La tendencia puede sonar positiva, pero un estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) señala lo contrario.
Parece que los millennials han acabo con todo, desde la cerveza a los grandes almacenes, las vacaciones, las relaciones románticas. Habrá que agregar algo más a la extensa lista de víctimas: la imperfección.
Así es, un nuevo estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) sugiere que la sociedad ha estado buscando el perfeccionismo en las últimas tres décadas, impulsada por la generación millennial (personas nacidas entre mediados de los años 80 y principios de la década de 2000, aunque hay un debate respecto a las fechas).
La búsqueda de la perfección, derivada de las exigencias propias o externas, engendra ansiedad y agotamiento.
El perfeccionismo se define como aquellos impulsos personales y externos intensos para prosperar bajo ciertas métricas sociales, potencialmente al colocar demasiada presión y expectativas excesivas en uno mismo.
La tendencia puede sonar positiva y como una fuerte refutación a la percepción de los jóvenes de la generación, como unos holgazanes.
Pero algunas de las causas fundamentales de este cambio, señalan los investigadores Thomas Curran y Andrew Hill, pueden no ser tan positivas para la salud mental y la productividad general.
Señalan con el dedo el auge de la “meritocracia neoliberal” en las naciones occidentales, así como las presiones de las redes sociales, las duras condiciones económicas que enfrentan los millennials en comparación con las generaciones anteriores, y padres dominantes y exigentes que pueden engendrar ansiedad y agotamiento.
“De acuerdo con la meritocracia neoliberal, aquellos que llegan a las mejores escuelas y universidades, u obtienen acceso a ocupaciones que ofrecen el empleo más rentable, reciben las debidas recompensas de riqueza y estatus social”, lee el estudio.
Para aquellos que no alcanzan tales niveles educativos y profesionales, la doctrina de la meritocracia dicta que son menos merecedores y su pobre logro refleja sus capacidades personales inadecuadas (por ejemplo, habilidades, inteligencia y esfuerzos), escriben los autores del estudio .
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“Debido a que las personas no pueden evitar ser clasificadas por las escuelas, universidades y el lugar de trabajo, la meritocracia neoliberal pone una gran necesidad de esforzarse, actuar y lograr en el centro de la vida moderna”, agrega la publicación.
Los CEO de Fortune 500 han declarado regularmente que los millennials demandan más de su trabajo que solo dinero; ellos anhelan la realización.
Pero la naturaleza multifacética del éxito de hoy en día, las necesidades de ganarse la vida bien y la constante difusión de los medios de comunicación social, en realidad pueden terminar teniendo un efecto drenante en la generación del milenio.
Millennials ahorro para el retiro La evaluación general del estudio no es exactamente positiva. “Las culturas estadounidense, canadiense y británica se han vuelto más individualistas, materialistas y socialmente antagónicas durante este período, y los jóvenes ahora enfrentan entornos más competitivos, expectativas más irreales y padres más ansiosos y controladores que las generaciones anteriores”, escriben Curran y Hill.