El proyecto de decreto de la Ley de Tecnología Financiera será turnado a la Cámara de Diputados para su discusión.
El Senado de la República aprobó la tarde de este martes en lo general y lo particular la Ley de Tecnología Financiera, que pretende brindar certeza jurídica a un nuevo ecosistema empresarial integrado por empresas que ofrecen productos y servicios financieros diferenciados mediante el uso de las nuevas tecnologías.
El dictamen fue aprobado en lo general por los senadores con 102 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones.
Posteriormente, algunos de los legisladores pidieron reservar para discusión alrededor de 20 artículos concernientes a los procesos de aprobación y seguimiento por parte de las autoridades encargadas de regular a estas empresas, que serán la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico).
Sin embargo, éstas fueron rechazadas.
El decreto firmado el 9 de octubre por el presidente Enrique Peña Nieto contribuirá, coincidieron los senadores, a fomentar la inclusión financiera, la competencia, brindar seguridad a los usuarios, impulsar la innovación y prevenir el lavado de dinero.
La iniciativa nace del interés de organizaciones no gubernamentales, pequeñas empresas e instituciones financieras ante la necesidad de incluir un marco regulatorio que vigile las operaciones que una oleada de nuevas empresas están realizando con nuevas tecnologías, como préstamos persona a persona, crowdfunding, pagos electrónicos y activos virtuales.
Actualmente estas entidades, definidas en la ley como Instituciones de Tecnología Financiera (ITF) están retando a las instituciones bancarias tradicionales en cuanto al ofrecimiento de mejores servicios a la población. Tanto que un análisis de la firma de consultoría EY estima que en los próximos 10 años concentrarán hasta el 30% del mercado bancario en México.
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La aprobación de la iniciativa viene luego de dos años de conversaciones entre el sector público y privado para impulsar la ley, de la que actualmente pocos países gozan para regular a las empresas con la misma intención.
Con esto, México está a un paso de convertirse en el primer país del continente americano en contar con una ley que regule a las nuevas empresas de tecnología financiera, incluso por encima de Estados Unidos, que actualmente batalla por elaborar la suya.
De acuerdo al estudio Fintech Radar México de Finnovista, a julio de 2017, el país tiene aproximadamente 238 startups fintech que se encuentran divididas en segmentos como préstamos, gestión de finanzas empresariales y personales, crowdfunding, seguros y especialmente pagos y remesas, ésta última la tercera fuente de ingresos más importante para el país.
“Esta ley facilitará y eficientará los procesos de envío de remesas”, señaló la senadora del PRI, Marcela Guerra.
La Ley aún deberá ser turnada a la Cámara de Diputados para su discusión y eventual aprobación. Después deberán iniciar las discusiones para modificar las leyes secundarias que finalmente podrían en marcha la regulación y que tocan algunos de los temas más sensibles del proyecto.
En estas surgirán los debtaes que hasta ahora no han concluido, como los requerimientos de capital para las empresas, la apertura de la interfaz de programación de aplicaciones (APIs), con la que tanto la banca como las ITF podrían compartir información para enriquecer sus productos financieros.
Finalmente, los efectos y el impacto de los activos virtuales -que serán regulados exclusivamente por Banxico- en la política monetaria del país y sus consecuencias en la sociedad. Los activos virtuales, por su complejidad, son los únicos que no recibieron el nombre de ITF, pese a que en el anteproyecto estuvieron contemplados como tal.
Un paso hacia la inclusión financiera
Durante las discusiones, los senadores coincidieron en que el proyecto aceleraría la adhesión de más mexicanos al sistema financiero formal.
De acuerdo con datos de la última Encuesta de Inclusión Financiera, elaborada por la CNBV y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2012, el 56% de los mexicanos contaban con al menos un producto financiero. Para 2016 este creció solamente a 58%.
También, respecto al uso de los servicios financieros a través de un smartphone, en 2012 solo el 6% de los mexicanos tenían banca móvil y para 2015 creció a 8%. Es decir, México hoy cuenta con 3.2 millones de clientes de banca móvil.
En poblaciones rurales, el caso es más dramático, pues no pueden acceder a los servicios financieros por falta de infraestructura y un alto costo de oportunidad para la banca tradicional. En este sentido, la llamada Ley Fintech ayudaría a las empresas de tecnología financiera a ampliar sus servicios a esta gama de la población excluida del sector financiero formal.
“Ahora deberán impulsarse las condiciones de infraestructura en telecomunicaciones para poder impulsar estos servicios”, señaló el senador Juan Gerardo Flores, del Partido Verde Ecologista (PVEM).
Por otro lado, el senador del PAN, Daniel Ávila, recordó que esta ley también fomenta los principios de neutralidad de la red, para “asegurar la independencia de los usuarios para elegir la tecnología que más se adecue a sus necesidades”.
En sintonía, Guerra del PRI pidió a las autoridades comenzar a “proteger menos” a los bancos y más a los usuarios.
Una ley de “empoderamiento”
Marcela Guerra incluso añadió durante su participación en la discusión que la Ley Fintech representaba un elemento más para la independencia financiera de las mujeres, quienes podrían asegurar sus inversiones de la mano de las nuevas tecnologías. Aunque también destacó que el empoderamiento incluía al resto de la sociedad.
“Estamos en el siglo 21 y la inclusión financiera es una necesidad; es una fuente de empoderamiento importante para las personas”, indicó.
Por su parte, el senador por el PRD, Isidro Pedraza, avaló que Cumple con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo en materia de inclusión financiera.
Los senadores coincidieron que la aprobación de la ley significa un salto que pone a México a la vanguardia y servirá como ejemplo para la evolución de otros países de América Latina en la materia.
Por Jimena Tolama