“Corteva sigue suministrando insumos para conservar la producción de alimentos en el campo”, dice Ana Claudia Cerasoli, CEO de Corteva Agriscience Latinoamérica.
Por Miguel Ángel Pallares
El talento no distingue género… y las crisis tampoco. Dirigir una compañía implica un desafío profesional y personal, pero para una mujer, en un país como México, el desafío es doble.
Deben derribar aún ciertas barreras en un ecosistema corporativo aún dominado por hombres, y si eligieron también ser madres, aprender a sortear las exigencias que ello conlleva. La presencia de mujeres en el peldaño más alto de las empresas en México es de apenas 8%, según un estudio de McKinsey & Co.
Las compañías están muy por detrás de los países más avanzados cuyos comités ejecutivos están compuestos en 20% por mujeres, contra el 10% en México.
Otra señal de atraso: serán necesarios 257 años para que las mujeres ganen el mismo salario que los hombres, según el Foro Económico Mundial.
En estos momentos, sea hombre o mujer, el grado de dificultad incrementa para quienes presiden una organización, pues deben enfrentar los estragos de una pandemia y los de una economía en crisis.
Aquí presentamos las historias de cómo lo hacen nueve directoras generales, quienes desde el encierro impuesto trabajan para sacar adelante a sus empresas, y que también cumplen con la responsabilidad de su maternidad bajo las actuales condiciones.
Medidas desafiantes
A poco más de un año de asumir la presidencia de Corteva Agriscience en la región Mesoandina, que incluye territorios como México, Ana Claudia Cerasoli, ha tenido que tomar medidas desafiantes en medio de la contingencia por la pandemia que ha provocado el nuevo coronavirus.
No parar actividades en una industria estratégica para la producción de alimentos y garantizar la seguridad de los empleados han sido elementos clave dentro de su estrategia ante los desafíos.
“Estoy personalmente involucrada en el comité de Crisis de México y el resto de la región Mesoandina (México, Centroamérica, Caribe y países andinos). Nuestras prioridades son la seguridad y bienestar de los empleados, y seguir suministrando insumos para conservar la producción de alimentos en el campo”, explica la CEO de origen brasileño.
Desde los primeros días de la pandemia restringieron los viajes y reuniones, además de alentar el trabajo en casa, de los empleados que pueden hacerlo.
Para Ana no es sencillo, pues es madre a distancia. “Mi hijo y mi esposo se encuentran viviendo en Brasil, lo mismo que mis papás, que son personas de edad”, refiere la ingeniera química.
Corteva, que produce semillas y soluciones de protección de cultivos (fungicidas, herbicidas e insecticidas) fue la unidad agrícola de Dow-DuPont y en la actualidad tiene presencia en más de 140 naciones, aunque actualmente Latinoamérica es responsable de 20% de sus ventas globales.
La apuesta de Corteva es ofrecer semillas híbridas que brinden mayor productividad al productor y que sean tolerantes a la sequía, junto con otros avances tecnológicos, refiere la ejecutiva. Cerasoli es la primera mujer en ocupar la dirección en la división agrícola de la región y reconoce la participación de las mujeres en la agricultura como un elemento fundamental de esta actividad.
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Este texto es parte del reportaje principal de la edición de mayo de Fortune en Español.