La industria automotriz en México sumará este 2020 su cuarto año de caída en ventas en el mercado local, pero ese ya no es el peor de sus problemas.
Por Zacarías Ramírez Tamayo
En las próximas semanas se sabrá si la alteración a las actividades producidas por las medidas sanitarias en distintas naciones, como la suspensión de vuelos desde y hacia Estados Unidos y Europa, tendrá algún efecto en las cadenas de producción de las armadoras que operan en territorio mexicano, señala Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Una eventual escasez de autopartes obligaría a la industria mexicana a reducir su producción y, por ende, sus exportaciones, que de por sí ya venían en picada. “Si el problema con las cadenas de abastecimiento nos obliga a bajar los ritmos de producción, desde luego que habrá un impacto directamente en las exportaciones”, reconoce el dirigente, entrevistado el 13 de marzo.
Las exportaciones de vehículos son un gran motor para la economía mexicana: tienen un valor de 147,757 millones de dólares (mdd) y representan 32% de todas las exportaciones del país, según AMIA. Hasta julio pasado, 2019 pintaba como un buen año para las exportaciones automotrices, pero en agosto inició la caída y apenas un mes después la ventaja contra 2018 se había diluido, según datos de Inegi.
En el mercado local las cosas no están mejor. Antes del “lunes negro” y de que la OMS declarara pandemia al brote de coronavirus, ya se vaticinaba otra caída en las ventas internas. “Creemos que 2020 será el cuarto año con caídas –considera Guillermo Rosales, director general adjunto de la asociación de distribuidores–.
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Esta expectativa es anterior a lo ocurrido con el coronavirus y su impacto en los mercados petroleros y financieros”. Además, Rosales señala que la asociación aún no ha actualizado sus cálculos dados los nuevos acontecimientos, pero estima muy probable que el mercado caiga este año más de 3%. Lo peculiar de esta caída es que incluye a los vehículos de alto precio. “Hay incertidumbre, desconfianza y descontento de los consumidores de mayor ingreso”, añade el directivo, quien califica el deterioro del mercado como generalizado.
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Es más que un problema de números rojos. El año pasado unos 5,000 vendedores perdieron su empleo debido a los ajustes por la baja de ingresos de las agencias de vehículos, señala Rosales. “Eso más o menos es 10% de la plantilla total de vendedores en el sector”.
Este 2020 las empresas dueñas de las agencias deberán ser disciplinadas en la administración y tener capacidad de adaptación, añade el entrevistado, pero acepta que eso puede no ser suficiente. “Habrá quienes puedan tomar la decisión de salir de esta actividad, vender, etcétera, y habrá quienes tomen esas oportunidades, como ocurre en cualquier otro sector cuando se presentan crisis”, agrega el directivo.
Este texto es parte de la portada de abril de Fortune en Español. Te lo compartimos frente a la contingencia por la que atraviesa México por el nuevo coronavirus.
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— Fortune México (@fortunemexico) March 19, 2020