El Premio Nobel de Química 2018 se divide entre Frances Arnold, George P. Smith y Gregory P. Winter por su trabajo en la llamada evolución dirigida y la visualización de fagos, que aceleran la producción en el laboratorio de nuevos tipos de enzimas producidas por bacterias y péptidos.
Frances Arnold, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, es la quinta mujer en ganar un Nobel de química en los 117 años de historia del premio y se llevará la mitad del premio de 9 millones de SEK (US$1 millón). Ayer, el comité del Nobel otorgó su tercer premio de física a una mujer, Donna Strickland.
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Smith se retiró de una carrera de investigación en bioquímica en la Universidad de Missouri en Columbia, y Winter es un investigador en bioquímica en la Universidad de Cambridge y fundador de varias compañías, incluida una que comercializó el medicamento contra la inflamación Humira, el cual surgió a raíz de su investigación ganadora del Nobel. Las ventas de Humira el año pasado fueron de US$18,400 millones.
Arnold comenzó su trabajo sobre la evolución en la década de 1990, un trabajo inspirador de Merck sobre el medicamento para la diabetes Januvia. Algunos científicos consideraron que sus métodos eran “anticientíficos” y le dijo a Slate: “Podrían decir ‘no es ciencia’ o que ‘los caballeros no hacen muto-genesis al azar’. Pero yo no soy un científica y no soy un caballero”, así que no me molestó en absoluto. Me reí todo el camino hasta el banco, porque eso funciona”.
Arnold también participó en la Marcha por la Ciencia el año pasado. La ignorancia es la mayor amenaza para la ciencia, dijo a Chemistry World a principios de este año. Puede haber estado pensando en el personal del aeropuerto de Heathrow, que una vez la detuvo porque no creían que estaba visitando a la Reina para ayudar a juzgar un premio.
Por Lucas Laursen