El banco central elevó en 25 puntos base, siguiendo la decisión de política monetaria de la Fed.
El Banco de México decidió elevar la tasa de interés de referencia en 25 puntos base, durante su última reunión de política monetaria del año.
Con esto, Alejandro Díaz de León, nuevo gobernador del banco central tras la salida de Agustín Carstens, estrena el cargo en medio de un panorama de alta inflación que incluso podría alcanzar los siete puntos porcentuales al cierre del 2017.
La tasa de Banxico se mantenía desde el 22 de junio en 7%. Tras el alza de esta tarde se ubica en 7.25%.
La decisión se da un día después de que la Reserva Federal de Estados Unidos decidiera elevar su tasa de interés en 25 puntos base, para colocarla en un rango de entre 1.25% y 1.50%.
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En un análisis, CI Banco reportó que tras la decisión del alza el peso mexicano podría apreciarse y ubicarse por debajo de los 19 dólares.
La mayoría de la Junta de Gobierno decidió aumentar la tasa de interés. Aunque Banxico señaló que hubo un miembro que propuso incluso incrementarla en 50 puntos base.
¿Qué motivó el alza?
El alza en 25 puntos base ocurre en un contexto en el que la inflación se ha disparado a 6.63% a noviembre, según las cifras más recientes del Inegi.
En una de sus primeras entrevistas como nuevo gobernador de Banxico, Díaz de León dijo que la inflación podría “ralentizarse menos de lo previsto” debido a los choques recientes y posibles sacudidas futuras.
En el boletín de su anuncio de política monetaria, el banco central señaló que dada “la simultaneidad y magnitud de los choques” que han venido afectando a la inflación, y los altos niveles que esta ha registrado recientemente, el principal reto que enfrenta la Junta de Gobierno es el de “mantener ancladas las expectativas de inflación de mediano y largo plazo”, así como reforzar la tendencia descendente de la inflación general hacia su meta.
Banxico plantea una meta de inflación de 3% (+/- un punto porcentual).
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El organismo hizo énfasis en que el panorama inflacionario se ha tornado más complejo. En particular, desde el tercer trimestre, cuando se registraron presiones sobre la cotización de la moneda nacional, asociadas a diversos factores, especialmente las renegociaciones del TLCAN y la normalización de la política monetaria en Estados Unidos.
La inflación alcanzó 6.66% en agosto de este año y se redujo en los siguientes dos meses. No obstante, la presencia de nuevos choques provocó que al mes de noviembre la inflación general mostrara un aumento respecto a septiembre, al pasar de 6.35% a 6.63%.
Banxico añadió que el entorno macroeconómico mexicano está sujeto a riesgos. Al alza, que se registre una depreciación de la moneda nacional por un desfavorable en el TLCAN, a una reacción adversa de los mercados a las acciones de política monetaria o fiscal en los Estados Unidos o a volatilidad asociada al proceso electoral de 2018.
Otro riesgo es que los precios de los bienes agropecuarios y de los energéticos, en particular del gas LP, presenten presiones.
“La Junta seguirá muy de cerca la evolución de la inflación, incluyendo la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, el traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios y la evolución de las condiciones de holgura de la economía”, indicó.