Efectos de la guerra comercial de China contra Estados Unidos, el T-MEC, un tipo de cambio volátil y, ahora, la pandemia de coronavirus. La recomendación de los expertos de la industria es cuidar las relaciones y el efectivo.
Por Marco Payán
La noticia no es nueva: la pandemia del coronavirus (COVID-19) en el mundo ha afectado a diferentes industrias. Y, como sucede con la enfermedad, tiene efectos más graves en quienes están más endebles o sin defensas suficientes.
Luis Gutiérrez, director general de Meritor México, empresa fabricante y distribuidora de trenes de transmisión, señaló que “no tenemos hasta ahora ningún infectado en nuestras plantas”.
La compañía transnacional cuenta con plantas en China, así como en Italia, dos de los países con más casos de coronavirus, así que su director en México se preguntaba si esa enfermedad afectaría las entregas que tiene acordadas a clientes y armadoras como Freightliner e International, dentro de su país.
No es para menos. Wuhan, la zona urbana donde brotó la pandemia, cuenta con más de 30 millones de trabajadores que principalmente fabrican partes para diversas cadenas de proveeduría, entre ellas la automotriz, electrónica, farmacéutica y textil. Era cuestión de tiempo que algunos proveedores no pudieran cumplir con sus entregas y afectarían a prácticamente todo el mundo industrializado. Y allí está México.
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En época de “just in time”, el director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) señala que “México llega con una economía enferma a una situación que vulneró ya las finanzas públicas a través de la caída del precio del petróleo, y que evidentemente generó una importante pérdida de valor del peso”.
Es decir, la industria manufacturera ya tiene más de 16 meses en recesión (en enero retrocedió 1.7% anual). Además, con el tipo de cambio tan volátil debido a la fuga de capitales extranjeros, a la industria manufacturera, que depende en gran medida de insumos que se pagan en dólares, le es difícil enfrentar estos cambios abruptos si no cuenta con coberturas (al término de esta edición, el tipo de cambio estaba en 23 pesos por dólar).
La historia de Meritor se repite en todo tipo de industrias en el país, que dependen de insumos intermedios que se generan al este de Asia. Luis Gutiérrez siguió el protocolo pensado en mantener la cadena de proveeduría en funcionamiento para casos como este. Tal proceso lo tiene bajo la certificación ISO 9000.
En el caso de algunas partes que sí requería de otros fabricantes que no podrían cumplir con sus tiempos de entrega, el protocolo le hizo cambiar de proveedor. Ya sabía a quién llamar y en qué términos negociar: en su caso, la cadena no se rompió. Pero no es igual para muchas otras manufactureras mexicanas, sobre todo las pequeñas o medianas.
LA INACCIÓN NO ES OPCIÓN
“He visto cómo algunas empresas han parado proyectos, pero esta es una incertidumbre diferente”, reclama Sergio Fonseca, profesor de Política de Empresa del Ipade. “Debemos cerrar filas con el mejor talento que se tiene en cada empresa y decidir qué se va a hacer”.
Un buen punto de partida es “encarar la realidad: ver con objetividad y humildad los datos duros y factores que ya están ahí.” Pero antes, “asegurar el bienestar de la gente”, señala René Nájera, consultor de Deloitte.
Tal plan debe incluir, señala Nájera, educar e informar al personal de manera puntual sobre la situación dentro y fuera de la empresa. “Según la actividad de la empresa, aplicar protocolos de escaneo a posibles contagiados”, para evitar una mayor propagación del virus en el lugar de trabajo. A quienes no tienen que estar en la planta de producción, “restringir los viajes y enviarlos a trabajar a casa”. Pero para hacerlo, preguntarse si se cuenta con “la tecnología e infraestructura necesarias para el trabajo a distancia. Desde cosas más básicas como quién tiene laptops hasta asegurar la conectividad a distancia y la seguridad de la información durante el proceso”.
Mientras la persona encargada del bienestar del personal implementa su protocolo ante la pandemia del coronavirus, debe reportar al director un costo de tal implementación.
EL EFECTIVO ES EL REY
En tiempos de crisis, una máxima sigue funcionando: “Cash is king”, apunta Devin Hauer, director del programa de Consultoría Estratégica de la Universidad Iberoamericana.
René Nájera coincide, se trata de un plan de la tesorería. “Hay que buscar agilizar los cobros, no tener cuentas por cobrar muy extensas. Recuerda que tienes costos fijos que no se van a mover o van a aumentar y, por otro lado, puedes tener flujos de efectivo reducidos por la baja en actividad económica”.
Al saber cuánto dinero se tiene en la bolsa, ya se puede tener la certeza de qué se puede ofrecer a los clientes y en cuánto tiempo. “Lo importante es cuidar la relación con ellos”, señala Hauer. Es esta relación la que hará que perdure el negocio después de pasar esta etapa.
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CERCA, PERO A LA DISTANCIA
Un vicio en el que pueden caer las manufactureras es solo tratar con los proveedores directos. A decir de René Nájera, es momento de ir más allá: “Tener visibilidad de los proveedores clave y de los proveedores de los proveedores. Las empresas más avanzadas tienen sistemas que le dan visibilidad hasta ese nivel”.
Al estar cercanos a proveedores y clientes se puede ver qué retos tienen y cómo ayudar. Incluso se toman decisiones en conjunto. “Se planea la producción: qué componentes sí vas a tener, cuáles no van a llegar o no lo harán a tiempo, cuáles no vas a tener”, así se fortalece la relación, sugiere el consultor de Deloitte.
A la hora de planear, “encontrar qué es el centro del negocio. Qué es lo que mejor se hace, para enfocarse en ello”, señala Sergio Fonseca. En tales reuniones ya no sonarán tan descabelladas obtener coberturas para los tipos de cambio, los seguros y las certificaciones en procesos relacionados.
Esta pandemia pasará y las compañías cambiarán. Las empresas que hayan actuado responsablemente y a tiempo estarán en un mejor lugar al pasar la tormenta: habrán preservado vidas y también su negocio.
Este texto es parte de la portada de abril de Fortune en Español. Te los compartimos frente a la contingencia por la que atraviesa México por el nuevo coronavirus.
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— Fortune México (@fortunemexico) March 19, 2020