Las pruebas genéticas comienzan a ser accesibles para todos.
Un panel de empresarios y expertos en salud debatieron una pregunta por excelencia del siglo XXI durante la tercera conferencia anual Fortune Brainstorm Health en Laguna Niguel, California, este lunes: ¿Deberían todos los seres humanos tener sus genomas secuenciados en la búsqueda de una “medicina personalizada” y posiblemente prevenir (o al menos bloquear) enfermedades graves?
Para los panelistas Kathy Giusti, creadora de la Fundación de Investigación de Mieloma Múltiple (MMFR), y Othman Laraki, cofundador y CEO de la firma de pruebas genéticas Color Genomics, la respuesta es clara.
“Creo que sí”, le dijo Giusti al moderador, el doctor David Agus. “Ahora hay literalmente un retorno de inversión (ROI) positivo para secuenciar a toda la población”, agregó Laraki.
Las pruebas genéticas se han vuelto más populares porque los precios han bajado considerablemente.
La compañía de Laraki, Color, se especializa en pruebas de detección de cáncer de las mutaciones del gen BRCA, que pueden indicar un mayor riesgo de cáncer de mama, ovario y próstata.
La compañía también ha estado expandiendo su arsenal a pruebas genéticas de enfermedades cardiacas, incluida una nueva prueba anunciada este lunes llamada Hereditary Heart Health Test, que analiza 30 genes que se encuentran entre los mayores factores de riesgo de posibles complicaciones cardíacas, como ritmos cardíacos anormales que podrían mortal.
Como destacaron Giusti y Laraki, una de las principales razones por las que las pruebas genéticas se han vuelto más populares es que sus precios han caído considerablemente.
Alguna vez costando más de 5,000 dólares, compañías como Color ahora ofrecen sus servicios genómicos por alrededor de 250 dólares.
La esperanza final es que una porción más grande de la población obtenga también la secuencia de sus genes, ya sea para ayudar en la investigación de fármacos o alertarlos sobre posibles riesgos para la salud.
Pero todavía hay algunos obstáculos. Por ejemplo, mientras entre el 70 y el 80% de los clientes de muchas firmas de pruebas genéticas autorizan el uso de sus datos de ADN para investigación, el 15% restante o el 20% todavía tiene dudas sobre cómo se utilizarán esos datos o qué tan seguro es.
Y luego está el acaparamiento de datos, donde esta información genética no se comparte ampliamente.
“Creo que todos los datos deberían ser liberados”, dijo Giusti. En cuanto a las preocupaciones de seguridad, el socio general de Andreessen Horowitz, Vijay Pande, dice que el tema es de “seguridad de la información en general”.