Se trata de un dispositivo termoeléctrico que funcionará para autos de combustión interna. De acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se podría ahorrar del tres al 12% de gasolina.
Este aditamento fue desarrollado por Héctor Eduardo Cid Luna, egresado de la carrera de Tecnología de la UNAM y aclaró que “captará la energía térmica que desperdician los motores para convertirla en energía eléctrica que se aprovecha en el compresor del aire acondicionado, y se genera ahorro de combustible”.
El núcleo del dispositivo termoeléctrico convierte los fonones (vibraciones que conducen el calor) en corriente eléctrica, o sea, en electrones en movimiento. La corriente obtenida se manda a un pequeño motor para que el compresor del aire acondicionado no use tanto el motor de gasolina.
Por primera vez, los termoeléctricos se aplican directamente en el compresor, así que su desarrollo está en proceso de ser patentado. Cabe mencionar que los termoeléctricos ya se aplican en automóviles, pero no de la misma manera que lo desarrolló Cid Luna.
AUTOMÓVIL DE COMBUSTIÓN INTERNA, EL MÁS USADO EN MÉXICO
El ahorro de tres a 12% en el consumo de gasolina aún “es bajo para un uso corriente, pero para uno intensivo como el de los taxis, es bastante bueno”, explicó el universitario también miembro del Centro de Geociencias.
Al revisar el balance energético de México, el universitario se percató que el autotransporte es lo que más consume energía (40%), por encima de lo que se utiliza en el hogar e industria.
También investigó por qué se gasta tanta energía, y revisó la eficiencia del automóvil de combustión interna, que es el medio de transporte más utilizado (el parque vehicular en México con ese tipo de motor es de más de 36 millones 500 mil).
Descubrió que “aproximadamente 70% de la energía que emplean esos vehículos se desperdicia en forma de calor liberado a la atmósfera”.
Aunque hoy las tendencias se inclinan a los autos híbridos y eléctricos, la realidad es que el costo aún es inaccesible para gran parte de los mexicanos. Por el contrario, el dispositivo termoeléctrico tiene un precio de $3,000, aproximadamente y una vida útil de 10 años.
Hasta ahora, los prototipos se probaron en Querétaro en dos autos compactos y Cid Luna está esperando la patente para poder comercializar el producto en la empresa que fundó: Energine.
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