Aunque no se trata de la Ciudad de Nueva York, Los Ángeles o Silicon Valley, en Tampa, Florida hay más de dos mil puestos de trabajo de tecnología, y es el hogar de más de 50 compañías tecnológicas, incluyendo Nielsen.
Esta última es conocida por su sistema de calificación que cuenta los resultados del rating de programas de televisión, ventas de música y más. Esto lo convierte en el lugar perfecto para el Florida Israel Business Accelerator (FIBA), un programa intensivo de desarrollo de negocios de tres semanas de duración que se centra en las empresas israelíes en fase de crecimiento, principalmente que se desarrollan en campos tecnológicos, médicos y científicos.
Ron Kimhi, el representante israelí que se encarga de la búsqueda de nuevas empresas de alto nivel para la FIBA, dice: “Hacer creer a los fundadores que algo interesante está ocurriendo en lugares como Tampa, Florida, que ni siquiera está en la lista de centros tecnológicos de Israel, fue mi mayor desafío”.
Las empresas israelíes que han alcanzado cierto nivel de éxito sienten que su próximo gran paso es penetrar en el mercado estadounidense. Sin embargo, con las diferentes culturas, tanto dentro como fuera de la sala de juntas, se hace casi imposible que incluso el mejor empresario israelí pueda establecer algo más que unos pocos contactos en el poco tiempo que puede dedicar a estar lejos de su empresa.
Es por eso que el FIBA es un aspecto tan importante para las startups de Israel y el rápido crecimiento de la industria tecnológica en la ciudad de Tampa. Mientras que la mayoría de las incubadoras y aceleradoras se dirigen a nuevas empresas, el modelo único de la FIBA se dirige a empresas que están más avanzadas y que ya no califican para ninguna de ellas.
Con la llegada de Ron Kimhi al FIBA se esperaba que sesenta nuevas empresas israelíes se inscribieran al programa de tres semanas. Pero después de sólo dos semanas y más de 1,500 llamadas y correos electrónicos, Kimhi consiguió que casi cien empresas se registraran. Era una cifra histórica para la FIBA y superaba por mucho el número de solicitudes que le habían contratado.
“Casi no dormí en meses, porque tenía una misión tan enorme. Antes de que empezara a trabajar en FIBA, sólo tenían entre 20 y 25 empresas registradas. Firmé un contrato para traerles 60 en menos de un año. Pero dije que no era que fuera a triplicar el número de empresas, sino que lo haría aún mejor para a 100. Todos decían que estaba loco, pero obtuve algo así como 95 o 99″, platica Kimhi.
Sus esfuerzos fueron increíbles, acompañados de resultados sin precedentes, pero su determinación vino de una mentalidad mucho más altruista que la del dinero o la de tratar de impresionar a su nuevo jefe.
La carrera de Kimhi en la industria de la tecnología comenzó cuando entró en el programa Our Generation Speaks Incubator, seguido por otro llamado Szell Entrepreneurship. Durante este último comenzó Agently, una plataforma de automatización de páginas de préstamos para agentes de bienes raíces que dirigió durante aproximadamente un año antes de cerrarla.
Kimhi explica que afortunadamente: “en Israel, si has fallado mucho, significa que tienes mucha experiencia. Quiere decir que lo intentaste mucho y que vas a aprender de tus errores”. Así que cuando se trataba de encontrar nuevas empresas calificadas para el FIBA, Kimhi dice: “conocía el dolor de los israelíes sobre cómo tienen tantos problemas para entrar en el mercado estadounidense y necesitaba hacer algo al respecto para ayudar a los ecosistemas”.
Kimhi incluso construyó una presentación que incluye las tres cosas clave que los israelíes necesitan saber, incluyendo 10 reglas de compromiso, cómo presentar el producto, qué hacer en una reunión de negocios y cómo envolverlo.
Una de las mayores diferencias entre cómo se hacen los negocios en Israel y Estados Unidos es que los israelíes se centran en el valor de lo que algo aporta a una empresa y los estadounidenses se preocupan por el resultado final y cómo un producto aumentará los ingresos.
En el caso del FIBA, los mentores que se inscriben programa lo hacen porque “quieren apoyar a la comunidad, y porque si ayudan a las nuevas empresas en Tampa, lograrán conocer la frontera de la innovación en Israel”. Y muchas veces, llegan a estar en una posición de alto nivel en la puesta en marcha”, explica Kimhi.
Una de esas startups a las que FIBA ayudó es StemRad, conocida por su escudo de 360 rayos gamma que se lanzará en la próxima misión de SpaceX. Su mentor de la FIBA fue nombrado vicepresidente de Ventas en Norteamérica. Así que las relaciones que la FIBA fomenta definitivamente producen un beneficio mutuo y ofrecen increíbles oportunidades tanto para los fundadores israelíes como para los líderes empresariales estadounidenses.
El papel de Kimhi en FIBA ha hecho que incremente el vínculo de empresarios israelíes con Estados Unidos. Además se ha convertido en compañero en la comunidad de Birthright Excel, que elige sólo cuarenta profesionales de alto nivel de EE.UU. para ir a Israel a realizar pasantías.
Kimhi también es juez en la competencia de startups en la Universidad IDC, donde recaudó más de cien mil dólares de compañías como IBM y Google, por lo que entiende la dedicación que se necesita para estar en la industria de la tecnología y el desafío es encontrar compañeros y mentores que puedan ayudarle en el camino.
Para aquellos que desean estar a la vanguardia de la industria de la tecnología, el consejo de Kimhi es “hacer algo que te guste”. Dice: “Encuentra gente que haya tenido éxito o que tenga el papel de tus sueños. Y no se limite a revisar su cuenta de LinkedIn. Articular un correo electrónico personal muy agradable y llegar y hablar con ellos. Muchas veces van a responder”.
Así fue como Kimhi consiguió que casi cien empresas se adhirieran a la FIBA y cómo planea volver a hacerlo el año que viene. “No tienes muchas opciones en la vida para enfrentarte a enormes desafíos”, explica Kimhi de FIBA. “Y esto sonó como un gran desafío.”