La excesiva regulación que enfrentan las empresas en México no es novedad. Ahora es un pendiente de López Obrador si quiere acabar con la corrupción.
Por Arantzazú Rizo
Aunque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se comprometió a terminar con la corrupción en México, difícilmente podrá lograrlo si no incluye en su agenda la reducción de la excesiva regulación para el pago de impuestos y la apertura de negocios en la nación.
No hay una tendencia desregulatoria ni una iniciativa para fortalecer instituciones, según algunos think tank. “No está en la agenda del nuevo gobierno”, asegura Luis Mauricio Torres, coordinador de proyectos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Las calificaciones de México en ambos temas, a nivel global, no son las mejores. El Banco Mundial (BM) lo ubica en el lugar 60, de 190, en el índice que mide la facilidad para hacer negocios en un país. Esto significó una caída de seis lugares respecto al 54 en el que lo colocó en 2018.
Aún hay una excesiva regulación en estados y municipios, lo que provoca no solo corrupción, sino incertidumbre, afirma Fernanda Ballesteros, coordinadora del Programa de Regulación y Competencia Económica de México Evalúa.
El BM reconoce en su informe Doing Business 2020 que las economías pequeñas y emergentes son las que han realizado más reformas y, por ende, mejores prácticas. Sin embargo, en Latinoamérica y en México, en particular, todavía queda mucho por hacer en pago de impuestos y apertura de negocios.
En trámites para abrir un negocio, el BM coloca a México en el sitio 107. “México ha hecho mucho; se creó la Ley General de Mejora Regulatoria, pero aún falta más desregulación y homogeneizar reglas y normas, principalmente en estados y municipios”, explica Ballesteros.
El BM destaca que desde 2009 se han realizado reformas positivas relacionadas con la digitalización de trámites, la fusión de algunos y la creación de ventanillas únicas. Sin embargo, en el ranking, ni México ni ningún país de América Latina han logrado colarse al top 50.
En el pago de impuestos, dentro del reporte Doing Business, México se sitúa en el escalón 120. Y más que mejorar en este tema, todo parece indicar que se retrocederá.
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En el país hacen falta facilidades para el pago de impuesto, pero se ha hecho todo lo contrario, dice Torres, del IMCO. Para las empresas, cumplir con las obligaciones fiscales de 2020 será más complicado. Con la nueva miscelánea fiscal los procesos se hicieron más duros y estrictos para los negocios formales.
“Todo lo que meses atrás se discutió para generar más recaudación, sin elevar impuestos, provocó un aumento en las penas y en las medidas que hoy buscan equiparar a la evasión con operaciones de crimen organizado”, advierte el experto del IMCO.
Se refiere, en concreto, al endurecimiento de las sanciones contra la evasión fiscal, como la emisión de facturas falsas, que será tipificada como delincuencia organizada.
El ambiente de negocios se enrarecerá, advierte, pues los empresarios no sabrán si por un error caerán en lista negra de asociaciones delictivas cuando en realidad solo es que no llevan una contabilidad adecuada o no tienen las capacidades técnicas para cumplir con todos los requisitos, e incluso si nada más olvidaron una declaración.
Independientemente del impacto por más trámites en impuestos, el gobierno de López Obrador inició su sexenio con una serie de leyes y reformas para reducir el peso de la burocracia: se trata de la Ley de Austeridad Republicana, la reducción de plazas de la burocracia y el combate a la corrupción.
Aunque pareciera que podrían estar alineadas con reducir la excesiva regulación, tal vez el impacto no sea el deseado. El propio BM precisa en su reporte que se debe mantener el ritmo de reformas para mejorar el clima de negocios, siempre y cuando sean suficientes o adecuadas para no resultar contraproducentes.
“Los principios de austeridad pueden ser compatibles porque hay menos funcionarios, pero el problema es que la regulación es la misma, y ahora ésta la implementarán cuerpos burocráticos menos especializados, menos técnicos y con menos capacidades”, señala Ballesteros.
Otra variable que impacta a los negocios tiene que ver con la corrupción y rendición de cuentas. El tema involucra y compete directamente a las empresas, pues acceden a extorsiones o abusos de agentes del poder público, funcionarios, agrupaciones sindicales y hasta del crimen organizado para operar.
El Barómetro de la Corrupción de AL 2019, vía Transparencia Internacional del IMCO, destaca que nueve de cada 10 mexicanos afirman que la corrupción es todavía un problema para el país. Cabe mencionar, que uno de cada tres mexicanos reconoce haber pagado un soborno para acceder a un trámite o servicio.
A decir de Torres, del IMCO, falta una estrategia clara anticorrupción. “La corrupción actúa de forma inercial. Hay que reducir extorsiones, mordidas, ir a lo sistemático, a la calle, a la ventanilla, de lo contrario, la corrupción seguirá siendo el aceite que corre por la máquina de la ilegalidad”, considera Torres, el entrevistado del IMCO.
MÉXICO, DE LOS MEJOR CALIFICADOS
Estos son algunos de las 190 naciones analizadas por el BM y su ubicación en el ranking de Doing Business 2020. México está en el 60.