Hace apenas unos años, cuando una mujer alcanzaba un puesto directivo, era un triunfo personal. Hoy, también es la consecuencia de una estructura corporativa. Y así ya lo vive IBM.
Comencemos con una cifra contundente: contundente: las mujeres son ya el 25% de los miembros de juntas de consejo en las compañías del listado Fortune 500 en Estados Unidos.
En tanto el reporte de la firma de consultoría Deloitte, titulado Missing Pieces Report: The 2018 Board Diversity Census of Women and Minorities on Fortune 500 Boards, muestra también que esto ha sido un cambio significativo de hace ocho años, cuando ellas ocupaban el 18%. Sin embargo, aún no todo está dicho en la cúpula de los negocios, si se considera que sólo 5% de los CEO de las Fortune 500 son mujeres.
Virginia “Ginni” Rometty pertenece a ese minúsculo porcentaje. Ocupa los puestos de CEO y presidente de IBM desde 2012 –la primera mujer en hacerlo en toda la historia de la empresa–. Y aunque ha sido duramente criticada por el desempeño financiero de la compañía (durante cinco años consecutivos presentó una disminución en ventas, hasta enero de 2019 cuando se reportó un tímido incremento de 1%), uno de sus principales legados será el apoyo que ha continuado dentro de la estructura de IBM para impulsar las carreras de sus directivas.
“He aprendido que el crecimiento y la comodidad nunca coexisten”, ha declarado Rometty en sus múltiples intervenciones públicas a favor de la diversidad laboral y el crecimiento de las mujeres profesionales. “Nunca dejen que alguien defina lo que ustedes son. Eso lo definen ustedes”.
QUERER AZUL CELESTE
Algo que ha caracterizado a IBM durante décadas ha sido el azul. Tanto su logo como los ordenadores que le dieron fortuna y reputación son de este color, así como su apodo “Big Blue”, y parte del nombre de la primera computadora en la historia que logró vencer a un humano en un duelo de ajedrez: Deep Blue. (Seguramente a Garry Kasparov no le entusiasma tanto el azul).
Pese a su protagonismo en IBM, el azul es la excepción en la sala de juntas de la empresa. A sus 107 años, IBM es una de las compañías con más mujeres en puestos directivos. De acuerdo con cifras de la propia empresa, ellas conforman el 24% de su población ejecutiva global. De los 14 miembros que integran su junta de directivos, cinco son mujeres.
Si bien 24% es un porcentaje bajo de representatividad, lo que IBM ha logrado es enorme al compararse frente al resto de las compañías en el continente. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (2017), en América Latina y el Caribe las mujeres ocupan sólo el 8.5% de los asientos en los comités ejecutivos –aun cuando ellas prácticamente desempeñan la mitad de los puestos laborales, 49.7% con base en cifras de 2016–, el 30% de las posiciones gerenciales y solamente el 4.2% llegan a ser CEO.
En nuestro país, donde IBM tiene presencia desde hace más de 60 años, la influencia de Rometty es directa: 57% de los miembros de la junta de directivos de IBM México son mujeres. Es un 30% más que el promedio nacional, de acuerdo con la investigación Women in Business 2019 de Grant Thornton.
¿Qué hace falta para que más mujeres alcancen la cúpula de las organizaciones? empresariales en el país? Probablemente la respuesta involucra mucho más que voluntad propia y cuotas de género.
APOYARSE EN EQUIPO
Algo particular ocurre entre la C-Suite de IBM México. En febrero pasado, me reuní con Maria Silvia Ortíz, directora Watson Cognitive Solutions; Ana Paula Nacif, CMO; Monique Filardi, directora IBM Systems; Maria Rosa Elvira Casillas, directora IBM Cloud; Gabriela Gaytán González, CFO; y Tatiana Redondo, directora One Channel Team.
Durante una extensa plática en las oficinas corporativas de la compañía –ubicadas en la zona Santa Fe, CDMX–, hablaron acerca de cómo ha sido su crecimiento profesional y personal dentro de la compañía.
Para empezar, las seis directivas comparten tres cosas principales:
- Han hecho carrera en la empresa (cada una ha pasado por lo menos 10 años trabajando ahí)
- Tienen un puesto directivo y altamente profesionalizado
- Conforman un matrimonio y se convirtieron en madres durante sus años en la compañía
Este último punto merece una atención especial. Y no para ejemplificar uno de los más estresantes estereotipos de la mujer moderna –aquella que es madre, esposa y profesionista feliz, completa y exitosa–, sino para evidenciar una de las prácticas más benéficas para las mujeres en los negocios: las empresas donde laboran priorizan la procuración y el crecimiento de sus colaboradoras tanto en el ámbito profesional como en el personal.
“El éxito depende de la red de soporte”, comenta Nacif, quien tiene 33 años de carrera en IBM México y fue la primera mujer directiva en los 67 años que tiene la compañía en el país. “Hace 30 años y hoy son 100% distintos. Los hombres tenían todos los prejuicios y las etiquetas (en los roles de matrimonio) estaban equivocadas”, señala.
Habiendo pasado por varias áreas dentro de IBM –primero en la parte de ventas y marketing, después en la dirección de recursos humanos, posteriormente en roles directivos de estrategia y relación con universidades– Nacif ha visto que el cambio para una mayor participación de las mujeres en roles directivos sí depende, en parte, de la iniciativa y motivación personal. “Al ser mujer, una llega a una posición directiva por resiliencia”, comenta, destacando la habilidad de adaptarse a los cambios y a situaciones adversas.
Pero el rol de la empresa es indiscutible. “Los empleados necesitan mantener su flexibilidad para elegir hacia dónde va el rumbo de su carrera”, agrega. “No necesariamente se debe trabajar en la oficina”. Filardi y Ortíz coinciden al respecto. Las dos conocieron a sus esposos dentro de IBM, y cuando ambas parejas se convirtieron en padres fue clave la flexibilidad que ofrece la compañía para periodos de maternidad o trabajar desde casa. “La maternidad es un reto”, opina Casillas.
“Hay angustias del tiempo y una se hace un cuestionamiento muy grande sobre su trabajo y su familia. Sin embargo, el ambiente en IBM es muy compatible con la vida familiar”.
Esta compatibilidad no es por suerte. Desde que inició operaciones en 1911, en IBM “las mujeres han jugado un rol integral e igualitario en el éxito que hoy tiene la empresa”, según describe IBM en su sitio Web. De hecho, fue una de las primeras compañías en emplear a mujeres: estas contrataciones profesionales datan de 1934.
Un año después, el fundador de IBM, Thomas J. Watson Sr., escribió su primera política de empleo igualitario: “hombres y mujeres harán el mismo tipo de trabajo por paga igualitaria. Tendrán el mismo tratamiento, las mismas responsabilidades y la misma oportunidad para obtener ascensos”. En 1939 –tan sólo 19 años después de que las mujeres estadounidenses obtuvieran el derecho al voto– Ruth Amonette pasó a la historia como la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidente de IBM.
El cambio para una mayor participación de las mujeres en roles directivos sí depende de la iniciativa y motivación personal.
En pleno 2019, el que IBM continúe sus esfuerzos por ampliar la participación de mujeres en puestos directivos tampoco responde a cuotas de género. “La innovación no se da si no hay diversidad. Son claros los resultados y el performance de una empresa cuando tiene a mujeres en puestos directivos“, asegura Nacif.
Un controvertido reporte de Credit Suisse, publicado en 2016 y titulado CS Gender 3000: Progress in the Boardroom sustenta la aseveración de la CMO de IBM México: durante los últimos seis años, las compañías con al menos una mujer en su junta de directivos ha tenido mejor desempeño de sus acciones en la bolsa que empresas sin una mujer.
Cada año, a nivel global IBM invierte más de US$500 millones en desarrollo profesional para mujeres. Este dinero se destina a herramientas como cursos para avanzar carreras y certificar habilidades, programas para que mujeres altamente calificadas estén listas para asumir roles de ejecutivo técnico y programas para que mujeres capacitadas regresan a la fuerza laboral después de dos a 20 años.
Al ver a tantas mujeres en puestos directivos en México, se puede concluir que estos programas claramente han sido un aliciente.
LÍDER EJEMPLAR PRESIDENTA Y CEO DE IBM

Cabe señalar que 37 de sus 61 años de edad los ha pasado en la compañía. Rometty ingresó en 1981 como ingeniera en sistemas y fue ascendiendo en posiciones técnicas. En 2002 lideró la adquisición de la división de consultoría de I.T. de PricewaterhouseCoopers por US$3,500 millones, lo cual hizo que IBM –que creció durante el siglo XX vendiendo hardware– iniciara su transformación hacia una empresa de servicios.
Cuando Rometty asumió la posición de CEO en 2012, IBM era la decimonovena compañía más grande en ventas a nivel mundial. Actualmente, es la número 34 debido al cambio que la industria tecnológica vivió frente al crecimiento de nuevos y disruptivos jugadores como Amazon o Google. Desde entonces y con Rometty al frente, IBM ha decidido apostar fuertemente por los servicios basados en Inteligencia Artificial, cómputo cuántico y big data.
La labor de Rometty para incorporar a más mujeres en la fuerza laboral de la empresa ha sido clave durante su dirección. Se ha ocupado en ofrecer un ambiente laboral flexible enfocado en mujeres que construyen una familia; asimismo, acepta la responsabilidad cultural que tiene al ser la primera mujer CEO de IBM. En una entrevista realizada en 2018, menciona que “he aprendido que es importante reconocer que eres un modelo a seguir. Para que la gente aspire a ser algo, sí les ayuda ver a gente como ellos en ese rol”.
BORRAR ESTEREOTIPOS
En nuestro país, los estereotipos sobre el rol de la mujer en la vida familiar y el entorno profesional siguen latentes. “El 90% de los clientes de IBM son hombres”, aclara Redondo, quien al llegar a México de su natal Colombia a trabajar en la fuerza de ventas de IBM se topó con otro estereotipo en la compañía: el sector de tecnología no es uno en el que destaquen las mujeres.
No obstante, la flexibilidad de la empresa resultó también importante para que ella desempeñara su trabajo y creciera hasta liderar la división de asociados de negocio de IBM México. ”Hay algunos clientes que aún prefieren tener a vendedores hombres. IBM respeta su decisión”, explica, y la fuerza de ventas se estructura para ello.
Casillas y sus colegas coinciden en que la mejor manera para facilitar el ascenso profesional de las mujeres en las futuras generaciones es predicar con el ejemplo de su propia familia. “No me imagino a alguno de mis hijos casándose con una mujer que no busque tener crecimiento profesional como yo he tenido”, dice la directora de IBM Cloud. “Y él sabrá que como esposo tendrá que apoyarla del mismo modo que el mío lo ha hecho”, agrega.
Cuando Casillas se convirtió en madre, su cónyuge se tomó un par de meses de su trabajo para poder atender a los hijos mientras su esposa retomaba su carrera. “En México
es difícil desprenderse de la idea de la familia ‘muégano’”, asegura Casillas. “Sin embargo, hay que hacerlo”.
DIVERSIDAD SÍ IMPORTA
El rol que el propio Thomas J. Watson Sr. tomó desde las primeras décadas de IBM es un ejemplo para los empleados varones que desde entonces han pasado por la compañía. “Este año, en la junta del consejo nosotros nos volvimos minoría”, bromea Eduardo Gutiérrez, presidente y gerente general de IBM México, al referirse al 57% que hoy ocupan las mujeres en aquel importante grupo. Darles la oportunidad para obtener ascensos también implica respetar cuando los obtengan. “Estamos muy orgullosos de tenerlas en el equipo. Trabajamos duro por impulsarlas y hacer que avancen en sus carreras”, puntualiza el directivo.
Nacif coincide. “La cultura corporativa de IBM impide que aquí entren personas que no crean que todos tenemos la misma capacidad de hacer las cosas”, explica. No solamente hay un énfasis por lograr que las mujeres sean respetadas en el ambiente laboral; también los miembros de la comunidad LGBT+ y personas con algún tipo de discapacidad son bienvenidos en la compañía, afirma la CMO.
A nivel global ha surgido un llamado reciente para que este tipo de inclusividad y diversidad en la fuerza laboral se replique en todas las empresas, específicamente en las tecnológicas que, como IBM, están creando soluciones basadas en Inteligencia Artificial. (Uno de los principales productos de IBM en este momento es Watson, una plataforma de I.A. para negocios en todas las industrias).
Jesús Ramos, ingeniero en sistemas computacionales y cofundador de The Data Pub, la comunidad de Ciencia de Datos y Machine Learning más grande de México, explica por qué la diversidad entre programadores y supervisores que desarrollan esta tecnología es fundamental.
“Lo que pasó con Google Photos en 2015, cuando el algoritmo de reconocimiento facial identificó a afroamericanos como gorilas, pasó porque los programadores que entrenan este tipo de clasificadores de imágenes lo hicieron con fotos de pura gente blanca o asiática. Si yo como programador me junto con puros asiáticos y blancos, mi universo sólo se construye pensando en ellos. Así que todo lo que haga va a estar sesgado hacia ellos”, comenta.
En 2015, por ejemplo, siete de cada 10 empleados de Google eran hombres, 60% blancos y 31% asiáticos. Tan sólo el 3% eran latinos y el 2% afroamericanos. Esta clara falta de diversidad fue la principal culpable del vergonzoso error. ¿Cómo evitar que vuelvan a ocurrir este tipo de errores? Con un equipo de trabajo diverso, empezando por más mujeres en todos los puestos de industrias que típicamente han sido reservados para los varones.
FUERTES JUNTAS
El ejemplo que personifica Ginni Rometty no se concentra exclusivamente en IBM y sus oficinas globales. La CEO ocupa el cuarto puesto en la lista anual Most Powerful Women de Fortune, la cual se determina a partir de cuatro criterios: el tamaño y la importancia global de la empresa que la mujer lidera, la salud y la dirección del negocio, la carrera de la líder, y su influencia social y cultural.
Al estar a cargo de una centenaria compañía valorada en US$141,355 millones y casi US$80,000 millones en ingresos al cierre de 2018, Rometty figura junto a otras mujeres excepcionales en industrias tradicionalmente masculinas, como Sheryl Sandberg (COO de Facebook y número 6 en la lista), Mary Barra (presidenta y CEO de la automotriz GM, #2) y Marillyn Hewson (presidenta, directora y CEO de la empresa aeroespacial Lockheed Martin, quien encabeza la lista).
Aunque el encumbramiento profesional de todas ellas es un ejemplo para mujeres ejecutivas en todo el mundo, sólo una, Rometty, ha conseguido que siete mujeres lideren posiciones directivas en sus oficinas fuera de Estados Unidos –una hazaña particular para un país como México–.
Es la influencia de culturas corporativas como la de IBM lo que puede hacer que más mujeres, impulsadas por sus colegas varones, obtengan posiciones de toma de decisión y poder. “La nueva mujer profesionista necesita nuevos hombres y una nueva sociedad que no los juzgue”, finaliza Gaytán. Al parecer, IBM está determinada a construirla.
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