Internet of Things (IoT) o Internet de las Cosas es una poderosa tecnología que contribuye a la transformación digital de las empresas a través de los accesorios digitales.
Una de las grandes fantasías del ser humano es tener súperpoderes. Ser más rápidos, más inteligentes, invisibles, indestructibles, más fuertes, y omnipresentes.
También nos gustan el futurismo y las predicciones. Mientras nuestro pensamiento construye un porvenir fantástico, a veces se nos olvida que hoy somos capaces de cosas inimaginables hace 20 años, gracias a la tecnología.
Tomemos el caso de IoT aplicada a los Wearables. Estos dispositivos inalámbricos que utilizamos como accesorios en el cuerpo o en la ropa y que están conectados a Internet.
Por ejemplo, Smartwatches que registran nuestra actividad física y la transmiten a una app en nuestro teléfono móvil o audífonos que nos proveen de información con un solo comando de voz.
Esta tecnología es la que puede convertirnos en hombres y mujeres con súperpoderes. En los próximos años veremos cada vez más productos que podremos llevar en el cuerpo y que nos ayudarán a hacer cosas que hasta ahora son imposibles o que nos toman mucho tiempo.
Ahora bien, imaginemos la forma en que una corporación puede aprovechar este tipo de IoT para extender las competencias de sus empleados. Digo imaginemos, porque generalmente cuando relacionamos transformación digital y empresa pensamos en robots, Software as a Service (SaaS), inteligencia artificial o ciencia de datos, más que en hardware inteligente para que los colaboradores lo lleven puesto.
MÁS PRODUCTIVIDAD Y MÁS CAPACIDAD
Esta tecnología derriba el mito de que la máquina sustituirá al hombre. Con IoT a través de los Wearables, las organizaciones pueden lograr cosas, como minimizar riesgos de seguridad, potenciar las capacidades físicas de sus empleados, habilitar interacciones virtuales o proveer información contextual en tiempo real para la toma de decisiones, por mencionar algunas.
Construyamos un par de ejemplos.
El primero: preguntémonos cómo sería una capacitación de simulación a través de VR (Virtual Reality). No se necesitarían más que unos lentes VR con el programa de simulación, a la persona a capacitar y un espacio en el que pueda sentarse o pararse con comodidad según se desarrolle el ejercicio.
El segundo: ¿qué pasaría si en una fábrica los colaboradores utilizaran lentes inteligentes? A través de Augmented Reality (AR) podrían conocer información de la maquinaria con la que operan, desde el tiempo de vida de un equipo en particular hasta la información exacta del último mantenimiento que se le realizó.
¿Qué ganaría la empresa? En el primer ejercicio sin duda la disminución significativa de riesgos de seguridad para el empleado, además del ahorro que implica tener infraestructura para simulacros.
En el segundo caso se lograría la toma de decisiones más eficientes gracias al acceso a información contextual en tiempo real.
Los ejemplos presentados anteriormente nos dejan ver que esta tecnología portable, sin duda, está diseñada para hacernos más fácil la vida.
En este contexto, pensar en Wearables en un entorno corporativo tiene más sentido, pues la transformación tecnológica no solo se trata de drones o de robots, sino de potenciar las capacidades y competencias de los colaboradores, lo que resulta en mayor productividad y eficiencia.
Fuente:
– Deloitte Insights, Workforce Superpowers /Business Strategies.
Por Ulrick Noel, gerente de Innovación en Consultoría Deloitte México