El impacto de Star Wars ha logrado influir hasta en la medicina con ayuda de la ciencia y la tecnología.
NOTA DEL EDITOR: Olivier Oullier es doctor, es neurocientífico, DJ y presidente de EMOTIV, una compañía de bio-informática que desarrolla y manufactura tecnología vestible con fines médicos.
Más de 40 años después de que llegó a los cines por primera vez, la influencia cultural de la franquicia de Star Wars es innegable.
Se puede ver ese alcance en la taquilla con la última entrega, Star Wars: The Last Jedi, cuyas ventas alrededor del mundo superaron la marca de 1,000 millones de dólares justo antes de Año Nuevo.
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Lo que la mayoría de la gente no se da cuenta es cuán impactante ha sido Star Wars en la ciencia y la tecnología.
Luke Skywalker ha inspirado a científicos en la creación de manos robóticas.
Por ejemplo, la revolucionaria prótesis de mano desarrollada bajo la dirección de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa de Estados Unidos (DARPA, por sus siglas en inglés).
Disponible a fines de 2016 para los veteranos que perdieron una extremidad superior, esta mano robótica es llamada L.U.K.E. (las siglas significan Life Under Kinetic Evolution).
Aquí nadie está siendo engañado: este increíble logro del programa de DARPA ‘Revolucionando Prótesis’, lanzado una década antes, es una clara referencia a la mano robótica que Luke Skywalker recibe al final de El Imperio Contraataca, después de que Darth Vader le cortara la mano durante la peleadramática con láseres que culmina con la hoy legendaria frase “I am your father”.
Recientemente, un equipo multidisciplinario en el Instituto de Tecnología de Georgia creó una mano robótica también inspirada en Skywalker, que permite a los usuarios controlar cada dedo de formaindependiente.
Un joven músico que perdió el antebrazo y la mano después de ser electrocutado volvió a tocar el piano gracias a esta prótesis de vanguardia.
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Pero espera, esto se pone mejor. Star Wars y Walt Disney (que ahora posee los derechos de la franquicia) ya no solo inspiran innovación en prótesis, sino que están contribuyendo activamente.
Open Bionics, una empresa líder en el campo de las prótesis impresas en 3D y de bajo costo, resulta estar en la generación 2015 de las compañías aceleradas por Disney Accelerator.
Open Bionics comercializa manos robóticas inspiradas en Star Wars, diseñadas en colaboración con Industrial Light & Magic, la empresa ganadora del Óscar, fundada por George Lucas, que crea los efectos en las películas de la saga.
¿Qué tan genial es eso?
No solo es una tecnología de vanguardia y económica, sino que el diseño hace que los niños se sientan orgullosos de sus prótesis.
Por si fuera poco, Disney dona el tiempo de sus equipos creativos y proporciona licencias libres de regalías. Así, las prótesis relacionadas con Star Wars pueden cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo que perdieron una extremidad.
Se espera que este número se duplique en 2050 debido a la diabetes y enfermedades vasculares, de acuerdo con la organización Amputee Coalition.
La búsqueda por el control mental ‘Jedi’
La mano robótica de Luke Skywalker podría no ser el avance tecnológico que los fans de Star Wars ansían más.
Mira a tu alrededor y seguro notarás un número cada vez mayor de niños -y adultos- pretendiendo abrir puertas automáticas con el movimiento Jedi de mano que desata la fuerza (seguramente alguna vez lo intentaste).
Entrenamiento Jedi en Disney París. Crédito: Olivier Oullier
Poder controlar objetos con sus mentes es una de las mejores cosas que los Jedis pueden lograr. La mayoría de los fans de Star Wars han deseado poder hacerlo.
Recuerdo vívidamente la sonrisa de mi padre cuando descubría a mi yo más joven, brazos extendidos hacia una piedra que intentaba mover a distancia.
Numerosas veces me dijo que los Jedis solo existían en las películas, y que mejor me pusiera a estudiar ciencia si quería lograr cosas extraordinarias. En el fondo, estaba seguro que él estaba equivocado. Décadas después, me di cuenta de que no era así.
Todo lo que necesitas para ser un Jedi es una interfaz cerebro-computadora.
Hoy, las neurotecnologías nos pueden convertir en Jedis. Todo lo que necesitas es una interfaz cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés).
Aquí está la receta: primero, necesitas un cerebro. Luego, agrega sensores que permitan monitorear en tiempo real las ondas cerebrales, y acóplalos con software que pueda identificar patrones de actividad cerebral y convertirlos en comandos mentales que sean transmitidos a dispositivos que quieras controlar.
En realidad no es tan complicado.
Laboratorios científicos de todo el mundo han desarrollado sistemas que le permiten a los usuarios controlar personajes de videojuegos, mover brazos robóticos o escribir mensajes sin mover un dedo.
Este tipo de BCI realmente va un paso más allá de las prótesis mencionadas anteriormente. Cualquier objeto conectado puede ser controlado de forma remota, sin estar físicamente pegado a la persona.
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La ‘fuerza’ no es solo para científicos
La gente no necesita ser científico en DARPA o trabajar en laboratorios de neurociencia para poseer y operar una BCI.
Gracias a las decenas de miles de personas en el mundo con dispositivos hechos por compañías como la nuestra -mismos que comparten datos cerebrales a diario-, nuestros algoritmos detectan comandos mentales con un nivel confiabilidad sin precedentes, solventado por una máquina y aprendizaje profundo.
Esto hace que sea muy simple operar tu propia BCI y dispositivos conectados con control mental. La cereza del neuropastel: algunas BCI ahora cuestan menos que un X-Box. ¿Listo para abrir esas puertas con tu mente?
Las interfaces cerebro-computadora (BCI) ahora cuestan menos que un X-Box.
Hace más de seis años, cuando los sensores cerebrales portátiles llegaron a mis manos, comencé a usarlos durante mis charlas para dar demostraciones en tiempo real. Subía a la gente al escenario, le ponía los sensores inalámbricos en la cabeza y le enseñaba a los voluntarios amover un cubo en 3D con su mente.
Pude demostrar en un par de minutos que los objetos controlados por la mente no eran el futuro, sino el presente.
Sin embargo, las BCI no solo son la versión neuro del truco del conejo en el sombrero, diseñado simplemente para impresionar a la audiencia.
Comencé a usar BCI durante mis DJ sets en todo el mundo para permitir a los asistentes controlar con su mente el espectáculo de luces.
Durante las presentaciones, músicos, pintores o bailarines de ballet con los que estaba colaborando, usaban neurotecnología para expresarse de una manera totalmente nueva.
La gente puede usar BCI para controlar un dron, algo que uno de los CEO más poderosos en la industria del software hizo en un evento reciente en el Centro por la Cuarta Revolución Industrial, del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
Y, por supuesto, alguien se encargó de atar cabos con Star Wars. Joshua Carr de IBM Worldwide Bluemix creó lo que los fans pueden ver como la mejor metaexperiencia: controlar mentalmente el icónico dron BB-8 de las nuevas películas, gracias a tecnología portátil.
Transformando vidas
Las aplicaciones de BCI económicas pueden transformar vidas. Mi amigo y compañero en el programa WEF Young Global Leader, Rodrigo Hübner Mendes, es el fundador de un instituto que usa educación y tecnología para hacer los ecosistemas más inclusivos y aptos para personas con discapacidad.
Su trabajo de impacto social ya ha ayudado a millones de personas. Pero, para bien o para mal, esto puede ya no ser por lo que sea mejor conocido.
Mendes se convirtió en la primera persona en conducir un auto de carreras de Fórmula 1 solo con el poder de su cerebro.
Sin volante, ni pedales, solo con una interfaz cerebro-computadora transformando sus ondas cerebrales en comandos para acelerar, dar vuelta a la derecha o a la izquierda.
La prueba con un auto Fórmula 1 ahora se está utilizando para ayudar a mejorar una nueva generación de sillas de ruedas.
Más allá de esta manera de conducir como Jedi se encuentra una historia muy conmovedora que se encuentra en el centro de una campaña de defensa global llamada Powered by Respect (Impulsado por Respeto).
En agosto de 1990, cuando Mendes estaba a punto de encender su auto en Sao Paulo, Brasil, le dispararon en la espalda. La agresión lo dejó paralizado del cuello hacia abajo. Gracias a la neurotecnología y a una BCI, la pausa de conducción de casi tres décadas de Mendes terminó y experimentó otra vez la ráfaga de dopamina asociada con conducir rápido en una pista de carreras.
En la edición 2017 de la conferencia Brainstorm Health de Fortune, compartí la película de su actuación durante una sesión con el Dr. David Agus. Cuando Agus y yo estábamos en el escenario, fuimos testigos de lo asombrada que estaba la audiencia, como niños viendo una película de ciencia ficción. Excepto que esto no era ciencia ficción, sino neurociencia en acción.
Lo que se aprendió en el proceso de preparación del auto de carreras y el ajuste de la BCI para Mendes ahora se está utilizando para ayudar a mejorar a una una nueva generación de sillas de ruedas, como lo ilustra el trabajo de la compañía española Handytronic.
Miles de personas con discapacidad quienes no solo perdieron el uso de sus extremidades, sino también su autonomía, serán capaces de ir de un lugar a otro en silla de ruedas sin la necesidad de pedir ayuda, gracias a la neurotecnología.
Esto es aún lo más importante porque las personas con discapacidad se encuentran entre las más discriminadas y desatendidas a nivel mundial.
El esfuerzo en conjunto de neurocientíficos, ingenieros, legisladores y organizaciones como el Instituto Rodrigo Mendes o el Fideicomiso Mark Pollock, junto con empresas en el sector privado están haciendo una diferencia en la vida de las personas con discapacidad.
Mejora en escala
Con las neurotecnologías y las BCI cada vez más económicas, el siguiente paso es hacerlas disponibles a gran escala y, por lo tanto, realmente penetrantes.
Recientemente, se le otorgó a nuestra empresa, EMOTIV, la primera patente para agregar bioseñales y datos de acción que le permitan a los usuarios hacer una convocatoria abierta para la investigación cerebral.
Star Wars The Force Awakens – Lucasfilm
El próximo mercado que probablemente se transformará escalando las interfaces informáticas del cerebro es la Realidad Aumentada (AR).
Muchos analistas creen que esta crecerá para convertirse en un mercado de un billón de dólares en la próxima década. Actualmente, AR está en su infancia, especialmente en el frente de la experiencia del usuario.
En este momento, cuando aparece información adicional, la vista de las personas usando lentes inteligentes aumentados o mixtos, como los lentes de Google, los Hololens de Microsoft, Meta 2, Recon Jet Pro, o los recientemente anunciados Magic Leap One ‘Edición Creador’, si los usuarios quieren que esta información se amplíe o desaparezca, todavía necesitan usar un comando vocal, hacer un gesto o presionar un botón.
Este es el caso con The Jedi Challenges, un excelente juego de AR que Lenovo lanzó
el
mes pasado. Compré uno para Navidad para una de mis hijas, que es una
ñoña de Star Wars… como su papá, que no pierde la oportunidad de jugar
con él.
Pero a pesar de lo padre que está el juego y el set de
audífonos y micrófono Mirage RA que lo acompañan, todavía carece de
control mental. Muy frustrante para un juguete que dice Jedi.
Más allá de los juegos, otros sectores que están aprovechando AR pueden beneficiarse enormemente de comandos mentales económicos y confiables.
La atención médica es uno de ellos. A principios de diciembre de 2017, una compañía con sede en Seattle, líder en imágenes multidimensionales y en RA, colaboró con el vendedor de imagen médica Terarecon, el fabricante de prótesis ortopédicas Evolutis y la división de equipo de AR de Microsoft para presentar por primera vez la combinación de inteligencia artificial y realidad aumentada mientras se llevó a cabo una cirugía.
El Dr. Thomas Grégory, jefe de cirugía ortopédica y traumatología en el hospital AP-HP Avicenne cerca de París, pudo mapear información radiológica en 3D en tiempo real en el cuerpo del paciente gracias al set de Hololens de Microsoft que llevaba puesto. RA también le permitió colaborar con colegas ubicados en el Reino Unido, Estados Unidos y Corea del Sur mientras realizaba la cirugía.
A pesar de lo exitoso que este estreno pudo haber sido, también reveló que el uso de la tecnología AR fue una tarea adicional para el cirujano, lo que demuestra que es necesario avanzar para facilitar la interacción entre el cirujano y el contenido en AR.
“Actualmente trabajamos en integrar una interfaz cerebro-computadora en un set de realidad aumentada que le permita a los cirujanos seleccionar información otorgada por RA con sus mentes”, dice Sylvain Ordureau, CEO y fundadora de Vizua, quien también es fan de Star Wars.
“Sus manos deben de estar dedicadas exclusivamente a la cirugía, y sus voces a hablar con sus colegas. Pronto facultaremos cirujanos con control mental y, por lo tanto, ofreceremos una integración perfecta de AR en la sala de cirugía”.
La tecnología debería mejorar la experiencia de los usuarios y ofrecer la menor distracción física posible. La habilidad de tener un “botón de encendido y apagado” mental, algo tan binario como la posibilidad de controlar mentalmente una acción de sí o no, cambiará totalmente el juego de AR.
Permitirá comunicación manos libres entre el usuario y el dispositivo portátil que proporciona la realidad aumentada.
Esto es lo que le falta a la AR en este momento y un objetivo clave para la mayoría de las compañías vendiendo productos o servicios que requieren interfaces de usuario mejoradas.
Facebook trabaja para que las personas escriban, manden y reciban mensajes con sus mentes.
Facebook, por ejemplo, está trabajando en maneras silenciosas para que las personas escriban, manden y reciban mensajes con sus mentes.
El fabricante taiwanés de electrónicos HTC, a través de su fondo de inversión de 100 millones de dólares Vive X, también está mostrando un fuerte interés en interfaces controladas por el cerebro.
La mayoría de los gigantes de la tecnología están trabajando activamente con gente que sabe una o dos cosas sobre BCI.
Una vez que los comandos mentales estén disponibles gracias a los BCI incrustados en sistemas y dispositivos de AR, es más probable que esta rompa el mercado masivo y sea aceptada por consumidores en sus casas y lugares de trabajo.
En El Imperio Contraataca, cuando su maestro Jedi Yoda le pide que mueva una nave espacial con La Fuerza, Luke Skywalker se lamenta: “Maestro, mover piedras es una cosa. Esto es totalmente diferente”. Yoda contesta: “No. No es diferente. Solo diferente es tu mente”.
Como siempre, Yoda tiene razón. La mente es el límite. La nueva película de Star Wars se puede llamar The Last Jedi, pero gracias a las neurotecnologías e interfaces cerebro-computadora económicas y expansibles, todos pueden ser un Jedi.
La fuerza es finalmente real.