La llegada del mandatario estadounidense a San Diego, California desató protestas y concentraciones en la frontera.
Este martes en San Diego, California, el presidente de Estados Unidos Donald Trump examinó ocho modelos de prototipos para el muro que planea construir en la frontera sur con México, y cuyo proyecto fue una constante en sus ataques y promesas de campaña.
Uno de los objetivos de la construcción, según Trump, será frenar la entrada al país de drogas e inmigrantes ilegales, a quienes el republicano siempre se ha mostrado duro.
California se ha caracterizado por ser una base de resistencia a muchas de sus políticas y es la primera vez que Trump visita el estado siendo presidente de Estados Unidos.
Trump discutió los beneficios de los diferentes prototipos con funcionarios fronterizos, su jefe de Gabinete, John Kelly y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
“El muro fronterizo es nuestra primera línea de defensa”, manifestó Trump.
Trump pidió al Congreso 18,000 millones de dólares para construir el muro.
A su vez, Trump pidió al Congreso 18,000 millones de dólares para construir la barrera, pero el financiamiento fue congelado ya que no se llegó a ningún acuerdo con los demócratas.
Sin embargo, del otro lado de la frontera, residentes mexicanos de un barrio pobre de Tijuana se burlaron de la idea de que el muro detenga a los migrantes y calificaron el proyecto como un desperdicio de dinero.
En este sentido, la semana pasada, el Departamento de Justicia presentó una demanda acusando a California de violar la Constitución y poner en peligro a los agentes federales al aprobar leyes que protegen a los ilegales en las llamadas “ciudades santuario”.
“Las políticas de los santuarios de California son ilegales e inconstitucionales y ponen en peligro la seguridad de toda nuestra nación. Miles de extranjeros criminales peligrosos y violentos son liberados como resultado de las políticas del santuario, liberadas para atacar a estadounidenses inocentes. ¡Esto debe parar!”, tuiteó el mandatario.
El gobernador demócrata de California, Jerry Brown, promulgó una ley en octubre que impide que la policía pregunte sobre el estatus migratorio y reduce la cooperación de las fuerzas de seguridad con los funcionarios de inmigración.
Brown, que acusa al gobierno de Trump de ir a la guerra contra el estado más poblado del país, asegura que la ley fue elaborada con las recomendaciones y el apoyo de la policía estatal.
Por otro lado, aunque el mandatario estadounidense insiste en que México debe pagar el muro, el gobierno mexicano lo ha rechazado tajantemente.