Así fue la evaluación del banco central para llegar a la conclusión.
Así fue la evaluación del banco central para llegar a la conclusión.
El Banco de México (Banxico) redujo sus estimaciones de crecimiento para México en 2017.
¿Las razones? La posibilidad de un fracaso en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la contracción en la producción de petróleo y la desaceleración económica de julio y septiembre provocada por los terremotos.
El pronóstico de crecimiento para este año se redujo a un rango de entre 1.8% y 2.3%, desde el previo de entre 2% y 2.5%, informó este miércoles el gobernador del banco central, Agustín Carstens, durante la presentación del Informe Trimestral de la economía durante el periodo julio-septiembre.
“Tomando en cuenta las reducciones en el PIB del tercer trimestre, estamos cercanos al cierre del año y estamos reduciendo el intervalo de crecimiento”, señaló Carstens, que en siete días abandona el cargo para convertirse en gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS) en Basilea, Suiza.
Pero vayamos más al fondo. ¿Cómo definió este nuevo escenario macroeconómico?
En el tercer trimestre del año, la actividad económica nacional presentó una contracción que contrastó con el dinamismo que México gozaba en la primera mitad del año. El INEGI reportó el menor crecimiento de la economía mexicana en cuatro años, registrando apenas un alza del 1.7%.
El comportamiento reflejó la desaceleración de algunos componentes de la demanda agregada, que se refiere al gasto en bienes y servicios de los consumidores empresas y estado. Pero también los efectos temporales de los sismos ocurridos en septiembre, así como la reducción en la producción petrolera aquel mes.
Carstens indicó que la desaceleración también se dio en la inversión al sector privado, dado que el crédito otorgado a las empresas sucedió de manera muy rápida. La inversión también pudiera verse frenada debido a la incertidumbre relacionada a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que a su vez hizo estragos en el peso mexicano.
A finales de septiembre, la cotización del peso frente al dólar registró una depreciación e incrementos en su volatilidad en un contexto de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos -que México sigue muy de cerca-.
A ello se agrega una eventual aprobación de una reforma fiscal en el país vecino y una difícil cuarta ronda de renegociación del TLCAN. Derivado de lo anterior, Banxico anunció que aumentaría las subastas de coberturas cambiarias por un monto de 4,000 millones de dólares que se llevarían a cabo en parcialidades semanales.
“También las tasas de interés, que reducen la dinámica del crédito”, agregó el gobernador. Estas aumentaron de manera diferenciada: las de corto plazo (1 año y menores) subieron ligeramente, mientras que las de mediano y largo plazo, de dos años en adelante, registraron incrementos mayores.
Lo anterior ocasionó una “curva de empinamiento”, que según Banxico hubiera sido mayor si no hubiese aplicado las acciones de política monetaria desde diciembre de 2015.
Las previsiones al cierre de año
Además de la estimación de a un rango de entre 1.8% y 2.3%, Banxico mostró por primera vez sus pronósticos para 2019, en los que ubica al PIB entre 2.2% y 3.2%.
Para el 2018, el pronóstico se mantuvo en el rango 2.0 y 3.0%.
En cuanto al objetivo de inflación del banco, que es de 3% más, menos un punto porcentual, Carstens reiteró que las expectativas de inflación se comportan como lo habían anticipado.
“Sí hay una expectativa de una inflación relativamente alta al cierre de año, arriba del 7%, pero para 2018 está claramente por debajo del 4%, y 2019 en el 3.5%. Esto refleja que todavía tenemos trabajo adicional que hacer”, dijo.
En cuanto a la creación de puestos en el IMSS, Banxico hace una corrección marginal y estima la creación de 720,000 a 790,000 empleos en 2017, desde los 660,000 a 670,000 estimados previamente.
El déficit en cuenta corriente cambia su estimación de 2.2% a 1.7% al cierre de año, “reflejando fundamentalmente un comportamiento bastante más favorable de la balanza comercial”, puntualizó Carstens.