Celebra la cultura y hermandad en la festividad más importante de Oaxaca.
Su cada vez más popular mezcal –87% del volumen nacional se produce aquí–, tiene las más diversas etiquetas, variedades y cocteles. También destaca su gastronomía tradicional exquisita, que se renueva gracias al menú de restaurantes de la capital del estado –Casa Oaxaca y Pitiona, por ejemplo–.
O sus chefs, como Alejandro Ruiz, quienes han ganado prestigio y fama no sólo en el resto de la República, sino del mundo. Y cuando creemos que ha pasado su momento, la Guelaguetza llega cada año en julio para recordarnos por qué nunca nos cansaremos de este lugar.
Esta es la celebración más significativa de la entidad y en 2019 –su edición 87– se realizará los días 22 y 29 de julio en el Auditorio Guelaguetza, que se encuentra en el Cerro del Fortín. Mientras estas fechas llegan, hay muchas otras actividades que enmarcan el festejo, como los convites, donde las delegaciones de las ocho regiones que conforman el estado desfilan, bailan y tocan música; comida, dulces y mezcal se comparten tanto en las calles del centro, como en conciertos públicos –el año pasado, por ejemplo, Lila Downs fue una de las artistas participantes–.

Además, se lleva a cabo la Feria Internacional del Mezcal en el Paseo Juárez “El Llano”; así como el Pabellón del Café y el Festival de los Moles. Toda la ciudad y los municipios vecinos están de fiesta durante el mes de julio.
Si bien el festejo es de carácter comunitario, se ha convertido en un atractivo turístico de la ciudad que no sólo honra a la diosa del maíz, Centéotl, a la hermandad y a la herencia cultural de Oaxaca, sino que ahora ayuda a una estrategia que busca posicionar al turismo como eje económico de la entidad.
Para atraerlo, el estado ha invertido en la infraestructura de los aeropuertos con los que cuenta, de los cuales tres internacionales crecieron en ocupación: Xoxocotlán a 74.82%, Bahías de Huatulco a 74.90% y Puerto Escondido a 76.63%. Además, la autopista que en cinco horas une a la Ciudad de México con Oaxaca ha hecho que los visitantes capitalinos y mexiquenses constituyeran el 59% del turismo nacional durante el año pasado.
Por ello, no es de extrañar que en julio de 2018, bajo el marco de la Guelaguetza, la capital haya generado la mayor derrama económica del año en el estado con $560 millones, de los $4,759 millones que generó el turismo durante todo el año pasado tan sólo en la ciudad.
La huella que deja esta celebración es única y también la mejor excusa para adentrarte en los atractivos de la ciudad. Vale la pena hospedarse más allá de un fin de semana en lugares como Maralicio Suites, un hotel boutique que cuenta con cuartos equipados para estadías largas, y hacer escapadas a los atractivos naturales cercanos a la ciudad. Entre tantas actividades no es difícil de entender por qué Oaxaca jamás pasará de moda.
MEZCALEANDO
Oaxaca no sólo se disfruta en festivales. Su bebida más icónica es otra manera de vivir experiencias. Disfrútala en los mejores lugares que la capital oaxaqueña ofrece.
- La Mezcaloteca: aprende todo lo que necesitas sobre el destilado tradicional en este salón con una gran selección de mezcales y prueba sus nuevas colecciones –un paquete con botellitas que explora las variedades del agave (espadín, silvestre, cuish) con el que son elaboradas–. También puedes reservar, con tiempo de anticipación, la Desgustación Mezcaloteca, una experiencia privada de lunes a sábado.
- Sabina Sabe: ¿ganas de un aperitivo y un coctel hecho con mezcal? Aquí todos los detalles cuentan: desde los ingredientes, recetas gourmet y presentación de los platillos del chef Miguel Jiménez, hasta la decoración del lugar y la selección de mezcal certificado. Y si eres de aquellos que prefieren más un whiskey, ginebra u otro tipo de licor puedes estar seguro que este sitio es tu lugar.
- Mezcalería El Cortijo: inicialmente en un espacio para 15 personas, la mezcalería se mudó al local vecino –en la calle 5 de Mayo– y se reinauguró a finales de abril pasado. Pero la esencia del lugar continúa intacta y aquí se puede degustar la primera marca de mezcal de Oaxaca, que data de 1951, así como unas 100 botellas más.
Por Marissa Espinosa Gutiérrez
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