Dicen que el dinero no compra el amor, pero en Japón hay un servicio de renta de personas que te aprecia.
Ishii Yuichi tuvo una idea hace 8 años. Una de sus amigas, que es madre soltera, quería inscribir a su hijo a una escuela privada, sin embargo, su admisión fue negada ya que el niño no tenía padre.
Al enterarse, Yuichi fingió ser su padre para lograr la admisión escolar. Aunque la actuación no dio los resultados esperados, ese fue el día en el que se le ocurrió fundar una empresa disruptiva, que hoy opera con el nombre Family Romance.
La compañía japonesa se encarga de ofrecer personas que finjan ser familia, amigos o hasta invitados para cualquier ocasión. Adicionalmente, los clientes escogen la apariencia y tiempo en el que se rentarán los “seres queridos” a contratar. También ofrecen servicios por paquetes, fiestas de cumpleaños sorpresa, ser padre de familia, despedidas de soltero o el más solicitado: las bodas.
El diario estadounidense The Atlantic entrevistó al emprendedor japonés de 36 años, quien explicó por qué su negocio está teniendo éxito en Japón.
Yuichi aseguró que en aquel país las personas no son expresivas y existe un déficit de comunicación, ya que no expresan opiniones o emociones. También indicó que el tamaño de las familias está disminuyendo, tanto que ahora “comes solo”.
¿Y qué hay de las bodas? De acuerdo con el empresario, en Japón existe una fuerte presión social para que una mujer no sea soltera o si en otros casos la mujer es de preferencia sexual diferente a la heterosexual, prefiere ocultarlo y pagar desde 87 dólares por persona, ya sea parientes, padres, compañeros del trabajo falso o hasta el novio.
Pero no solo es el servicio. La empresa, que emplea a alrededor de 800 actores, va más allá de solo las apariencias y para cada situación Family Romance tiene manuales basados en psicología para determinar un resultado óptimo. La empresa no es la única compañía que renta amigos en Japón.
El CEO declaró que la demanda está aumentando, especialmente por la necesidad de muchas personas de parecer popular en redes sociales.
En los últimos 10 años, el número de agencias de alquiler de amigos se ha duplicado en Japón y se enfrenta a competidores como Client Partners y Office Agents.
A partir de la situación que terminó por detonar una gran idea, Yuichi, además de manejar la compañía, también se renta. Ante la pregunta de The Atlantic respecto a cuánto tiempo duran las mentiras, el emprendedor respondió que eso sucede “hasta que el cliente lo decida.