Mónica Flores hizo copy-paste de la guía de trabajo en casa que su empresa envió a los empleados: no pasar el día en pijama, no descuidar el arreglo personal y laborar con disciplina.
Por Miguel Ángel Pallares
El talento no distingue género… y las crisis tampoco. Dirigir una compañía implica un desafío profesional y personal, pero para una mujer, en un país como México, el desafío es doble.
Deben derribar aún ciertas barreras en un ecosistema corporativo aún dominado por hombres, y si eligieron también ser madres, aprender a sortear las exigencias que ello conlleva. La presencia de mujeres en el peldaño más alto de las empresas en México es de apenas 8%, según un estudio de McKinsey & Co.
Las compañías están muy por detrás de los países más avanzados cuyos comités ejecutivos están compuestos en 20% por mujeres, contra el 10% en México.
Otra señal de atraso: serán necesarios 257 años para que las mujeres ganen el mismo salario que los hombres, según el Foro Económico Mundial.
En estos momentos, sea hombre o mujer, el grado de dificultad incrementa para quienes presiden una organización, pues deben enfrentar los estragos de una pandemia y los de una economía en crisis.
Aquí presentamos las historias de cómo lo hacen nueve directoras generales, quienes desde el encierro impuesto trabajan para sacar adelante a sus empresas, y que también cumplen con la responsabilidad de su maternidad bajo las actuales condiciones.
Sin culpas
Mónica Flores hizo copy-paste de la guía de trabajo en casa que su empresa envió a los empleados: no pasar el día en pijama, disponer de un espacio independiente para trabajar, no descuidar el arreglo personal y laborar con disciplina. Así lo aplica a su propio home office ante la cuarentena del Covid-19.
El confinamiento ha tenido, para la presidenta de ManpowerGroup Latinoamérica, dos facetas: le ha permitido recuperar en familia hábitos ya perdidos, como ver TV, jugar y comer juntos, aunque también ha sido un periodo de gran tensión, de monitoreo de sus equipos de trabajo en 18 países de América Latina, de adaptación a lo que dispone cada gobierno ante la contingencia y tratar de prever el impacto de la crisis sanitaria en el negocio.
El balance que hace es positivo: “Esta adaptabilidad para trabajar desde casa, en un entorno cambiante, es una de las habilidades que se requieren en el siglo XXI”
Incluso en estos tiempos, optar por la alta dirección es una decisión que muchas mujeres declinan por la tensión permanente entre responsabilidad laboral y familiar, los tabúes, estereotipos y barreras culturales, y por un sentimiento de culpa que puede acompañarlas toda la vida.
Desde luego, el doble rol tiene costos, y Flores los ha pagado. Se casó y fue madre a una edad mayor que el promedio de las mujeres, se perdió eventos sociales, fiestas infantiles a las que invitaban a sus hijos y de ir por ellos a la escuela. En ocasiones trata de invadirla la culpa, pero ha aprendido que, cuando las prioridades están definidas y atendidas, son culpas inventadas.
Los resultados están a la vista. ManpowerGroup México contribuye con 14% de los ingresos del grupo en el continente americano, pues en el cuarto trimestre de 2019 mejoró su facturación 3%. En el año, el aumento fue de 2.2%.
Tiene claros los aportes de las mujeres como directoras de empresa: los hombres son mejores tomando riesgos y van más sobre resultados, las mujeres son mejores formadoras de equipo, favorecen diversidad e inclusión y tienen más foco en la equidad laboral. “La mujer viene de ese mundo, sabe lo que es tener un hijo que, si no tuvo clases, no sabía qué hacer con él, así que aprecia poder llevarlo a la oficina”.
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Este texto es parte del reportaje principal de la edición de mayo de Fortune en Español.