Por Ivonne Vargas
El incremento de 20% al salario mínimo en 2020 representa un avance que no se había registrado en las últimas décadas, pero también puede despertar riesgos respecto a la contratación de trabajadores y costos adicionales en las organizaciones, acorde con la opinión de especialistas en capital humano y compensación.
“Un impacto inicial del incremento del salario sobre la inflación es el aumento en costos para algunas empresas. Esto, a su vez, puede genera reacciones como la intención del empleador de reducir su planta laboral o el número de horas trabajadas”, explicó Rogelio Salcedo, líder de Carrera en Mercer México.
Otra acción a la que Salcedo refirió es que podría ‘informalizar’ a los empleados y ambas medidas tendrían como finalidad mantener los costos laborales en la organización.
En días pasados, el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) confirmó que el mínimo general se ubicará en $123.22 pesos por jornada diaria de trabajo, a partir de 2020.
El incremento se integró a partir del salario mínimo general actual, de $102.68 pesos diarios, más la suma de $14.67 pesos, a través del indicador llamado ‘Monto Independiente de Recuperación’ (MIR) y el factor inflacionario de 5%.
¿QUÉ ES EL MIR?
De acuerdo con información publicada por Conasami, el MIR es un mecanismo de recuperación del poder adquisitivo, una cantidad absoluta en pesos que no puede utilizarse como referente para fijar salarios vigentes como los contractuales y federales.
Tal parece que es “un indicador inofensivo, que solo tiene como meta incrementar el poder adquisitivo de la población”.
Sin embargo, al ser un incremento muy superior al inflación, para hacerlo sostenible hay que impulsar a la par reformas y programas que permiten a las empresas absorber la medida, aseveró Rogelio Salcedo.
Y es que tras el incremento suele darse un ‘efecto faro’, dice el consultor. En el documento Salario Mínimo e Inflación de Banxico se describe este escenario como el efecto que tienen los aumentos al salario mínimos sobre el resto de la distribución salarial. Esto, especialmente sobre los ingresos de los trabajadores cuyo salario está por encima de dicho indicador.
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El cambio en el salario mínimo se utiliza como “faro” o referencia para otros incrementos salariales.
Este aumento puede ser percibido por los trabajadores que ganan más de un salario mínimo como una señal de que el costo de vida aumentó. Por ello, hay una presión por incrementar las negociaciones con respecto a nuevas normas.
Por ejemplo, acorde con los resultados arrojados en la Encuesta Anual de Remuneración Salarial Total de Mercer, el aumento real reportado para ejecutivos en 2020 tendrá un incremento de 5.3%.
Si acaso podrá negociarse en 2020 un 8%, significaría tres puntos por arriba de la negociación de salarios contractuales lograda en 2018, de acuerdo con datos de Mercer.
“Una presión por parte de los trabajadores que no reciben salario mínimo, y en especial de sindicatos, será querer negociar sus incrementos en doble digito y es irreal que las empresas en el país puedan cumplir con esa presión”, señaló Salcedo.
“Incluso, podrían verse en problemas para cubrir el aumento con la población que recibe un salario mínimo ante el poco margen de ganancia en sus operaciones”, agregó.
¿AUMENTO EN LA PRODUCTIVIDAD?
El aumento del 20% puede ser un área de oportunidad, más que un impacto negativo. Eso si se aprovecha esta media para incrementar la productividad en los procesos y de esa manera lograr mayores tasas de crecimiento, que permiten sostener el aumento, explicó José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM.
“Es el momento para revisar fallas en los procesos de trabajo, hacer una mejor asignación de los recursos en las compañías e incluso adoptar procesos tecnológicos para complementar y hacer más eficiente la planta laboral”, detalló Martínez.
El académico menciona que un efecto del incremento podría ser tener que las empresas deban incrementar el costo de sus insumos – como resultado de mayores costos salariales por parte de los proveedores.
“Por ello es urgente que a la par del incremento allá medidas para mejorar el desempeño en la empresa”, sino lo hace, el empleador debe absorber el alza salarial sin ventas, lo que genera pérdidas y –en un extremo-– perdida de puestos.