Muchas acciones con precios asequibles están baratas por una razón: las tendencias las dejaron fuera. ¿Por qué pueden ser atractivas para algunos inversionistas?
Por Ben Carlson*
Nuevos máximos en el mercado de valores son geniales para quienes ya tienen acciones, pero hay una desventaja cuando los papeles parecen solo subir.
Cualquier inversionista que haya mantenido efectivo en espera de precios más bajos y mejores niveles de entrada se ha quedado esperando, y aquellos que le han inyectado más dinero al mercado lo han hecho a precios cada vez más altos.
Esos precios más altos son también una paradoja para los inversionistas a largo plazo, porque los mercados caros de hoy hacen que ganancias impresionantes futuras sean menos probables.
El S&P 500 en la actualidad cotiza a 30 veces sus ganancias promedio ajustadas a la inflación en los últimos 10 años (el llamado índice CAPE). Históricamente, los niveles cercanos a ese nivel casi siempre han precedido periodos de retornos decepcionantes.
Es por eso que muchos inversionistas se sienten más cómodos al comprar acciones cuando hay sangre en las calles. Y las buenas noticias para ellos es que siempre hay un mercado bajista en algún lugar, incluso cuando el mercado general lo esté matando.
Tres tipos de activos que se han quedado atrás durante esta corrida alcista destacan en particular a ojos de cazadores de gangas.
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ACCIONES ENERGÉTICAS
Los precios del petróleo alcanzaron los 150 dólares por barril en junio de 2008. Desde entonces, una mayor producción desencadenada por el fracking, combinada con una baja inflación, ha ayudado a bajar los precios del petróleo en dos tercios, afectando las ganancias de las empresas de energía.
El sector energía ha sido, por mucho, el que peor se ha desempeñado en el S&P 500 desde mediados de 2008, y ni siquiera está cerca: el ETF SPDR (XLE) del índice Energy Select Sector ha caído más de 13% frente a ganancias de más de 200% del S&P 500. Un premio de consolación son los altos dividendos: el de XLE, por ejemplo, es de 3.8%, más del doble que el del mercado más amplio.
METALES PRECIOSOS Y MINERÍA
Las acciones de productores de materias primas con frecuencia exhiben una volatilidad salvaje porque son inusualmente sensibles al crecimiento económico y la oferta y demanda fluctuantes de las materias mismas.
Al Vanguard Global Capital Cycles (VGPMX), un fondo de inversión que es un buen representante de los mercados de metales y productos relacionados, le ha ido muy mal durante este ciclo: en los últimos 10 años ha caído casi 50% (de nuevo, el crecimiento global relativamente modesto es el culpable).
Los inversionistas con frecuencia buscan metales y acciones mineras porque tienen una baja correlación con el mercado en general, al ofrecer los beneficios de un portafolio diversificado; pero a veces tener activos no correlacionados significa comerse grandes pérdidas mientras el resto del mercado sube.
ACCIONES DE VALOR
Después de la burbuja puntocom de 2000, las desinfladas acciones de valor —títulos que son baratos con relación al valor de su negocio subyacente— se echaron a correr y rebasaron por mucho a las acciones de crecimiento.
Pero las de crecimiento han rebasado a las de valor desde la crisis financiera lideradas por empresas de gran crecimiento como Amazon, Netflix, Google y Facebook, que han monopolizado la mente de los inversionistas.
El creciente impacto económico de la innovación tecnológica, en particular en software, el mayor valor de activos intangibles como las patentes, derechos de autor y marcas registradas y la disposición de los inversionistas para pagar más por el crecimiento en un mundo inundado de capital han contribuido por igual a este crecimiento.
Aun así, los inversionistas piensan que un punto de inflexión podría estar cerca. Usando una serie de métricas, Cliff Asness, director del gigante de inversiones AQR Capital Management, mostró en un artículo reciente que las acciones de crecimiento son más caras ahora que en cualquier otro momento que no fuera la burbuja puntocom.
En contraste, escribe Asness, “excluyendo la burbuja tecnológica, el valor de las de valor está más barato que nunca”. Por supuesto que solo porque algo sea barato no significa que no pueda abaratarse más.
Como muestran nuestros ejemplos, cada una de estas categorías tiene un ojo morado por algo. Eso es lo que hace que la situación actual sea tan confusa para los inversionistas: puede parecer que sus únicas opciones son invertir en activos con buenos fundamentos pero precios altos, o invertir en activos con fundamentos deteriorados pero con precios bajos.
Sí, la historia apunta que los ciclos económicos eventualmente darán un auge a las acciones de energía, metales y valor de nuevo, pero no dice cuándo.
Así que lo mejor puede ser preocuparse menos por el “cuándo”. Muchos inversionistas (incluyendo mi empresa) prefieren una estrategia a largo plazo que tenga una amplia diversificación.
En la práctica, por lo general ello significa invertir algo de capital en las áreas de mercado que han sido más afectadas para aprovechar el punto de entrada barato. Al decidir si invertir en clases de activos golpeados, estas son algunas lecciones a tener en cuenta:
NADA FUNCIONA TODO EL TIEMPO
La inversión de valor ha sido continuamente aprobada por académicos, inversionistas profesionales y el icónico Warren Buffett como un acercamiento que funciona a largo plazo; pero incluso las estrategias de inversión sólidas están destinadas a pasar por periodos de bajo rendimiento.
Después de todo, la única razón por la que cualquier activo gana una prima sobre la tasa de inflación es porque ser su propietario involucra riesgos, y “sólido” no significa “libre de riesgos”.
LA DIVERSIFICACIÓN SIGNIFICA SIEMPRE DECIR QUE LO LAMENTAS
La principal razón para diversificar es evitar concentrar su dinero en un activo de rendimiento terrible por un periodo prolongado, aunque extender sus apuestas también significa que al menos parte de su cartera estará desinflada mientras el resto corre hacia adelante.
El inversionista acepta los ponches ocasionales para aumentar sus probabilidades de ganar el juego.
REBALANCEAR
La diversificación funciona solo si periódicamente rebalancea sus asignaciones de activos. En esencia, esto significa vender un poco de aquello a lo que le ha ido bien para comprar un poco de lo que no. Todas las clases de activos anteriores experimentaron fuertes retornos antes de caer en desgracia.
¿El inversionista vendió un poco durante la buena época para traerlas de vuelta a su peso objetivo? Si no, sus pérdidas han sido más dolorosas, lo que podría hacerle más difícil comprar ahora, cuando la estrategia podría dictar que sí debería hacerlo.
SIN SUBESTIMAR
Después de un largo periodo en el que las acciones de crecimiento las rebasaron, las acciones de valor son más baratas en términos relativos de lo que han sido en décadas; aunque no hay garantía de que se recuperen para cerrar la brecha.
*Ben Carlson es director de gestión de activos en Ritholtz Wealth Management. Su firma tiene posiciones en fondos de acciones de valor, pero no en ningún fondo específico mencionado en el texto.