Una tormenta perfecta seguirá quitando vapor al consumo en México.
Varias agencias automotrices en la capital de México arrancaron el 2018 con carteles de ‘Liquidación’ y ‘Seguro gratis’, en un intento por vender los modelos 2017 que acumulan polvo.
Los distribuidores buscan atraer clientes con descuentos, pero para algunos como Jaime Asrael no es suficiente. Él vendió su auto el año pasado por “problemas financieros” y aún no ha podido reunir el pago inicial para comprar uno nuevo.
“Si voy a comprar un carro y no voy a poder siquiera ponerle gasolina, pues mejor me quedo tranquilo”, dijo frente a una agencia Chevrolet, ubicado en el centro de la Ciudad de México.
Si el gasto de los mexicanos no repunta, difícilmente lo hará la desacelerada economía.
Puede que el sector automotor mexicano haya roto un récord de producción y exportaciones en 2017 (revisa aquí los números), pero las ventas de vehículos ligeros en el país cayeron un 4.6% después de haber vivido un alza histórica del 20% en 2016.
Hasta el gasto cotidiano de los mexicanos se ha debilitado. Las ventas minoristas, que en 2015 y 2016 crecieron alrededor de un 10% anual en promedio en términos nominales, se desaceleraron el año pasado a un alza del 7.7% hasta noviembre, apenas por encima de la inflación.
Estas son las señales más visibles de cómo bajó el ritmo del consumo en México -y según especialistas seguirá aminorando este año- en medio de una inflación récord avivada por la debilidad de la moneda, tasas de interés relativamente altas, las elecciones presidenciales de julio y la incertidumbre sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
“Subió todo, el gas, la comida, la canasta básica”, dijo Carlos Alcántara, de 42 años, que evaluaba en una concesionaria automotriz las opciones para pedir un préstamo y comprarse un auto.
El problema es que si el gasto de los mexicanos no repunta, difícilmente lo hará la desacelerada economía: el consumo privado es su principal motor y representa cerca de dos terceras partes del Producto Interno Bruto (PIB).
Ya el banco central redujo en noviembre el pronóstico de crecimiento de la economía en el 2017 a un rango de 1.8 – 2.3%, desde el 2.0 2.5% previo, en parte debido al efecto de los dos terremotos devastadores de septiembre.
Pero la economista Gabriela Siller de Banco Base no espera que la entidad baje este año la tasa para ayudar a la actividad porque la inflación está por arriba del rango meta, algo que más bien podría presionar hacia una alza en los tipos de interés.
Por ahora, el banco mantiene su expectativa de una expansión de entre 2 y 3% para 2018.
¿La tormenta perfecta?
Aunque algunos analistas prevén un repunte muy puntual del consumo en la primera mitad de 2018 por el mayor gasto público ante las elecciones del 1 de julio, otros no creen que se vaya a reflejar ni en la inversión ni en el gasto de los hogares.
En su tercer intento por llegar a la presidencia, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador lidera las preferencias en los sondeos y preocupa a los mercados financieros, mientras sus opositores lo acusan de buscar instaurar un sistema socialista similar al de Venezuela, algo que él ha negado.
“Si la gente no sabe qué va a pasar en julio, el capital no va a entrar”, dijo el socio líder de la Industria de Consumo en Deloitte México, Erick Calvillo, quien cree que las personas preferirán ahorrar que gastar.
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Con todo, muchos mexicanos de bajos ingresos no tienen margen para ahorrar y están acostumbrados a recurrir a casas de empeño y a pequeños préstamos bancarios con tasas de interés siderales para financiar su día a día, en un país donde casi la mitad de la gente vive en la pobreza en México.
El propio banco central reconoció recientemente que se ha perdido dinamismo en algunos indicadores del consumo.
Las agencias de autos, por ejemplo, auguran un crecimiento de las ventas de solo un punto porcentual en 2018, porque calculan que los consumidores de nivel medio y bajo tendrán menos dinero en sus bolsillos por las alzas esperadas en los precios y en las tasas de interés.
“Esto ocasiona que disminuya su monto disponible para poder calificar a la obtención de un crédito”, dijo el director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales.
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Como si fuera poco, México se encuentra renegociando con Estados Unidos y Canadá del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un pacto que disparó el intercambio comercial y benefició a la economía y a los consumidores mexicanos.
La incertidumbre ha venido presionando al tipo de cambio, según analistas y autoridades. Esta depreciación, más las alzas de precios en combustibles y electricidad echaron leña al fuego de la inflación, que tocó un nivel anual el 6.77%, el más alto en casi 17 años.