El director general llega en un momento en el que la empresa lucha por recuperar su ritmo de producción.
El director general llega en un momento en el que la empresa lucha por recuperar su ritmo de producción.
A partir de esta semana Carlos Treviño Medina fue nombrado nuevo director general de Petróleos Mexicanos. Así lo informó la mañana del lunes el presidente Enrique Peña Nieto durante un anuncio a medios de comunicación, en el que dio a conocer los más recientes cambios a su gabinete.
Treviño Medina sustituirá a José Antonio González Anaya, quien a su vez dejará de liderar a la Empresa Productiva del Estado para asumir el cargo de secretario de Hacienda y Crédito Público, luego de que el hasta ayer titular, José Antonio Meade presentara su renuncia para registrarse como precandidato por el PRI para contender por la presidencia de México.
“Además de su labor en Pemex, ha tenido importantes responsabilidades. El nuevo director general deberá continuar de profundizar las instrucciones que en su oportunidad di a quien a partir de hoy se convierte en secretario de Hacienda”, dijo Peña Nieto durante el anuncio.
El mandatario instruyó a Treviño Medina a fortalecer las finanzas e impulsar la productividad de la empresa con base en la estabilidad alcanzada en el último año y medio, así como impulsar nuevas alianzas con el sector privado en términos de exploración, producción, refinación y logística.
El funcionario, que tomó protesta la tarde del lunes, recibe la dirección general de Pemex, empresa 152 en el ranking Fortune 500, con una finanzas mejoradas, pero con una producción de petróleo que difícilmente despega.
Pero primero, ¿quién es Carlos Treviño?
El nuevo director de Pemex se desempeñaba a la fecha como director corporativo de Administración y Servicios de Pemex. Es egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, donde cursó la carrera de Ingeniero en Industrias Alimentarias.
Posteriormente obtuvo el grado de Maestría en Administración de Empresas y en Ciencias con especialidad en Ingeniería en Alimentos.
Previo a iniciar su carrera en la administración pública se desempeñó como consultor privado y a partir de 2003 ocupó los cargos de oficial mayor en las Secretarías de Economía y Energía, fue subsecretario de Egresos en Hacienda y Crédito Público, durante la primera gestió de Meade en la dependencia.
De 2012 a 2014 fungió como director de Financiera Rural y posteriormente, ese mismo año, asumió como director de Finanzas en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Fue hasta 2016 que incursionó a las filas de Pemex. En la empresa fue director corporativo de Finanzas y en dos ocasiones director corporativo de Administración.
¿Cómo recibe Pemex?
Treviño Medina recibe una empresa cuyo riesgo financiero fue disminuyendo en dos puntos porcentuales respaldado por las agencias calificadoras internacionales a partir de la llegada de José Antonio González Anaya en febrero de 2016, cuando sustituyó al entonces director general, Emilio Lozoya Austin.
En ese entonces, González Anaya presentaba un plan agresivo para sanear los números, que incluía un recorte de 100,000 millones de pesos al presupuesto de la exparaestatal, que representaba al menos el 20% del total.
El plan también incluyó un freno al pasivo laboral de Pemex, mediante una reforma al esquema de pago de pensiones de los trabajadores.
Todo lo anterior, en un escenario donde, derivado de factores externos, el precio del barril de petróleo vio una caída estrepitosa al pasar de los 100 dólares por barril, hasta llegar a los 23. Actualmente oscila por arriba de los 58 dpb.
Las finanzas de Pemex fueron proyectando poco a poco una leve mejora desde entonces. En su reporte al tercer trimestre del año, enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la petrolera reportó un aumento del 20% en sus ingresos por 331,350 millones de pesos en el periodo julio-septiembre. Un año antes, la cifra se ubicaba en los 270,000 mdp.
Pese a ello, la que no ha podido ver una recuperación acelerada es la producción de petróleo.
La llegada de Treviño Medina se da en un contexto en que la producción de crudo en México ha ido en declive desde hace aproximadamente 13 años, a consecuencia del agotamiento de los recursos del yacimiento de Cantarell, el más importante del país, y otros campos terrestres (offshore).
Cantarell llegó a producir 2.1 millones de barriles de petróleo diarios, su pico más alto, mientras que hoy solo produce 200,000.
En 2004, Pemex alcanzaba un pico de producción nacional de petróleo de 3.4 millones de barriles de petróleo diarios, pero llegó a caer a 1.9 millones. Según los datos más recientes, reportados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en 2017 los ingresos petroleros cayeron 11% de enero a septiembre.
En consecuencia, el Banco de México consideró la baja en la producción como uno de los factores que frenarían el crecimiento en 2017, además de otros, como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la desaceleración provocada por los terremotos.
Pero González Anaya, en una de sus últimas apariciones públicas el 3 de noviembre, durante el anuncio del descubrimiento de un nuevo yacimiento petrolero, aseguró que la tendencia “está por revertirse” y anticipó que en 2018 Pemex aumentaría su producción por primera vez desde 2004.
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Incluso afirmó que para el cierre de 2017, Pemex se acercaba a su meta de producción de 1,884 millones de barriles de petróleo.
Para el siguiente año el plan, dijo, estaría en concentrarse en asignaciones rentables, estrategias agresivas de alianzas en campos terrestres, aguas someras y profundas, así como mejorar la eficiencia de las refinerías.
México hoy ocupa la posición 12 en el ranking global de la OPEP, detrás de países como Rusia, Arabia Saudita, Estados Unidos, Canadá y Brasil.