El presupuesto de 41,000 millones de pesos destinado a la refinería de Dos Bocas equivale a una tercera parte del presupuesto del sector salud.
Por Roberto Morán*
Invertir en una refinería, ¿será lo que nos dé más rendimientos en el futuro? ¿O podríamos destinar los recursos a salud, por ejemplo?
Tabasco es un primor. En las tres horas que se hacen desde Ciudad del Carmen a Dos Bocas, uno cree que va en un submarino y no en un coche, sumergido en un mar verde. Y la sensación se confirma cuando se abre la ventana y entra la humedad. A los palos de las cercas les salen hojas de tan fértil que es la tierra.
El puerto de Dos Bocas está en un pueblo con el apropiado nombre de Paraíso, una zona rica en manglares, donde se construye la refinería de 8,000 millones de dólares que, según los planes del gobierno, nos va a salvar de la crisis por la caída de los precios del petróleo. Se espera que produzca 300,000 barriles diarios de gasolina, la tercera parte del consumo nacional.
En estos momentos no es negocio vender petróleo crudo. A mediados de abril llegó a estar a precios negativos y el 27 de ese mes la mezcla mexicana se cotizó en 6.55 dólares el barril, cuando sacarlo cuesta alrededor de 14.
¿Qué haría un abarrotero en una situación similar? Si los proveedores no supieran qué hacer con sus refrescos y le pagaran para que los guardara, tal vez pensaría en abrir una sucursal. ¿Y si nadie va a comprar a la nueva tiendita? No es tan fácil como darle más valor al petróleo convirtiéndolo en gasolina, como si fueran mangos que, para que no se pudran, se convierten en chutney.
La extracción de petróleo se puede detener y almacenar los excedentes. La producción de una refinería, no. Se requeriría tener dónde almacenar la materia prima y luego dónde poner la gasolina terminada que tiene fecha de caducidad, ya que con el tiempo pierde algunas propiedades.
Y no es que la gasolina esté aumentando de precio. En 2016 se vendía a un dólar por litro en promedio en el mundo. En esta situación extraordinaria, está en menos de 40 centavos en algunos lugares de Texas y no se prevé que se recupere antes de 2024.
“Ni aunque el litro estuviera en 50 pesos, las refinerías mexicanas serían rentables”, explica Erick Sánchez Salas, analista de la consultora IHS Markit Energy. El crudo mexicano es más denso (pesado) y difícil de procesar que el de los países árabes.
Se requiere un proceso especial y para eso hay que reconfigurar las refinerías existentes o construir una nueva. En los años 90, Shell y Pemex reconfiguraron la refinería de Deer Park en Texas para procesar crudo mexicano. Ya se estaba reconfigurando la de Tula, en la que se invirtieron 2,000 millones de dólares. El proyecto se abandonó a cambio de construir en Dos Bocas.
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No todos los proyectos deben tener una rentabilidad económica, también se puede pensar en ellos porque pueden ayudar a generar empleos. ¿Más empleos? Las refinerías dejaron de ser intensivas en mano de obra, explica Sánchez. Se ha dicho que Dos Bocas generará unos 2,500 empleos directos pero hay refinerías que pueden procesar la misma cantidad de petróleo con solo 400.
Se ha dicho que Dos Bocas generará unos 2,500 empleos directos pero hay refinerías que pueden procesar la misma cantidad de petróleo con solo 400.
A la obra, que afectará manglares y está en un terreno con inundaciones frecuentes, habrá que sumar inversiones en una red de distribución, que sí existe en Tula pero no en Tabasco.
Al invertir siempre hay que pensar qué otra cosa se podría hacer con esos recursos. Los 41 mil millones de pesos presupuestados para la construcción de la refinería para 2020 equivalen a la tercera parte del presupuesto del sector salud. ¿Qué queremos como país? ¿Esperar que las refinerías se vuelvan rentables? ¿O cuidar la salud ahora para asegurar una economía más fuerte en unos cuantos años?
Si se apuesta por la refinería en Dos Bocas, tal vez le salgan hojitas a los palos de la cerca que se construya alrededor.
*Director de contenidos en Editorial Televisa
Las opiniones de este artículo son responsabilidad del autor e independientes de la línea editorial y postura de Fortune en Español.