El International Highrise Award 2018 (IHA) dio a conocer las cinco propuestas finales que podrían convertirse en el Mejor Rascacielos del Mundo y la Torre Reforma, del arquitecto Benjamín Romano está en el listado.
Para muchos este premio también es conocido como los “Pritzker de los rascacielos”. Comenzó en 2004 y otorga el reconocimiento a los que considera los mejores rascacielos del mundo, tomando en cuenta estructuras sustentables en su forma exterior y la calidad de espacio en su interior.

Este año, la organización fue en Frankfurt, junto con el Museo Alemán de Arquitectura y el Banco DekaBank. Los otros finalistas son: MahaNakhon en Bangkok, Tailandia, del arquitecto Buro Ole Scheeren; Beirut Terraces en Beirut, de Herzog & de Meuron; Chaoyang Park Plaza en Beijin, China, de MAD Architects; y Oasia Hotel Downtown en Singapur, de WOHA.
Hasta hoy, la Torre Reforma es considerada la más alta de México con 246 metros de alto. De acuerdo con su sitio web, ya es un referente en materia de sustentabilidad en América Latina. El edificio tiene la pre certificación LEED Platino (Leadership in Energy and Environmental Design), el cual es el máximo reconocimiento del US Green Building Council (USGBC).
Cuenta con un 24% de ahorro energético, 30% de ahorro en consumo de agua, 100% de tratamiento de aguas residuales, 80% de materiales de construcción son regionales, 20% de sus materiales son reciclados , el 90% de sus zonas ocupadas tienen vista al exterior, hay iluminación natural en la mayoría de las zonas ocupadas y una planta de tratamiento con descarga cero.
El IHA 2018 describe a la Torre Reforma como que “tiene más que propósitos estéticos” y que se ubica en medio de una región en riesgo de terremotos en la Ciudad de México. Agrega que “las dos paredes exteriores masivas de concreto expuesto y el tercer lado vítreo no solo crean una huella triangular extraordinaria, sino que también proporcionan un máximo de resistencia a los terremotos”.

Además hacen referencia a que el edificio “puede moverse con las fuerzas ya que las grandes aberturas quedan fuera de las paredes masivas como ‘zonas de deformación’ y dado que las abrazaderas de acero, que llevan los pisos, se funden en bisagras flexibles delante de la fachada de vidrio. Durante el severo terremoto de septiembre de 2017, este concepto ya ha demostrado ser altamente efectivo“.
El concurso resaltó que “uno de los muros de hormigón de la Torre Reforma se dobla sorprendentemente hacia adentro”, eso porque obedece a la norma de construcción de la Ciudad de México: los rascacielos en el Paseo de la Reforma no pueden ser más del doble de ancho de la calle.
El concurso va dirigido a arquitectos y desarrolladores cuyas edificaciones han sido concluidas en los últimos dos años y que por lo menos tengan 100 metros de alto.
El edificio ganador se dará a conocer el 1 de noviembre en Frankfurt.