“Nuestros planes de continuidad de negocio están funcionando según lo planeado”, dice la CEO de BlackRock en México.
Por Miguel Ángel Pallares
El talento no distingue género… y las crisis tampoco. Dirigir una compañía implica un desafío profesional y personal, pero para una mujer, en un país como México, el desafío es doble.
Deben derribar aún ciertas barreras en un ecosistema corporativo aún dominado por hombres, y si eligieron también ser madres, aprender a sortear las exigencias que ello conlleva. La presencia de mujeres en el peldaño más alto de las empresas en México es de apenas 8%, según un estudio de McKinsey & Co.
Las compañías están muy por detrás de los países más avanzados cuyos comités ejecutivos están compuestos en 20% por mujeres, contra el 10% en México.
Otra señal de atraso: serán necesarios 257 años para que las mujeres ganen el mismo salario que los hombres, según el Foro Económico Mundial.
En estos momentos, sea hombre o mujer, el grado de dificultad incrementa para quienes presiden una organización, pues deben enfrentar los estragos de una pandemia y los de una economía en crisis.
Aquí presentamos las historias de cómo lo hacen nueve directoras generales, quienes desde el encierro impuesto trabajan para sacar adelante a sus empresas, y que también cumplen con la responsabilidad de su maternidad bajo las actuales condiciones.
Estratega en la casa y la oficina
Samantha Ricciardi echó a andar el protocolo ante la contingencia de salud desde el 16 de marzo.
“Los empleados que podían trabajar desde casa fueron fuertemente animados para hacerlo”, explica la directora. Los que siguieron yendo se dividieron en dos equipos para asistir por separado. BlackRock México limitó las funciones esenciales en la oficina. Ricciardi desde su casa organiza la metodología y procesos.
“Nuestros planes de continuidad de negocio están funcionando según lo planeado, demostrando nuestra capacidad para operar y entregar servicios a nuestros clientes mediante estos planes en acción”, dice Ricciardi.
El momento se complica, pues a la crisis de salud se le suma la económica. No es la primera vez que le toca enfrentar una. Tuvo que hacerlo en 2008, cuando llegó a México después de trabajar en Londres, París y Luxemburgo, para presidir la oficina de otra firma de gestión de activos.
“Me vine a México con Schroders empresa donde reduje los costos operativos de manera importante”.
En 2013, tomó la dirección de la oficina de BlackRock en México, el gestor de activos más grande del mundo, formando parte del aún pequeño grupo de mujeres al frente de una firma global. Cuenta con las credenciales para ello, además de experiencia en el mundo financiero, una maestría en la London School of Economics. Igual de importante, que trabajo en equipo con su esposo para atender a sus tres hijos.
Uno de sus logros más recientes fue liderar la compra de la administradora de activos de CitiBanamex, una operación que incluyó activos con un valor cercano a 34,000 millones de dólares. Este movimiento estratégico fue reconocido a nivel global por su impacto en el negocio.
A Riccardi también le favorece la política de BlackRock de incorporar a mujeres en puestos directivos.“En el plano global, la fuerza laboral femenina de BlackRock es de 42% y en México de 4%, mientras que en el puestos de dirección en área global es 29% y en México estamos al 20% ”, dice la directiva.
Si se impulsara en el mundo la participación igualitaria entre ambos géneros representaría una oportunidad para agregar 12 trillones de dólares al PIB global.
“En México, solamente el 15% de las empresas están representadas por mujeres, lo que implica un rezago importante. El CEO de Black Rock, Laurence D. Fink, se propuso que el 30% del consejo de administración sean mujeres y estamos en 29%”, destaca.
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Este texto es parte del reportaje principal de la edición de mayo de Fortune en Español.