La última prueba alcanzó una altura de casi 4,500 kilómetros, una cantidad superior a cualquier otra prueba.
Kim Jong Un afirmó este miércoles que su país había lanzado con éxito su misil más avanzado hasta el momento. El misil balístico intercontinental, según el mandatario de Corea del Norte, puede llegar a la “totalidad” de la parte continental de los Estados Unidos.
La pausa de dos meses en prueba de armas terminó este miércoles con el lanzamiento del misil Hwasong-15, que es “el misil balístico intercontinental más poderoso”, el cual transporta una “ojiva pesada súper grande” a alturas sin precedentes de casi 4,500 kilómetros, de acuerdo con la Agencia de Noticias Central de Corea (KCNA).
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, optó por una respuesta más calculada al último lanzamiento de misiles. (En el pasado, amenazó con desatar “fuego y furia” sobre la nación deshonesta).
Según la agencia de noticias Bloomberg, el presidente de Estados Unidos dijo a los periodistas: “Nos encargaremos de esa situación”.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas planea discutir la última prueba de Corea del Norte en Nueva York, este miércoles. El Consejo fue el responsable de imponer sanciones estrictas a ese país a principios de 2017.
El misil fue lanzado a primera hora de la mañana del miércoles y alcanzó una altura de aproximadamente 4,475 kilómetros, una altura 10 veces mayor a la de la Estación Espacial Internacional.
El misil finalmente cayó 53 minutos después en el Mar de Japón, dentro de la Zona Económica Exclusiva del país.
Bloomberg también informó que Trump habló por teléfono con el primer ministro japonés Shinzo Abe y el presidente surcoreano Moon Jae-in.
Según estos informes, el ejército de Corea del Sur organizó su propio ejercicio de misiles minutos después del lanzamiento de Corea del Norte. Por otro lado, el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, dijo que “se aseguró de que Corea del Norte entendiera que nuestro aliado podría atacarlos”.
Mattis también confirmó que el misil voló más alto que cualquier lanzamiento previo de Corea del Norte, y condenó el acto como un “esfuerzo continuo para construir una amenaza de misiles balísticos que ponga en peligro la paz mundial, la paz regional y ciertamente a Estados Unidos”.