Esos bits intangibles que forman datos, textos, audios e imágenes (información digital) existen en servidores y routers que requieren mucha energía.
Por invitada especial: Emma Herrera, Head of Foresight en Uncommon, agencia de diseño estratégico e innovación.
¿Cuántas fotografías has guardado que jamás miras ni planeas imprimir?, ¿cuántos videos has hecho en conciertos que nunca más has visto?, ¿cuántas aplicaciones usas realmente en tu celular? Como usuarios de internet creamos una enorme cantidad de información digital. Diariamente se suben 350 millones de fotografías en Facebook, se generan 4.5 billones de “me gusta” y 10 billones de mensajes de chat. Estos números son solo de una red social, ¿cuántos datos existirán por cada plataforma digital con la que interactuamos?
Al mismo tiempo, las compañías de la lista de Fortune 500, confían cada vez más en la nube para resguardar sus datos y aplicaciones de software críticas. De acuerdo a información de IDC, la venta de servicios públicos en la nube alcanzará los 261 mil millones de dólares en el año 2022.
Todo este mundo de información para almacenar, mover, procesar y analizar, requiere energía y espacio. El centro de data más grande se encuentra en Langfang, China, pertenece a Range International Information Group y ocupa cerca de 20 mil metros cuadrados. En Estados Unidos podemos encontrar muchos más, el mercado global de construcción de centros de data va a crecer de 14.59 mil millones de dólares en 2014 a 22.73 mil millones para el 2019.
En los últimos años esta tecnología ha tenido grandes avances, desde la velocidad para acceder y procesar tareas, hasta el aumento en la eficiencia de almacenamiento y diagnósticos, pero también están surgiendo inconvenientes.
El problema del calentamiento de servidores es frecuente e implica un gran gasto energético y monetario. Para remediarlo, compañías como Facebook están llevando sus centros de data a lugares fríos como Suecia. Otra solución es enfriarlos en el mar, que es una mejor opción de acuerdo a Ben Cutler, quien está a cargo del Proyecto Natick en Microsoft, que busca sentar las bases para la creación de centros de data más sustentables.
El concepto de centrales de datos debajo del agua fue originalmente presentado como una idea en un evento de Microsoft llamado ThinkWeek, que alienta a los empleados a compartir ideas out-of-the-box. Doce meses después de dar a conocer el proyecto, en 2014, el equipo desplegó un prototipo construido en California, donde operó por 105 días. La idea es que en el futuro este tipo de centros pueda abastecer a las ciudades costeras del mundo, ya que los centros tradicionales pueden producir el 3.5% de las emisiones globales en 10 años y el 14 por ciento para el 2040.
Es cada vez más frecuente que para guardar su información, las organizaciones opten por un sistema híbrido, donde se contratan espacios en los grandes centros, pero a la vez se desarrollan servidores locales. De esta forma pueden facilitar las operaciones y, en caso de emergencia, actuar más rápido. Justo este modelo hace que las organizaciones tomen responsabilidad respecto al impacto ambiental y encuentren maneras de hacer más eficientes sus recursos.
La información digital seguirá creciendo exponencialmente y aunque ya se diseñan soluciones pensando en cómo ofrecer un mejor servicio, también se tiene que pensar a largo plazo. Muchas veces se generan soluciones a corto plazo que resultan estar llenas de problemas inesperados, tanto para la organización, como para el medio ambiente y los consumidores. Autora: