Las empresas con mucho efectivo tienden a salir mejor libradas de las crisis que aquellas que no lo tienen. Aquí te contamos qué sectores están más protegidos y cuáles no la tendrán tan fácil.
Por Ryan Derousseau
El mercado bursátil celebró su décimo aniversario con tendencia al alza hace unos meses, y aunque el promedio es de menos de cinco años, no se puede criticar a quienes anticipan su fin, y menos ante los indicios de una recesión.
De cumplirse las advertencias, ésta sería la primera desde la crisis financiera de 2007-2009.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) informó recientemente que 2019 sería el año más débil para la expansión de la economía desde 2009.
Una recesión mundial en 2020 se ha convertido en “un peligro claro y presente”, considera ante la guerra comercial entre EE.UU. y China, la alta deuda corporativa, el riesgo de que los consumidores estadounidenses pierdan optimismo y la amenaza de un Brexit sin acuerdo.
Entonces, ¿hacia dónde deben ir los inversionistas si una economía en desaceleración arrastra consigo las acciones hacia abajo? Una regla que se aplica en todas las industrias es que el dinero en efectivo es el rey.
Las empresas con reservas de efectivo superiores al promedio y un fuerte flujo de caja libre (una medida de rentabilidad) están mejor equipadas que aquellas que no lo tienen para enfrentar una recesión.
A las primeras, los inversionistas las recompensan incrementando el precio de sus acciones, mientras que las otras se tambalean.
Una enorme reserva de efectivo puede sonar como un activo puramente defensivo, un fondo para protegerse si una recesión afecta las ganancias; pero las reservas prodigiosas pueden servirle a una compañía para seguir construyendo su futuro, incluso si sus ganancias se fluctuan.
Las acumulaciones de efectivo pueden ayudar a la administración de una compañía a mantenerse comprometida con inversiones a largo plazo en áreas como investigación y desarrollo, en adquisiciones y el gasto de capital, evitando así que esas prioridades sean víctimas de una desaceleración.
Algunos inversionistas expertos son conscientes de este fenómeno, y las investigaciones sugieren que los gigantes del efectivo ven un incremento en el precio de sus acciones mucho antes de que empiece una recesión.
Robert Nason y Pankaj Patel, profesores de las universidades Concordia y Villanova, respectivamente, estudiaron el desempeño de más de 1,700 firmas manufactureras públicas de EE.UU. (en esencia, cualquier compañía que hiciera algo tangible, ya fueran aviones, cinturones de piel o computadoras) a partir de 2004 —antes de que comenzara la Gran Recesión—.
Clasificaron a cada empresa según el tamaño de su tenencia de efectivo con relación a sus activos totales y después compararon su desempeño.
Dos resultados interesantes surgieron. Primero: en términos generales, durante los años previos a la recesión, entre más efectivo tenía una empresa, mayor valoración ganaba —sugiriendo que los inversionistas elegían sus acciones cuando el panorama se nublaba—.
Segundo e igual de notable: el patrón cambió después de que iniciara la recesión. De 2008 a 2010, los accionistas se alejaron de las compañías que tenían mucho efectivo e incrementaron el valor de las que estaban sacando de sus reservas.
Parecían recompensar a las compañías que aprovecharon una caída para desplegar sus ahorros. Cuando hay una recesión, señala Nason, los administradores de dinero se sienten atraídos por firmas que invierten su dinero para salir de la recesión.
MENOS EFECTIVO EN LA CAJA FUERTE
Las empresas con más cash tienen mejores resultados al acercarse una recesión. El año pasado los corporativos estadounidenses vieron disminuir su tenencia de efectivo por primera vez en al menos una década.
¿CÓMO LOS INVERSIONISTAS PUEDEN SACAR VENTAJA DEL EFECTIVO CORPORATIVO?
Un acercamiento real y probado involucra invertir en acciones que paguen altos dividendos, las cuales dependen de tenencias de efectivo para respaldar sus pagos constantes.
Muchos inversionistas ya están tras esos cofres de tesoro: un índice de S&P que sigue acciones que han incrementado sus dividendos constantemente a lo largo de varias décadas aumentó 5.5% en los últimos 12 meses, comparado con 1.4% del S&P 500.
El ETF ProShares S&P 500 Dividend Aristocrats (NOBL) le ofrece a los inversionistas una manera económica de obtener exposición a esas acciones.
Los inversionistas con apetito por apuestas más concentradas pueden buscar empresas cuyas reservas de efectivo las posicionen bien si la economía se debilita.
Estas compañías tienen altos niveles de tenencia de efectivo y un amplio potencial para aprovechar oportunidades futuras invirtiendo esas reservas.
Como muchos desarrolladores de software, el proveedor de servicios en la nube Citrix Systems (CTXS, 97 dólares) ha comenzado a migrar de acuerdos de licencia única a un modelo de suscripción con sus clientes.
Esto produce un flujo de efectivo más constante, pero es una transición dolorosa a corto plazo porque las suscripciones anuales cuestan menos que las licencias multianuales, lo cual explica por qué el crecimiento de los ingresos de Citrix ha sido más lento.
Sin embargo, las suscripciones aumentan a 62% en la mezcla de opciones y Karl Keirstead, analista del Deutsche Bank, explica que las ventas del negocio principal de escritorio de Citrix se han acelerado 10% este año.
Con retenciones de efectivo de 13% de los activos totales, Citrix posee un respaldo para cubrir prácticamente cualquier bache que se le presente en el camino.
Las acciones farmacéuticas, de manera tradicional, se mantienen en las desaceleraciones, pues las personas necesitan sus medicamentos aunque se aprieten el cinturón.
Las acciones de Eli Lilly (LLY, 107 dólares) han caído este año ante el surgimiento de nuevos competidores de su medicamento más vendido: Trulicity, para la diabetes. Seamus Fernandez, de Guggenheim Securities, argumenta que la amplia gama de fármacos que ofrece la empresa la protegerá.
Como ninguno de sus medicamentos representa más de 18% de sus ingresos, Eli Lilly está mejor diversificada que muchas de sus rivales.
Sus reservas de efectivo le ayudarán a reponer su cartera, ya sea con investigación y desarrollo o adquisiciones —al igual que la compra que a inicios de año hizo de Loxo Oncology, fabricante de medicamentos contra el cáncer, por 8,000 millones de dólares—.
Eli Lilly tiene un rendimiento de dividendos 2.3% por encima del promedio.
Por mucho tiempo los médicos han empleado la radiación para tratar el cáncer, y Varian Medical Systems (VAR, 110 dólares) controla 70% del mercado estadounidense de máquinas que ofrecen el tratamiento.
Las barreras para entrar en este negocio son grandes, y aunque las ventas de dichas máquinas pueden ser golpeadas en una recesión, Varian obtiene 46% de sus ingresos del mantenimiento y soporte de éstas.
Es un negocio “resistente”, considera Alex Morozov, analista de Morningstar. Con reservas de efectivo equivalentes a 13% de sus activos totales, Varian también puede invertir en la investigación de terapia de protones, una nueva manera de tratar el cáncer, concluye Morozov.