Por Germán Ortiz, socio líder de Clients & Industries en Consultoría, Deloitte México
Seguramente a todos nos ha sucedido. Salimos de prisa por la mañana rumbo al trabajo y en el camino nos damos cuenta de que hemos dejado nuestro celular en casa. Volvemos por él o nos resignamos a dejarlo y estar desconectados del mundo por el resto del día.
Y es que ese dispositivo se ha convertido en parte de nuestra vida, así como una herramienta básica para atender asuntos de índole personal y laboral. Nos mantiene en contacto con nuestros seres queridos, jefes, clientes y equipos de trabajo.
Sin embargo, también nos permite trabajar remotamente, hacer compras, transacciones, jugar y relacionarnos virtualmente a través de las redes sociales.
Es cierto, estar permanentemente conectados a una red de datos nos dificulta establecer un límite en el uso de nuestros celulares en el momento en que debemos enfocarnos a nuestras actividades productivas.
¿Te has dado cuenta de cuánto de su tiempo laboral dedica a mirar la pantalla de su móvil? ¿Cuántas veces has sorprendido a tus colegas distraídos revisando sus cuentas de Facebook e Instagram, o viendo videos?
En la encuesta de Hábitos de los consumidores móviles en México 2019 de Deloitte Consulting Group, el 98% de los entrevistados admitió que ha utilizado su celular en el trabajo para atender asuntos personales, y lo ha hecho con mucha o bastante frecuencia.
En consecuencia, al provocar distracciones, la productividad se ha visto afectada.
UNA DECISIÓN PERSONAL
Es probable que en tu empresa exista una política sobre el uso de celular que los empleados deberían conocer. No obstante, más allá de su cumplimiento o no, al final del día cómo y cuándo se utilicen es una decisión personal.
Llama la atención que más de la tercera parte de los participantes en el estudio (76%) considera que utiliza en exceso su dispositivo, y es algo que les preocupa; especialmente en lo que concierne al tiempo que dedican a ello.
¿Qué acciones llevan a cabo desde la pantalla de su móvil? La lista es larga, pero destaca la navegación por sitios de compras, realizar búsquedas en línea, revisar saldos bancarios y hacer transacciones, hacer video llamadas, revisar redes sociales, leer noticias, tomar fotos y grabar videos, ver series y películas, así como televisión en vivo.
De hecho, actualmente los smartphones se han convertido en el dispositivo preferido para ver videos cortos en plataformas como YouTube, Facebook, Instagram o Snapchat. La frecuencia de esta actividad depende de la edad del usuario; por ejemplo, la mayor tasa de uso (78%) se registra en la población de entre 18 y 24 años, y la más baja (57%) en la de entre 45 y 50 años.
Asimismo, un 83% de los entrevistados aseguró que utiliza su smartphone para jugar videojuegos; y lo hacen en casa, al despertar o antes de dormir, mientras comen o ven televisión y, por supuesto, mientras trabajan o estudian.
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FOCO EN LA PRODUCTIVIDAD
Como se dijo anteriormente, la manera en que se utilice un celular en el entorno laboral es más una decisión personal que exige, en primera instancia, estar conscientes de cómo esto puede mejorar o inhibir la productividad.
En este sentido, además de las medidas que las empresas están adoptando para controlar su uso en los dispositivos móviles proporcionados por ellas o que son propiedad personal (bring your own device, BYOD), los trabajadores realizan una serie de prácticas con las que buscan que dichos aparatos dejen de ser distractores importantes.
Entre ellas se incluye, por ejemplo, desactivar el sonido, silenciar las notificaciones, desconectarse del servicio de datos u optar por el modo avión, borrar aplicaciones que se utilizan muy poco, e incluso, algunas personas llegan a guardar o apagar tu celular.
Otras optan por aplicaciones que monitorean el tiempo del uso de la pantalla o que ayudan a fijar límites diarios.
Si bien, es cierto que algunas acciones pueden resultar extremas, lo importante es no olvidar que nuestros celulares se han convertido en importantes aliados para hacer mejor y más eficiente nuestro trabajo. Encontrar el equilibrio entre el uso profesional y personal no es sencillo, pero tampoco imposible.
Establecer límites, responder sólo las llamadas importantes, desconectarse de las redes sociales, acotar los momentos para atender asuntos personales, y poner en la productividad.
Para la próxima vez que olvides tu celular en casa, no dudes en volver por él; ahora sabrás cómo usarlo en tu trabajo.
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