Las normas antiemisiones en todo el mundo se vuelven cada vez más estrictas. Así, el gobierno de más ciudades planea prohibir la circulación de automóviles de combustión en un futuro cercano. ¿Serán los vehículos eléctricos la siguiente apuesta?
Aunque en la mayoría de los casos hay mecanismos para que los modelos clásicos sean exentos de estas normas, tarde o temprano pueden resultar afectados y, virtualmente, desaparecer de las carreteras para ser usados sólo en eventos especiales y exhibiciones.
Esta es una preocupación creciente dentro de la comunidad de coleccionistas y amantes de los clásicos. Pensando en ello, Aston Martin se convierte en marca pionera con la primera conversión eléctrica reversible del mundo.
Concebida como una parte integral de la estrategia de electrificación de la firma, esta conversión se basa en un tren motriz eléctrico diseñado para reemplazar directamente al motor de combustión del auto en cuestión –en este caso, un DB6 MkII Volante (convertible) perfectamente restaurado– sin que el auto tenga que sufrir modificaciones de ningún tipo.
“Estamos plenamente conscientes de las presiones ambientales y sociales que amenazan con restringir el uso de los autos clásicos en los años por venir; es por eso que nuestro plan de electrificación no solamente involucra a modelos nuevos, sino que también protege nuestro legado. Creo que Aston Martin es una marca adelantada a su tiempo en este aspecto”, Andy Palmer, CEO de Aston Martin Lagonda LTD.

El motor eléctrico, al que la misma marca se refiere como “un cassette”, se acopla en los montajes de motor y transmisión originales del auto, y sus controles electrónicos son instalados en el tablero en un panel de reemplazo; por lo que, los componentes originales del interior tampoco sufren modificaciones irreversibles.
Esto asegura que el valor coleccionable del vehículo no sufra decremento alguno por la conversión, ya que además de estar realizada y garantizada por el departamento de preservación histórica de la marca, es totalmente reversible. De esta manera, el auto puede ser regresado a su estado original cuando el dueño así lo desee.
Esta característica es especialmente importante cuando hablamos de una marca como Aston Martin, cuyos clásicos llegan a valer cientos de miles y, a veces, hasta millones de dólares.
La firma de Gaydon no dio especificaciones sobre el tren motriz –ni siquiera reveló imágenes del mismo–, pero sí señaló que la experiencia y el conocimiento que la marca adquirió en el desarrollo del Rapide E, y la futura gama de eléctricos Lagonda, fueron primordiales para su concepción, y que las versiones –de producción– de la conversión utilizarán componentes clave del programa Rapide E; por lo tanto, será tecnología auténticamente de última generación.
Aston Martin Works, el brazo histórico de la marca, planea comenzar a ofrecer estas conversiones a sus clientes a finales de 2019. Si bien al principio algunos dueños que opten por realizarla tal vez lo hagan por novedad, sí es posible que en el futuro esta solución que plantea Aston Martin sea adoptada globalmente tanto por las marcas como por talleres independientes y los entusiastas mismos para seguir manejando sus amados clásicos en un mundo políticamente correcto que no les dejará otra opción.
Por Edmundo Cano