El coronavirus ha llevado a las empresas a otorgar el home office a sus empleados, pero hay que ser solidarios con aquellos que no pueden trabajar en casa.
Por Jorge Sánchez Tello*
La gran mayoría de los mexicanos no tiene el privilegio de poder trabajar desde casa y se necesita ser solidarios en esta crisis de salud y económica.
Debemos prepararnos para lo peor esperando que no suceda, se van a necesitar apoyos por parte del gobierno a las pequeñas y medianas empresas porque ellas son las que dan la mayor cantidad de empleos, pero en general a todas porque son indispensables para la economía.
Es importante ser solidarios porque la economía de México no es igual a la de un país desarrollado, somos además un país con 31 millones de personas en la informalidad; es decir, su número es incluso mayor que aquellos que están en la formalidad.
Es importante señalar que los trabajadores que participan en este sector son fuente de presiones y fricciones en el entorno familiar al no contar con prestaciones sociales como servicios médicos.
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¿Qué va a pasar con tantos millones de personas que están en la informalidad y las empresas particularmente las pymes si la economía se para en su totalidad durante varias semanas? Seguramente tendremos una crisis social.
Una propuesta que me ha llamado la atención y que sería adecuada implementarla es la del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que Carlos Salazar dirige, es la de implementar un salario de subsistencia.
Ese salario podría rondar entre los 3 ,000 y los 5,000 pesos, una cifra que debería definir el gobierno, y además la organización abrió la puerta a que se pague entre las empresas y el Estado, como se ha hecho en otros países del mundo.
De este modo, si una empresa está en la disyuntiva de despedir a un empleado, lo pueda mandar a casa y asegurar el menos un salario de subsistencia mientras se da la recuperación económica.
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Es importante no perder el contexto y responsabilidad social en esta crisis pero hay que ser realistas, parar la economía durante mucho tiempo puede tener un impacto devastador para los empleos y el nivel de vida de las personas. Se necesitan acciones contundentes por parte del gobierno que encabeza el presidente López Obrador que den certidumbre a la inversión para que se puedan crear empleos.
Será necesario tener un déficit fiscal, pero bien aplicado en esta situación excepcional para enfrentar la epidemia en México, condonar las cuotas obrero-patronales, invertir más en salud, tener un plan de inversión pública y privada en infraestructura relevante y tener cuidado con las finanzas de Pemex. Se necesita el poder del Estado para poner orden.
El reto es enorme porque de no hacerlo bien se corre el riesgo de tener un estallido social, se debe privilegiar la salud y salvar vidas pero sin reventar la economía porque puede salir mas cara la cura que la enfermedad, ojalá se encuentre un equilibrio.
Estamos enfrentando una crisis de salud y económica sin precedente; es necesario que el gobierno mexicano pueda replantear su estrategia económica, política y social porque el golpe será muy duro para las economía de millones de familias y negocios.
Es tiempo de dejar atrás las diferencias ideológicas y de opinión. Nuestra prioridad debe ser México y unidos saldremos adelante. Todos somos mexicanos y queremos el bien para nuestro querido país.
* Director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros – FUNDEF A.C.
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