El actual sistema de pensiones es una bomba de tiempo que puede estallar si no se cuenta con un mecanismo autofinanciable.
Por Jorge Sánchez Tello*
Mucha polémica han generado las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre bajar el tope máximo de las pensiones de 25 salarios mínimos a 10. Es un tema que lleva varios años discutiéndose: en 2010, 2016 y en 2020.
Si bien existen voces que están a favor como la OCDE, es una propuesta equivocada porque puede minar la credibilidad del sistema de pensiones, generar incertidumbre entre los que han ahorrado durante años para poder tener una mejor pensión y sobre todo no respeta los derechos adquiridos de los trabajadores en este caso, y que en su mayoría han trabajado en el sector privado.
GENERACIÓN DE TRANSICIÓN
Recordemos que las pensiones de los trabajadores del sector privado ya fueron reformadas en 1997 y se crearon las Afores, así que la generación de transición son los que entraron a trabajar antes del 1 de julio de 1997 y tienen la opción de elegir para retirarse ya sea con la Ley de 1973 o la de 1997 con las Afores.
Sin embargo, sigue existiendo un riesgo porque todo depende de la decisión del gobierno y director del IMSS en turno, nada garantiza que en un futuro pueda existir cambios.
Afortunadamente hay que reconocer que ha sido una buena decisión del gobierno del presidente López Obrador informar que no tienen ellos como objetivo perjudicar a nadie, sino que buscan mejorar las pensiones para las próximas generaciones y que sean financiables.
Recordemos que uno de los problemas que dieron origen a las Afores es que las pensiones bajo la ley de 1973 estaban causando graves impactos a las finanzas públicas, así que con la reforma de 1997 se creó un nuevo sistema que ya no tendrá impacto en las finanzas públicas.
No obstante, las pensiones bajo el régimen de 1997 serán muy bajas, razón por la que necesitan una nueva reforma para que los trabajadores puedan tener un mejor pago porque solo será el equivalente del 30% del último sueldo, cuando lo ideal sería al menos el 70%. Por esta razón es necesario subir la aportación obligatoria al 15%.
La generación de transición para no violentar sus derechos adquiridos debe retirarse tal y como se ha establecido con un tope máximo de 25 salarios mínimos.
Además es importante señalar que si bien la ley del 73 señalaba un tope de 10 salarios mínimos, se actualizó a 25 por la pérdida de poder adquisitivo que tuvo el salario mínimo ocasionado por las crisis económicas e inflaciones de los ochenta y los noventa.
Por lo tanto, las personas pertenecientes a este grupo no deben preocuparse sobre si son de los afortunados con una pensión arriba de 10 salarios mínimos que se les vaya a bajar.
Tal vez sería bueno una iniciativa de ley que dé certidumbre y que se legisle de manera definitiva este tope a 25 salarios.
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BOMBA DE TIEMPO…
Al final lo que todos queremos es tener un retiro con la mayor dignidad humana y hasta el momento es una bomba de tiempo que puede estallar si no se tiene un gran sistema de pensiones que sea autofinanciable y que tenga el menor impacto posible en las finanzas públicas.
En el país existen cerca de 3,000 sistemas de pensiones y particularmente son las del sector público, como las de Pemex, CFE, estados, municipios y universidades, las que tienen grandes pasivos: aproximadamente 150% del PIB.
Esas pensiones son el verdadero problema para México porque no son financiables y hay mucha corrupción en su administración.
*Director del Programa de Investigación Aplicada de FUNDEF y especialista en temas financieros, banca, pensiones, gobierno corporativo y economía.
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