Después del éxito que tuvieron los Bitcoin, los criptoactivos han encontrado otros usos que las empresas pueden explotar.
Por Eloísa Cadenas*
Los criptoactivos, popularmente conocidos como criptomonedas, no han dado marcha atrás a su evolución: Bitcoin recién cumplió 11 años de existencia.
Otros criptoactivos tuvieron como principal función obtener recursos para desarrollar proyectos a través de Ofertas Iniciales de Moneda (ICO, por sus siglas en inglés). Es decir, salen al mercado un número, determinado de unidades y, de manera exclusiva por oferta y demanda, obtienen una valuación.
Los primeros casos como Ether, EOS o IOTA resultaron muy exitosos al captar 10 millones de dólares (mdd) en 42 días, 185 mdd en 5 días y 400,000 mdd en el segundo semestre de 2015, respectivamente.
El modelo ICO resultó atractivo por la facilidad con que se pudieron obtener grandes cantidades de dinero.
Sin embargo, el abuso de dichos lanzamientos terminó por crear una curva de descenso en este esquema, dando pie a otros modelos de financiamiento como los “tokens de valor”, o Security Token Offering (STO), que consisten en la emisión de un token que se encuentra respaldado por un activo real como oro o un inmueble.
También lee: ¿Cripto-democrático? Estos son los consumidores de criptomonedas
Otro destacado modelo de financiamiento es el de tokens de capital, o Equity Token Offering, los cuales representan una parte de la empresa y otorgan un derecho a los tenedores. Estos obtienen beneficios de la misma manera que en una bolsa de valores tradicional, por ejemplo, con pago de dividendos.
Esta ha sido la renovada importancia de los criptoactivos: no solo pueden utilizarse como moneda transaccional, sino como un mecanismo de financiamiento.
Como usuarios, si queremos usar criptoactivos como forma de inversión, es recomendable hacerlo por medio de un intercambio, o criptoexchange, regulado o reconocido. En México, la que cuenta con mayores controles de seguridad y la única que solicitó autorización para continuar con operaciones ante las autoridades mexicanas es Bitso (que cuenta con capital de Coinbase, el mayor crypto exchange de Bitcoin).
Una segunda recomendación es no dejarse asesorar por personas que no cuenten con la experiencia o reconocimiento adecuado. Es necesario conocer la trayectoria del asesor y validar dicha información, y no quedarse con una sola opinión.
Por último, la tercera recomendación es comenzar con una cantidad pequeña que no perjudique el capital que tenemos. De esta manera comenzaremos a familiarizarnos con la forma en la que operan.
En caso de utilizar criptoactivos como forma de pago en una empresa, es necesario revisar los estándares contables para atender todo lo relacionado en materia de impuestos.
Tengamos presente que la Unidad de Inteligencia Financiera, en el segundo semestre de 2019, emitió disposiciones oficiales para operar con criptoactivos y estableció montos específicos de operación.
Así, si alguien desea crear un criptoactivo para buscar financiamiento, es necesario definir de manera correcta qué función tendrá y el mercado hacia el que irá dirigido. En algunos casos pueden tomarse como ofertas públicas, las cuáles se consideran ilegales bajo ciertas regulaciones.
*Consultora en criptoactivos & fintech y directora general de CryptoFintech.
Este texto es parte de la edición de marzo de la revista. Las opiniones de este artículo son responsabilidad del autor e independientes de la línea editorial y postura de Fortune en Español.