Una nueva investigación de la Universidad Johns Hopkins demuestra cómo los drones se pueden usar para entregar muestras de sangre desde lugares remotos en clima caluroso sin afectar los resultados.
Típicamente, tales muestras son transportadas por tierra en hieleras para mantener constante la temperatura. La noción de utilizar drones en condiciones climáticas extremas plantea, por lo tanto, preocupación por la viabilidad de la muestra.
En este caso, los investigadores volaron 84 muestras por más de 250 kilómetros sobre el desierto de Arizona y fueron capaces —usando hieleras personalizadas— de mantener la temperatura lo suficientemente estable para que las muestras se mantuvieran viables para su estudio. Los resultados se publicaron en la Revista Americana de Patología Clínica, y también por Stat, un sitio de noticias de salud.
El uso de drones en aplicaciones médicas intriga a los investigadores.
En junio, por ejemplo, investigadores del Karolinska Institutet de Suecia realizaron una simulación para ver si un dron podía entregar desfibriladores portátiles a las víctimas de ataques cardíacos más rápido que las ambulancias. Encontraron que en promedio, los drones podían llevar el equipo a los pacientes 16 minutos más rápido, una ventaja en el tiempo que ciertamente podría salvar vidas.
Los investigadores de la Universidad en el estudio de la muestra de sangre dicen que sus resultados demuestran que las muestras biológicas se pueden transportar en distancias relativamente largas siempre que haya “controles ambientales rigurosos para asegurar resultados constantes”. En este caso, eso significa una hielera personalizada.