Una compañía dedicada a la fumigación y otra al interiorismo, se unen para salir adelante ante la caída en sus ingresos.
Por Gerardo Terán
Dos empresas unieron fuerzas para sobrevivir ante la caída en la demanda de sus servicios a causa del confinamiento por el COVID-19: una tenía el know how para sanitizar espacios y la otra al personal; ambas, a los clientes.
Grupo Estuco, dedicado al interiorismo corporativo (mobiliario y diseño), enfrentó una disminución en la contratación de proyectos desde marzo. Por ello, Rafael Pulido, socio fundador, buscó opciones para generar más ingresos.
Los espacios que su empresa diseñaba y acondicionaba tenía que sanitizarlos, lo que le hizo ver una oportunidad de mercado.
Fue así como encontró en contacto con un antiguo colaborador de Estuco, Antonio Leyva, que dirige Fuminante, empresa especializada en control de plagas y que ante la contingencia amplió a la desinfección de espacios.
La posibilidad de una mancuerna era casi evidente: una tenía al personal y la otro sabía cómo limpiar espacios. Uno se convirtió en proveedor del otro.
Fuminante capacitó a 45 de los 390 empleados de Estuco y entre ambos se dieron a la tarea de adaptar el equipo para sanitizar.
Juntos buscan a los clientes, casas particulares y negocios de todos tamaños.
“Nuestros trabajadores tienen distintos campos de acción y talentos naturales, que sumados a esa adaptabilidad, nos han permitido cambiar inmediatamente”, dijo Rafael Pulido.
La sociedad por lo pronto es temporal, cada uno se hace cargo de su propio personal y exploran la posibilidad de continuar con el servicio más allá de la emergencia sanitaria. El talento, la capacidad de trabajar en equipo y la capacitación hacen que el mexicano pueda ser eficiente, agregó Pulido. Mientras tanto están logrando sobrevivir en medio de la crisis.
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