Facebook está trabajando en unas gafas de realidad aumentada que ayudarán a las personas a escribir a través de la monitorización de sus señales cerebrales en lugar de exigirles el uso de un teclado.
Dos años después de la investigación, la compañía dijo que la meta de la ciencia ficción puede ser alcanzable.
“Queremos poder ofrecer a la gente una forma flexible y de manos libres para interactuar con las gafas de realidad aumentada que llevarán puestas durante todo el día de una forma privada y discreta”, dijo Mark Chevillet, director de investigación de Facebook Reality Labs, el grupo de realidad virtual y realidad aumentada de la empresa.
El gigante del social media anunció por primera vez su objetivo de construir un dispositivo portátil que detectara el habla en la actividad cerebral hace dos años en F8, su conferencia de desarrolladores.
La compañía dijo que la investigación que financió en colaboración con la Universidad de California, San Francisco, demostró que la actividad cerebral de las personas puede ser decodificada y transcrita en texto en tiempo real.
Es el primer paso en el objetivo más amplio de Facebook para crear un sistema capaz de escribir 100 palabras por minuto leyendo el cerebro.
“El estudio de la UCSF es una prueba de concepto para nosotros de que es posible hablar en silencio”, dijo Chevillet. “Más allá de eso, lo que nos dice es qué señales neuronales son necesarias para soportar una interfaz de habla silenciosa.”
Investigadores de la UCSF condujeron el estudio, parte de un proyecto más grande llamado Project Steno, en participantes voluntarios con habla normal que se estaban sometiendo a cirugía cerebral para tratar la epilepsia.
Querían encontrar una manera de utilizar las grabaciones cerebrales para restaurar las voces de las personas que perdieron su capacidad para hablar.
Durante la cirugía cerebral se colocaron electrodos temporalmente sobre porciones del cerebro de los participantes para detectar actividad durante aproximadamente una semana. Esto permitió a los médicos controlar sus convulsiones y, al mismo tiempo dio pauta a los investigadores para entender la actividad cerebral relacionada con el habla.
Los investigadores encontraron que la actividad cerebral que se registraba mientras la gente hablaba podía traducirse en texto casi instantáneamente.
“Por lo general, la gente recopila los datos y los analiza después”, dijo Chevillet. “Pero ahora UCSF dice que pueden hacerlo en tiempo real, lo que lo hace interactivo.”
David Moses, uno de los investigadores de la UCSF, dijo en una entrada del blog: “Esta es la primera vez que se ha utilizado este enfoque para identificar palabras y frases habladas…. En estudios futuros esperamos aumentar la flexibilidad y la precisión de lo que podemos traducir de la actividad cerebral”.
FACEBOOK, FINANCIADOR DEL PROYECTO DE REALIDAD AUMENTADA
Facebook, que financió y proporcionó apoyo de ingeniería para el proyecto, dijo que no desempeñó ningún papel en el estudio ni tuvo contacto con los participantes.
La siguiente fase del Proyecto Steno es determinar si es posible usar la actividad cerebral para restaurar la capacidad de comunicación de un participante discapacitado.
Facebook financiará de nuevo la investigación y también proporcionará un pequeño equipo de sus propios investigadores que darán información y apoyo de ingeniería, dijo la compañía.
Esta no es la única compañía que trabaja para tratar de aprovechar el poder del cerebro humano para obtener tecnología avanzada. Neuralink, una compañía respaldada por Elon Musk, CEO de Tesla, ha estado probando un sensor cerebral que puede ayudar a detectar la actividad neuronal. Ya está siendo probado en humanos.
Mientras tanto, Google se ha centrado en mejorar sus propias gafas AR, Google Glass-un producto dirigido a clientes corporativos. La compañía no respondió a una pregunta sobre si planea trabajar en una interfaz de computadora cerebral.
La investigación financiada por Facebook plantea muchas preguntas. En primer lugar, hay preocupaciones sobre la privacidad de permitir que empresas como Facebook y Google tengan acceso al cerebro.
También hay otras cuestiones éticas sobre cómo los dispositivos determinarían la diferencia entre el discurso que una persona quiere dar a conocer y el discurso que una persona puede querer retener.
Chevillet dijo que Facebook es consciente de que hay muchos más problemas complicados por delante.
“No tenemos la capacidad de responder a todas las preguntas éticas ni de saber cuáles son”, dijo. “Pero lo que podemos hacer es… discutirlos como parte de la conversación.”
Y eso significa adoptar un enfoque transparente en el desarrollo de este tipo de productos por parte de la empresa.
Aunque las últimas investigaciones ayudan a Facebook a acercarse a su objetivo final de desarrollar un dispositivo portátil que pueda ser controlado por el cerebro, este tipo de producto todavía está al menos a 10 años de distancia, estimó Chevillet.
La investigación prueba que es posible traducir la actividad cerebral de la intención de hablar a texto, dijo. Pero aún queda mucho trabajo por hacer para que eso sea posible sin electrodos implantados en el cerebro.
Investigadores de Londres y la Universidad de Stanford en 2018 publicaron un artículo en la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. en el que sugieren que “actualmente no hay ninguna tecnología disponible que pueda registrar un potencial de acción sin la necesidad de una cirugía mayor”.
Además, afirma que los retos relacionados con la creación de esta tecnología “no se resolverán de la noche a la mañana sólo con el entusiasmo y el celo de Silicon Valley”.
Facebook dice que también está colaborando con el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins y con la Universidad de Washington en San Luis para construir dispositivos cerebrales que también puedan decodificar palabras.
“Es un momento emocionante para las tecnologías de computación cerebral”, dijo Chevillet. “Hemos hablado de ello desde los años 70, pero sólo en los últimos 10-15 años han habido demostraciones realmente convincentes de que la computación cerebral es realmente posible”.
Por Danielle Abril
Las tácticas de control de datos de Facebook y Google ya no son sólo un problema de privacidad