La campaña anticorrupción podría ser rentable y benéfica para el reino de Mohammed Bin Salman.
El gobierno de Arabia Saudita tiene la intención de apoderarse de hasta 800,000 millones de dólares en efectivo, bajo el fundamento de que se adquirieron a través de actos de corrupción, según fuentes anónimas citadas por el diario The Wall Street Journal.
El príncipe heredero de la mentalidad reformista, Mohammed Bin Salman al Saud, se ha encargado de consolidar su poder lanzando amenazas potenciales. En los últimos días ha tomado medidas enérgicas contra sus críticos, incluidos el clero y los medios de comunicación.
El fin de semana pasado el gobierno detuvo a algunos de los hombres más ricos de Arabia Saudita, incluido el prominente inversionista Alwaleed bin Talal.
El juego de poder del príncipe Mohammed está respaldado por el presidente estadounidense Donald Trump. Los analistas opinan que el apoyo está ligado a Saudi Aramco, la poderosa flota petrolera que cotiza en la bolsa de Nueva York.
Además de ayudar al príncipe heredero a asegurar el trono, la represión también podría traer un impulso financiero muy necesario para las arcas del estado, que se han visto afectadas por los bajos precios del petróleo.
La Autoridad Monetaria de Arabia Saudita declaró este martes que había congelado las cuentas bancarias de algunas personas, mientras que los cargos de corrupción que tienen en su contra siguen siendo investigados.
El Wall Street Journal informó que el gobierno puede reclamar hasta 800,000 millones de dólares en activos.
Sin embargo, muchos de esos activos están en el extranjero, lo que hará que sea más difícil recuperarlos. El gobierno ha prohibido a muchas personas, incluida la familia real, abandonar Arabia Saudita por el momento.