El unicornio favorito de Silicon Valley se está enfrentando a una crisis de confianza por parte de sus usuarios. ¿Podrá salir pronto a la bolsa?
Por Polina Marinova
Se puede decir con seguridad que 2019 ha sido el año de la salida a bolsa de varias empresas tecnológicas, pero todavía hay un favorito de Silicon Valley que no ha hecho su debut en el mercado público.
Airbnb. La plataforma de hospedaje es un tipo raro de unicornio: ha sido una compañía generalmente muy querida por el público, dirigida por un CEO que ha hecho las cosas de manera diferente a otros que empezaron compañías en la misma época.
La compañía, que está valorada en US$35,000 millones en los mercados privados, se enorgullece de tener más de siete millones de viviendas en aproximadamente 100,000 ciudades y pueblos de casi todos los países del mundo.
Pero su camino hacia una oferta pública inicial (OPI) también ha estado lleno de obstáculos.
Airbnb, una empresa cuyo negocio se basa en la confianza mutua entre anfitriones y huéspedes, se enfrenta ahora a una crisis de confianza.
También lee: Airbnb invertirá más de 2 mdp en campaña de seguridad para hogares mexicanos
Mi colega Aric Jenkins entró en la compañía cuando ésta intentaba implementar cambios de seguridad y se proclamó como la mejor empresa de viajes de ventanilla única.
De su artículo:
En una entrevista el 23 de octubre, [Brian] Chesky, [fundador de Airbnb] me dijo que había querido esperar para hacer una oferta pública inicial hasta que la compañía pudiera dar a los inversores “un sentido de futuro”.
Su objetivo es construir un servicio de viajes de extremo a extremo con variados flujos de ingresos, donde los clientes puedan reservar alojamiento, transporte, comidas y excursiones. Todo bajo un mismo paraguas corporativo.
Las experiencias son un elemento clave de este impulso, pero no son las únicas.
En los últimos años, Airbnb se ha expandido hacia casas de lujo y habitaciones de hotel convencionales. Al mismo tiempo ha dado pasos para ofrecer tours a museos y lugares de interés, reforzados por adquisiciones de compañías con experiencia relevante.
Pero la expansión no tendrá éxito si los consumidores, los inversores y los reguladores desconfían de Airbnb, por lo que la otrora humilde empresa se encuentra en una encrucijada.
… En esta lucha se cierne una cuestión filosófica: a medida que Airbnb aumenta su escala y se compromete a monitorear a los usuarios más de cerca, ¿se arriesga la compañía a abandonar el mantra “Vive como un local” que atrajo a los viajeros independientes en primer lugar?
Kristin Luna, una periodista de Nashville que ha sido una “superanfitriona” de alto nivel en Airbnb durante casi seis años, dice que ya ha visto cambios, peor para empeorar: “Se siente como una gran corporación en la que eres un número más”.
Con Airbnb bajo un escrutinio aún mayor en los mercados públicos tras el colapso de WeWork y las decepcionantes actuaciones de Uber, Lyft y Slack, todavía tenemos que ver si el favorito tecnológico de Silicon Valley puede ganar la validación del inversor público.