Jacinda Ardern, Primera Ministra de Nueva Zelanda ya había abierto nuevos caminos al dirigir una nación estando embarazada, y luego siendo madre.
Este año, la Primera Ministra (38) mostró al mundo su plenitud como líder; esto al hábilmente, con empatía y humildad, navegar por Nueva Zelanda a través del peor ataque terrorista de su historia, con la muerte de 50 personas en dos mezquitas de Christchurch en marzo pasado.
Uniendo a las personas bajo el lema “somos uno”, canalizó la pena del país y de la comunidad musulmana, al dar discursos saludando en árabe y usando un pañuelo en la cabeza.
Estableció un estándar de dignidad ante la violencia, negándose a pronunciar el nombre del atacante. Y obtuvo un apoyo casi unánime para prohibir las armas semiautomáticas como las utilizadas en el atentado.
Los futuros líderes pueden encontrar en Ardern una clase magistral sobre cómo guiar a un país que atraviesa por una crisis.