El fracaso en los esfuerzos por formar un gobierno tripartita podría tener implicaciones en distintos rubros de la economía europea.
La canciller de Alemania, Angela Merkel expresó este lunes que sus esfuerzos por formar un gobierno de coalición tripartita habían fracasado, empujando a Alemania a una crisis política e impulsando a la economía más grande de Europa hacia una nueva posible elección.
El Partido Liberal Democrático (FDP) se retiró inesperadamente de una conversación de más de cuatro semanas de negociaciones con el bloque conservador de Merkel y el ecologista Greens, citando diferencias irreconciliables.
El euro tocó un mínimo en los últimos dos meses frente al yen japonés, poco después de que el líder del FDP, Christian Lindner, declarará el domingo que su partido se retiraba de las conversaciones, ya que los tres posibles socios no podrían encontrar un terreno común en asuntos clave.
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Merkel, que parece cansada, dijo que se mantendría como canciller interina y que consultaría con el presidente Frank-Walter Steinmeier cómo seguir adelante. Agregó que había llegado a un acuerdo.
“Es un día de profunda reflexión sobre cómo avanzar en Alemania”, expuso Merkel a los periodistas. “Como canciller, haré todo lo posible para garantizar que este país esté bien gestionado en las semanas difíciles que se esperan”.
Fue un momento aleccionador en la carrera de una mujer que durante 12 años en el poder se convirtió en un símbolo de estabilidad, liderando la zona euro durante la crisis de la deuda y buscando un compromiso dentro de la Unión Europea sobre un acuerdo con Turquía para frenar la llegada de inmigrantes.
Merkel se debilitó después de las elecciones de septiembre, cuando los votantes se enojaron con su decisión en 2015 de abrir las fronteras de Alemania a más de un millón de solicitantes de asilo, quienes castigaron a los conservadores votando por el partido de extrema derecha, Alternativa por Alemania.
La ruptura de las conversaciones deja a Alemania con dos opciones sin precedentes en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial: Merkel forma un gobierno minoritario o el presidente convoca una nueva elección si no se forma un gobierno.
Los socialdemócratas de centro izquierda, los actuales socios de la coalición de Merkel -que fueron el segundo partido más grande en las elecciones- han descartado repetir la alianza con los conservadores que ganaron la votación, pero se quedaron con menos escaños.
Hay poco entusiasmo para una nueva elección, especialmente porque los principales actores políticos temen que el partido de extrema derecha, Alternativa por Alemania, gane más del 13% de los votos que obtuvo para ingresar al parlamento por primera vez como el tercer partido más grande.
Periodo difícil para la economía
El fracaso para formar un gobierno en la economía más grande de Europa podría tener implicaciones en todo; desde las reformas de la zona euro defendidas por el presidente francés, Emmanuel Macron, hasta las relaciones con Gran Bretaña después de que decidiera abandonar la Unión Europea.
Mientras Merkel hacía campaña por un cuarto mandato, citó el buen desempeño de una economía que ha estado creciendo desde 2010 y un récord en la tasa más baja de desempleo como razones para que los votantes respalden a sus conservadores.
Los economistas la han acusado de complacencia en la economía, diciendo que debería revisar el sistema impositivo para hacer que sea más amigable con el crecimiento, así como impulsar la inversión en infraestructura digital, lo que también exige el FDP.
La Cámara de Industria y Comercio de (DIHK, por sus siglas en alemán) dijo que un período prolongado de incertidumbre sería malo para la economía.
“Existe el peligro de que el trabajo en asuntos importantes para el futuro de nuestro país se retrase por un período prolongado”, escribió en un correo electrónico el presidente de la Cámara, Eric Schweitzer. “Las empresas alemanas ahora deben prepararse para un periodo posiblemente largo de incertidumbre. Esto siempre es difícil para la economía”, agregó.
La ruptura en las conversaciones fue una sorpresa, especialmente por los socios de coalición preferidos de Merkel, quienes habían abandonado el parlamento hace cuatro años y gobernado con sus conservadores de 2009 a 2013.
La inmigración fue el principal punto de fricción en las negociaciones. Los Demócratas Cristianos de Merkel (CDU), la Unión Social Cristiana (CSU) y los aliados de Baviera habían exigido un tope anual en el número de solicitantes de asilo que Alemania acepta cada año, una medida rechazada por los Verdes.
También hubo un desacuerdo sobre las propuestas conservadoras para limitar el derecho de algunos solicitantes de asilo aceptados de traer familiares directos. Merkel señaló que el compromiso con el partido político de los Verdes sobre la inmigración también fue posible.
El gasto del gobierno, los recortes de impuestos y la política climática también han sido puntos difíciles.
“Hoy no hubo progreso, sino que hubo reveses porque se cuestionaron los compromisos específicos”, manifestó Lindner, del FDP. “Es mejor no gobernar, que gobernar de manera incorrecta”, dijo.