mundo de pantallas aún y el usuario predice que eso es lo que va a cambiar”, puntualiza la directiva de Ericsson.
Además, hoy la red LTE-M es la que facilita la conectividad de IoT tradicional para brindar servicios como medidores inteligentes de energía, monitoreo de mercancía y administración de la cadena de suministro, explica Eduardo Bolívar, gerente de Innovación e Internet de las Cosas en AT&T México, a Fortune en Español.
Irurita explica que hoy en día la tecnología interactúa con dos sentidos humanos: la vista y el sonido. Conforme los consumidores se adentren más al mundo digital sensorial, necesitarán de una conexión más rápida, y el 5G será imprescindible para lograrlo.
Mientras que para 2025 IDC calcula que habrá 80,000 millones de dispositivos conectados en el mundo, Ericsson Research proyecta que en ese tiempo, la tecnología que se tendrá permitirá un internet de los sentidos completo; pero depende de varios factores y el papel que tomen las empresas será decisivo.
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DE LOS SERVICIOS A LA EXPERIENCIA
La transición al IoT fue lenta y con problemas de seguridad. Sin embargo, Catalina Irurita confía en que el camino hacia el internet de los sentidos será más sencillo. “Las nuevas generaciones ya son nativos digitales”, menciona.
Para 2030, según la visión de Ericsson en su reporte, será común transmitir pensamientos de forma digital. Coincide con lo que su consumidor espera: 68% de ellos desea utilizar al menos una de seis aplicaciones del internet de los sentidos.
Tanto Ururita como Bolívar destacan que Ericsson y AT&T, respectivamente, están listos para dar ese paso al internet sensorial.
Sin embargo, no se trata de una situación que solo involucre al usuario y a las empresas de telecomunicaciones, sino a los reguladores. Ante esta situación Catalina Irurita se muestra confiada en que existirán las normas adecuadas para esta década.
“Ya no hablemos tanto de conectividad, hablemos de proveer estas experiencias como soluciones o servicios”. Eduardo Bolívar — gerente de innovación e internet de las cosas en AT&T México.
Las áreas en las que más impacto tendrá esta tecnología serán el entretenimiento, creación de contenido y educación, coinciden los ejecutivos.
Irurita pone de ejemplo un viaje en la historia: vivir una recreación de algún hecho histórico en donde se experimente lo que ocurría en ese momento. “Esto podría funcionar en las escuelas”, especifica.
De acuerdo con el informe, 40% de los usuarios ve el entretenimiento inmersivo como el principal impulsor de este cambio; 33% piensa que una mejor compra en línea será clave y 31% opina que este cambio ocurrirá debido a la crisis climática.
Por otro lado, con la llegada del internet de los sentidos, el usuario ya no solo necesitará de los servicios que les brinden las compañías de telecomunicaciones, sino de las experiencias que estas les ofrezcan.
Según Eduardo Bolívar, cambiará la forma de hacer negocios y de vender: “Ya no vamos a hablar simplemente de transmitir datos, ahora vamos a tener que aprender a vender experiencias, porque es lo que la gente buscará, ya no solo una conexión”.
En el caso de países emergentes, como los de la región latinoamericana, la adopción será más lenta, sobre todo por la infraestructura existente.
Los consumidores esperan que las cinco Big Techs, junto con empresas de cada industria, dominen por lo menos 50% de todos los servicios del internet de los sentidos en tan solo 10 años más.