La disrupción digital exige a los negocios responder a la velocidad con la que se dictan las nuevas reglas del juego. Las compañías responden aumentando sus capacidades digitales dentro del mercado, agregando perfiles tecnológicos o digitalizando modelos tradicionales. Pero ¿qué tan asertivas son sus estrategias digitales?
De acuerdo con el estudio anual Alinear a la organización para el futuro digital elaborado por la Escuela de negocios del MIT y Deloitte, 90% de los líderes cree que sus compañías se verán afectadas por las tendencias digitales y solo el 40% considera estar preparado para la disrupción.
En esta línea, cuatro son los componentes clave para entender el ADN de una estrategia asertiva en el proceso de digitalizar los negocios.
1. Mindset digital: Para pensar 100% digital, las empresas atraviesan tres etapas:
- Temprana: se muestra un bajo apetito por el riesgo, estructura de liderazgo jerárquica y decisiones basadas más en el instinto que en los datos.
- Adaptación: en esta etapa se valora la experimentación y la velocidad, y se crean sistemas de liderazgo estructurados. También impulsan la colaboración y tienden a usar más la data en la toma de decisiones.
- Maduración: las compañías maduras constantemente cultivan las características mencionadas anteriormente. Cerca del 80% de las entidades maduras encuestadas se encuentran activamente comprometidas en iniciativas que incluirán tomar riesgos, agilidad y colaboración.
2. Ser más ágiles: desarrollar nuevas ideas, probarlas en tiempos reducidos y permitirse fallar, nos dará la oportunidad de aprender de los errores y descubrir rápidamente el camino más adecuado a seguir para la empresa.
3. El cliente es primero: Ver al cliente como prioridad exigirá a los equipos encontrar nuevas ideas a los problemas estructurales. Enfocarse en el valor del servicio evitará caer en la tentación de implementar cualquier tecnología digital sin sentido.
4. Una nueva cultura digital: Traer a la organización personas o equipos orientados al diseño, la creatividad o la innovación, ayudará a navegar la complejidad digital del negocio. Si tenemos una estructura de equipos plana, la organización puede fallar en el avance hacia una completa transformación.
Usar design thinking como metodología será de gran ayuda en este proceso cultural, ya que es una herramienta que su razón de ser es detonar cambios a través de la innovación.
Prepararse para el futuro digital no es un objetivo fácil. Implica desarrollar capacidades en las que actividades, gente, cultura y estructura, se tienen que alinear y sincronizar para llegar a la meta.
A pesar de esto, algunas empresas trascienden las limitantes, logrando capacidades digitales que rompen con esquemas tradicionales. De acuerdo con el estudio mencionado, el 90% de las organizaciones que maduran digitalmente son empresas en las que la tecnología digital, el compromiso del talento y el diseño de nuevos modelos han generado la transformación.
Si en un primer paso entendemos las capacidades de la organización y después llevamos a cabo la planeación y la ejecución de acciones estratégicas, lograremos un cambio significativo en un plazo no mayor a 24 meses.
La cultura digital efectiva es el común denominador que impulsa los esfuerzos de digitalización a través de industrias y escenarios de madurez tecnológica. Una vez que la cultura está en su lugar, el personal comprometido ayudará a que las estrategias tomen vuelo.
El principal desafío será el hecho de que las compañías acepten completamente no solo que vivimos en un nuevo mercado, sino en un ecosistema totalmente distinto a lo que conocíamos. Es momento de que las compañías entiendan lo extraordinariamente diferente que es el mundo ahora.
Por Luis Meza, Socio Director Nacional, Deloitte Consulting México
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