“BIVA estuvo lista y preparada para continuar con el funcionamiento y protección de las transacciones bursátiles”, dice la directora del centro bursátil.
Por Miguel Ángel Pallares
El talento no distingue género… y las crisis tampoco. Dirigir una compañía implica un desafío profesional y personal, pero para una mujer, en un país como México, el desafío es doble.
Deben derribar aún ciertas barreras en un ecosistema corporativo aún dominado por hombres, y si eligieron también ser madres, aprender a sortear las exigencias que ello conlleva. La presencia de mujeres en el peldaño más alto de las empresas en México es de apenas 8%, según un estudio de McKinsey & Co.
Las compañías están muy por detrás de los países más avanzados cuyos comités ejecutivos están compuestos en 20% por mujeres, contra el 10% en México.
Otra señal de atraso: serán necesarios 257 años para que las mujeres ganen el mismo salario que los hombres, según el Foro Económico Mundial.
En estos momentos, sea hombre o mujer, el grado de dificultad incrementa para quienes presiden una organización, pues deben enfrentar los estragos de una pandemia y los de una economía en crisis.
Aquí presentamos las historias de cómo lo hacen nueve directoras generales, quienes desde el encierro impuesto trabajan para sacar adelante a sus empresas, y que también cumplen con la responsabilidad de su maternidad bajo las actuales condiciones.
Una nueva cultura financiera
Entre las víctimas de la pandemia del coronavirus están la Bolsas del mundo con caídas estrepitosas. Hasta el 8 de abril, el principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores había tocado los 34,568 puntos, lo que representó una caída de 20.6% en lo que va del año.
Este es el nuevo escenario que encara María Ariza, quien en 2018 asumió la dirección general de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), desafiando el status quo del sector bursátil mexicano. Anteriormente fue directora general de la Asociación Mexicana de Capital Privado.
Hoy no solo tiene el reto de crear una nueva cultura financiera en el país, enfrenta uno de los peores momentos para los mercados financieros de México y del planeta.
Tras la llegada del COVID-19, BIVA implementó protocolos de contingencia diseñados para proteger activos y procesos de operación.
“BIVA estuvo lista y preparada para continuar con el funcionamiento y protección de las transacciones bursátiles”, comenta Ariza.
En estos momentos considera necesario “velar” por el correcto funcionamiento de los mercados y sabe que esa asignatura le demandará su energía y atención durante los próximos meses. Los nuevos retos le exigen cuidar de sus colaboradores y en el ámbito personal, como madre y esposa, acompañar a su familia.
La directiva tiene la consigna de buscar nuevos participantes del mercado y de implementar estrategias para que aprovechen los distintos instrumentos disponibles en la actualidad.
Hasta ahora ha logrado ganar 10% de participación de mercado a la Bolsa Mexicana de Valores, pero tiene el objetivo de llegar a una penetración de 50% en número de transacciones.
Esta carrera le ha traído retos profesionales y sacrificios personales, por ejemplo, ha dejado de asistir a eventos importantes para sus hijas y también ha tenido complicaciones para asistir a foros o eventos de negocios.
Sin embargo, para la directora general el camino para diversificar y abrir el mercado a nuevos jugadores no tiene marcha atrás.
El rol de la mujer es uno de los temas en los que pone énfasis: “Necesitamos un cambio de cultura”, considera. “Nos ha faltado, como mujeres, articularnos y unir voces. Juntas podemos ganar visibilidad, fuerza y energía. Esto no puede seguir sucediendo”.
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Este texto es parte del reportaje principal de la edición de mayo de Fortune en Español.