Bitcoin impulsa a los desarrolladores de tarjetas gráficas, reforzando el cierre de un año con mucha actividad.
Los desarrolladores de las tarjetas gráficas más avanzadas del mundo —ese hardware que le permite a los gamers tener experiencias de acción más realistas que nunca y sumergirse en una realidad virtual inmersiva— están teniendo un año impresionante. Durante el pasado mes de agosto, Nvidia anunció un aumento del 56 % en sus ingresos interanuales. Por su parte, AMD también vio sus ingresos crecer 18 % en el mismo periodo.
Sin embargo, ninguna de las dos compañías ha querido presumir las razones de ese crecimiento, y sus inversionistas tampoco se han sentido particularmente emocionados.
¿La razón? En una sola palabra: Bitcoin.
Bueno, en realidad va más allá de solamente ese concepto. Las tarjetas gráficas (conocidas como GPUs) fueron usadas alguna vez para ‘minar’ el bitcoin, o para resolver los acertijos criptográficos que permiten resguardar miles de millones de dólares en moneda virtual a cambio de divisas digitales. Pero eso ya no sucede así. Ahora Bitcoin se mina usando ASIC, un chipset más especializado, a una escala de niveles más industriales.
Y así como el precio de Bitcoin se ha disparado este año, docenas de nuevas y menos conocidas criptomonedas también han visto su valor aumentar. Esas cadenas de bloques —entre las cuales encontramos a Litecoin, Monero y, especialmente, Ethereum— aún pueden ser minadas de forma efectiva y rentable por ‘mineros’ de media tiempo usando tarjetas gráficas. En lugares con electricidad barata, una sola tarjeta puede generar aproximadamente cien dólares en utilidades al mes.
Esto ha ocasionado una fuerte demanda en tarjetas gráficas. Nvidia dijo que los mineros generaron alrededor de 150 millones de dólares en el último trimestre. En declaraciones a CoinDesk, analistas estimaron que una proporción considerable de los ingresos de AMD también está llegando de los mineros.
En el lado minorista, los precios de las tarjetas gráficas han aumentado, frustrando a los consumidores que desean adquirirlas para lo que fueron creadas: para jugar videojuegos.
Pero los inversionistas no se han visto entusiasmados como para adquirir más acciones de estas compañías precisamente porque su crecimiento se ha dado por su dependencia a las criptomonedas. A pesar de que el valor de Bitcoin y similares sigue en aumento, aún se trata de un escenario de mucha especulación. Todavía son raras las aplicaciones dedicadas especialmente a la tecnología de cadenas de bloques.
Para poner este riesgo en perspectiva, CoinDesk miró en retrospectiva hacia el año 2013, cuando el precio de Bitcoin tocó fondo. Los mineros, que aún usaban GPU, se deshicieron de su hardware en eBay. Las ventas de AMD se desplomaron al año siguiente y no fue sino hasta 2015 cuando comenzaron a recuperarse lentamente.
A pesar de que el ecosistema de las criptomonedas es mucho más robusto hoy que en 2013, la burbuja podría volver a explotar, provocando que la minería no sea rentable y poniendo a los fabricantes de chips contra la pared. Un riesgo aún más claro a mediano plazo está en que Ethereum, la segunda criptomoneda con más valor en el mercado, intenta dejar atrás el uso del hardware actual para sus actividades de minería.
Sin embargo, también existe una posibilidad más optimista. Si las criptomonedas llegan a ser adoptadas de forma más masiva, entonces AMD y Nvidia tendrán las puertas abiertas a un mercado más grande. La razón para creer en este escenario más favorable se debe a un aumento en la búsqueda de guías y herramientas para ayudar a nuevos mineros a crear sus bases de trabajo desde sus habitaciones, así como sitios para calcular sus ganancias potenciales y administrar sus activos digitales.
¿Pero cuándo llegará el momento de aprovechar ese nuevo mercado? Esa es una pregunta complicada para los fabricantes de GPU. Mientras tanto, el riesgo de seguir dependiendo de una burbuja temporal sigue latente.